domingo, 28 de julio de 2013

Más píldoras veraniegas

    Se me pone un poco complicado ésto de ser bloguera veraniega, principalmente por falta de conexión ( sí, sí les aseguro que aún quedan lugares en la tierra donde no hay wi-fi) que no por falta ni de razones para escribir ni de cosas a las que sacar punta. Aquí les dejo unas cuantas. 

    Sigo sin entender esa manía que les ha dado a las panaderías españolas por poner un anuncio que en vez de "panadería" anuncia "punto de pan caliente"...sin que me haya topado hasta la fecha con un "punto de pan frío". Menos mal que los churros se siguen anunciando como tales y no les ha dado por llamarlos "cilindros de masa frita" o "reducción de agua y harina en aceite de oliva", por ejemplo. 

    Oído en una papelería: "por favor, hágame una fotocopia de las baratas". Se ve que en tiempos de crisis hasta las fotocopias tienen categorías y precios. Visto en varios chiringuitos playeros, en playas ventosas donde presumiblemente el personal no se para a consumir bien sea por el viento bien por falta de liquidez: "pasen, tenemos comedor interior" . Siempre pensé que la gracia de comer en el chiringuito era tener los pies enterrados en la arena y comer al aire libre y no a la merced del terrible aire acondicionado, pero se ve que en eso también me he quedado anticuada. 

    Hoy mismo en una carretera nacional, he comprado una sandía (casi diez kilos por cuatro euros, para que luego digan que la fruta es cara) a un señor con camioneta que llevaba el siguiente cartel: "aquí está  Matías, que vende ajos, melones y sandías". A ver si toman nota los de la Marca España, que seguro que pasan al estado facturas millonarias por estrategias de marketing mucho más idiotas y menos eficaces que el cartel de este buen hombre.

   Oído en la peluquería de mi pueblo veraniego, porque en vacaciones, también practico la peluterapia. Entra una señora con su hijo con Síndrome de Down de unos treinta años para que le corten el pelo: "aquí se lo dejo para que lo rapen que me tengo que ir a hacer unos recaos, no se preocupen, no hace nada". Una de las dos peluqueras a una clienta amiga: " pues no Juani, no me voy a comprar el tocado para la boda de mi cuñado porque cuesta 180 euros y mi marido lleva un año en el paro, tú crees que mi suegra lo entenderá? " ;  yo suspiré aliviada pensando en que tras cinco años de crisis y seis millones de parados, la gente empieza a comportarse razonablemente, y espero que la suegra de la peluquera así lo haya entendido. 

    Visto en una puerta de garaje, cartel de imprenta, nada de escrito a mano: "no fuercen la puerta, se avería". Por si alguien del vecindario aún no había entendido que las cosas comunes, si se estropean, hay que pagarlas entre todos. Un rayo de esperanza en el país donde aún quedan bares con carteles de "prohibido escupir".

    Y probablemente me haya dejado alguna en el tintero, o en la memoria, que en estos días me funciona al ralentí. Feliz domingo, último de julio para todos y víspera de vacaciones para muchos. Que disfruten!

    

miércoles, 24 de julio de 2013

La otra Marca España

    la Marca España es una cosa que se ha sacado el gobierno para exportar más productos españoles y contar sus excelencias a quién quiera comprarlos. Incluso tienen una página web dónde lo explica (www;marcaespaña.es) que empieza con esa horrenda frase que igual se emplea para una manifestación que para un desahucio: "Marca España somos todos"...sin comentarios. Añadiendo un párrafo más abajo que "en tiempos de crisis, es tarea de todos dar una buena imagen-país"...me pregunto cual sería el problema de escribir lo mismo pero con la bonita preposición castellana "del" en el lugar del guión, pero bueno, será que verdaderamente soy muy antigua y no entiendo este lenguaje paratecnológico que se nos quiere imponer como correcto cuando no lo es.

    Dejemos el  lenguaje (vapuleado) y volvamos a los productos de marca, que no negaremos nadie sus excelencias, o a ver quién se atreve a estas alturas a ponerle peros al aceite virgen de oliva o al jamón de pata negra; lo que nos falta, como en tantas otras cosas es saber venderlos, copiar por ejemplo a los italianos, que son maestros en este arte, capaces de invadir todo el globo terráqueo de pizzas que, en pocos casos tiene que ver con la verdadera y deliciosa pizza napolitana y que sin embargo la gente devora a cualquier hora y con cualquier excusa sin preguntarse si es virgen (la pizza) o no o si está hecha con mozzarella o con queso de bola en lonchas.

    También hay otras cosas que conforman la Marca España desde hace años: la fiesta y la siesta, la Movida (cuando la hubo) el saber divertirse, la alegría ante el drama, los bares donde uno va y no hace falta tener amigos, la paella, la sangría (mi padre sostenía que ésto no era un invento sino una aberración) mis adorados churros, el optimismo congénito y la correcta dosis de fatalidad. Y recientemente, la Marca España lleva tres palabrejas que más valdría no pronunciar: paro, crisis
y corrupción...

    Y desde hace años, la Marca España también son el incivismo, el desdén por el espacio público, el aparcar en doble fila durante una hora, los botellones que dejan los parques llenos de papeleras rotas y restos de vómito. La Marca España es la de ese lugar donde la gente compra legalmente radares para ir por las carreteras a la velocidad que les da la gana (caiga quién caiga) y se anuncian las gestorías que quitan las multas cuando te las ponen, casi siempre con razón. La marca España es creer que defraudar a Hacienda es un deber, no una opción y que uno puede hacer todo el ruido que quiera a cualquier hora del día y de la noche sin importar si molesta al vecino. No podrían hacer algo los sabios que se han inventado lo de la promoción ésta para que la gente se de cuenta que hay que eliminar todas estas marcas odiosas antes de anunciar aceites y jamones?

    No, no se dan cuenta, porque además, hay un señor (diplomático?) que hasta hace pocos días era subdirector de la Marca España que ha tenido que dimitir de su puesto por escribir en Twitter "catalanes de mierda" y con ello, recordarnos otra más de las desgraciadas Marcas España: la intolerancia...Quién le mandará, como bien dice hoy Carmen Rigalt en "El Mundo", ser diplomático y escribir en Twitter es como ser a la vez pirómano y bombero!


jueves, 18 de julio de 2013

El churro de Proust

   Que no, que no me he cansado de escribir mi blog que no cunda el pánico (si es que llegó a cundir) pero ya saben los amables lectores  que yo tiendo a desconectarme en verano y más teniendo en cuenta que veraneo en un rincón de frontera donde apenas tenemos cobertura con el móvil y que la wi-fi, y el propio móvil funcionan a rachas, según el viento sea de levante o de poniente...les aseguro que lejos de ser un fastidio es una delicia! Pero aquí tienen una píldora breve de reflexión veraniego, y de paso les dejo mis excusas por la poca frecuencia escritora en los próximos días, que espero sepan entender. Y a mi correctora particular le pido clemencia, porque escribo con este teclado táctil rebelde y a pleno sol...

   A todos mis lectores les supongo cierta cultura, pero como a mí misma esta cuestión me pilló en pañales hace unos años, paso hacerles un breve resumen de lo que es "la magdalena de Proust".Consiste pues, en asociar una experiencia sensorial a un recuerdo, a Proust le pasaba con las magdalenas que se tomaba de niño para merendar. Véase un pasaje sacado de alguno de los siete tomos de "En busca del tiempo perdido"  que no pienso leer jamás porque yo no tengo tanto tiempo que perder ni que encontrar:
“En el mismo instante en que ese sorbo de té mezclado con sabor a pastel tocó mi paladar… el recuerdo se hizo presente… Era el mismo sabor de aquella magdalena que mi tía me daba los sábados por la mañana. Tan pronto como reconocí los sabores de aquella magdalena… apareció la casa gris y su fachada, y con la casa la ciudad, la plaza a la que se me enviaba antes del mediodía, las calles…”

    Pues justamente eso es lo que me pasa a mí con el churro, o mejor, con los muchos churros que me he zampado ya desde que empecé mis vacaciones y que pienso seguir zampándome, y que me obligan cada mañana a correr siete kilómetros por la playa para que en septiembre no tengan que tomarme las medidas de la cintura con una soga marinera! Tengo debilidad por ellos, quien me conoce y me lee ya lo sabe; me recuerdan a las mañanas de domingo de mi infancia cuando mi padre los traía a casa (luego había que ir a misa, todo sueño tiene su parte de pesadilla), me traen a la memoria las mañanas de resaca después de muchas copas y un sitio llamado "Las tres G" que mi compañeros de fechorías juveniles recordarán tan bien como yo y me recuerdan a mis hijos, aún bebés de chupete mojándolos torpemente en un vaso de leche y salpicando a todo el que se les ponía al alcance. 

    El churro en bueno, barato, natural y frito en aceite de oliva como sólo en Andalucía saben hacerlos, y si hubiera un partido político que lo incluyera en su programa tendría mi voto garantizado. Por un euro te comes una docena y quienes los hacen son, generalmente bellísimas personas que se ganan la vida arrimados a una freidora a 180  grados. Así son mis churreros, que no creo que me lean, pero que son dos de las mejores personas que he conocido en mi vida, y que por un euro me dan casi cada mañana doce bocados de felicidad, buena conversación  y una sonrisa. Hay quién de más por menos? Les reto a que lo encuentren. 

lunes, 8 de julio de 2013

Abajo el despertador!

    Esta mañana me he despertado por mí misma y, por primera vez desde hace diez meses, amanezco un lunes sin el berrido del despertador. Hay que ver lo que cambia el panorama de abrir los ojos de forma natural y con el mínimo esfuerzo para despegarse la legaña, a hacerlo con palpitaciones, urgencia y obligados por el ruido de una alarma: no hay color.

    No hace mucho leí en una revista más o menos científica que despertarse con el despertador era malísimo para los biorritmos, para el corazón, para la moral y para el sistema nervioso. Si le doy cierto crédito al iluminado que escribía el artículo, resulta que en los algo más de diez meses que me levanto con despertador me estoy quitando años de vida al mismo ritmo que si me fumara una cajetilla de tabaco al día...vaya gracia! Quizás para la vuelta al cole en septiembre debería ir pensando en una solucción alternativa que por ahora no encuentro, porque entre mi media naranja y yo ya hemos probado el rumor de las olas, las cataratas de Niagara, los pájaros de la selva amazónica, las proyecciones luminosas en el techo y los hologramas y...como el zumbido de un viejo despertador nada de nada; al menos para despertarse, que es de lo que se trata. Y empiezo a pensar que los humanos occidentales venimos programados de serie para el sobresalto mañanero, porque mis hijos, que podrían prescinidir de la sirena visto que me tienen a mí, que intento hacerlo con delicadeza, me piden ya su propio despertador y además usarlo. Angelitos, no saben los año de condena que les esperan!

    Yo tengo un despertador al que, paradójicamente, le tengo cariño, fuen un regalo de boda de una amiga de mi madre muy querida y lleva casi veinte año prestándome leales servicios; tiene un zumbido persistente y perforador, desagradable donde los haya, pero cumple con su misión de sacarme de la cama a mí, que debo tener seis de tensión por la mañana y ha conseguido mantenerse vivo, superar tres mudanzas y seguir presidiendo mi mesilla de noche a pesar de las muchas veces que he deseado arrearle un martillazo.

    En las próximas semanas (no digo cuántas) le voy a dar un breve descanso. En esas mismas semanas en las que voy a intentar, y ya se que sin éxito, no atiborrarme de churros para no tener que correr luego kilómetros para bajarlos. Semanas en las que voy a secar mis mojados huesos al sol, volver a ver amigos que veo sólo una vez al año, comprar una lubina por la mañana y meterla en el horno a mediodía, engancharme a alguna serie idiota, leer "Madame Bovary" (una asignatura pendiente) y unas cuantas cosas más; ver con mis hijos el último Pixar y con suerte, repasar los anteriores y, como contaba mi abuelo de un amigo suyo jubliado: levantarme pronto para estar más tiempo sin hacer nada.

    No se si conseguiré ver seguidas las tres partes del "Padrino", como me propongo cada año;  o correr día sí y día no diez kilómetros en menos de una hora; o aprender de una vez a arreglar los pinchazos de las bicis. No se si conseguiré seguir escribiendo a este ritmo sostenido  que llevo ultimamente, o si me vencerá la pereza, o si ustedes me echarán de menos, o si seré yo la que eche de menos no escribir o no tener nada de qué escribir, que a veces ocurre.    Lo que si se es que a partir de hoy se abre un paréntesis en mi vida en el que no va a sonar el despertador. Dios sabe cuánto lo necesito, y ustedes?  Felices vacaciones a los que puedan disfrutarlas.

sábado, 6 de julio de 2013

Oda a la mayoría de edad

    En pocas horas, un personajillo bastante presente en mi vida va a cumplir dieciocho años. No se cómo se sentirá ella, pero aunque para mí es remontarme a la Edad de Piedra, recuerdo perfectamente cómo me sentía yo. Recuerdo las ganas de votar por primera vez, de poder ir al cine a ver todas las películas que me diera la gana sin tener que enseñar el DNI a la entrada, de tener un pasaporte para mí sola con el que viajar a mil países (luego no han sido tantos) de ir a la Universidad, de salir de noche sin tener que  mentir para volver más tarde...cosas bastante ingenuas para las expectativas de los que hoy tienen dieciocho años.

    Esta chiquilla que cumple mañana, a la que fui a ver al hospital el mismo día en que nació y que me parecía que siempre sería una niña de pelo rizado y ojos de asombro, se ha convertido en una espléndida mujer, y se va a echar al mundo de los adultos en un contexto bastante antípático y que no quisiera para mí, aunque concedo que la que se hace mayor soy yo y no ella, y que lo que a mí me parecen tragedias (comunicarse por SMS, no poder ver películas antiguas en la televisión, estar gobernados por las multinacionales o decidir que votar no sirve para nada) a ella le parezcan nimiedades. Concedo también que una está de vuelta de muchas cosas en las que ella ha comenzado el camino de ida y que sólo por eso, espero que su perpectiva sea más optimista que la mía.

    Esta niña, que ya se pasea con un diploma de bachillerato bajo el brazo, es la misma niña que antesdeayer merendaba pan con "zocolate" en mi cocina y con la que llegué a ver "Blancanieves" dos veces seguidas en la misma tarde; la misma que les daba a sus padres unas noches de ronda pero luego dormía de un tirón en mi casa y la misma que me pedía el coche de la Barbie por Navidad y ahora me pide que le preste los DVD atrasados de "Cuéntame". Ella es la misma que yo cuidaba para que sus padres fueran al cine y  que ahora cuida a mis hijos para que vaya al cine yo: finalmente en eso consiste el ciclo de la vida!

    A esta niña, a la que probablemente a las alturas de este párrafo le esté fastidiando en sobremanera que la llame "niña", le toca desde ya mismo probar las alegrías y los sinsabores de la vida de adulta. Va a tener que tomar decisiones que vayan más allá del color del esmalte de uñas y asumir errores  que le van a costar algo más que dos semanas sin paga; ya te lo advierto, nena, esta es la parte fastidiosa de crecer, al lado de las muchas ventajas que tiene, claro.  Vas a ser mayor de edad: podrás escaparte de casa, votar y decidir legalmente muchas cosas que mejor que la vida no te ponga por delante inmediatamente. Tendrás un diploma que te pensarás que tiene todo el mundo, pero que en tu país y el mío hay varios cientos de miles de jóvenes que no tienen, que no saben cómo hacer para tenerlo y que tampoco tienen trabajo porque no tienen el maldito diploma, porque se pusieron a trabajar antes de sacarlo y ahora les cuesta reengancharse. Así que ponle un buen marco de plata al tuyo y convéncete que ese, y otros muchos que podrás ir almacenando a partir de ahora, tienen su utilidad.

    No se si de repente mañana serás verdaderamente mayor de edad, saber, y gobierno (como dice la fórmula oficial);  tampoco se si te das cuenta que la vida te ha desplegado la alfombra roja ante tus pies, así que gástala en cada uno de sus centímetros cuadrados. Quizás te parezca que le damos demasiada importancia a lo que para tí, a lo mejor, sólo es un cumpleaños más...porque nos insulta tu juventud y secretamente cambiaríamos nuestras varias decenas por tus dieciocho primaveras, y la posibilidad de revivir los buenos ratos y remediar los errores cometidos. Feliz cumpleaños Irene, y que sean mucho más!

viernes, 5 de julio de 2013

He aprobado todo!

   Comienzo corrigiendo el título: hemos aprobado todo, principalmente mi santo esposo y yo, y subsidiariamente los niños, que eran los que se presentaban a los exámenes. Es más, este año, hasta el padre de familia se examinaba, y también ha aprobado. Me van a decir ustedes que llevo mi afán de protagonismo y de madre coraje a extremos un tanto exagerados, pero es así como lo siento: tras nueve meses de sinsabores, altos y bajos, berrinches y alegrías, el resultado del parto es que los niños están de vacaciones y pidiendo recompensas por sus notas, y nosotros dos trabajando y pidiendo descanso a gritos. Consejo número uno para los que están pensando en tener hijos: no pierdan de  vista el hecho de  que algún día irán al colegio, y que éste colegio sólo dura tres o cuatro años en la fase crucero, esa en la que hacen dibujos, cantan canciones y te fabrican una artesanía por el día de la madre...de ahí en adelante todo son gastos y sobresaltos académicos.

    Ya se que muchos piensan que los padres de hoy día nos preocupamos e implicamos en exceso en la vida escolar de nuestros hijos. Lo piensan fundamentalmente los que no tienen hijos, y lo piensan nuestros padres, que tenían cinco o seis hijos y sólo les faltaba (encima!) tener que ponerse a hacer los deberes con ellos. Y los que vemos a nuestros retoños abrumados por unos problemas de matemáticas que no entienden o por unos ejercicios de inglés mandados al peso y les echamos una mano, nos damos cuenta que, una vez más, como para tantas otras cosas somos la "generación emparedado": entre la falta de interés de nuestros padres por los estudios en el día a día (otra cosa era que se interesaran por el resultado final) y la exigencia de nuestros hijos de que hagamos de nuevo la ESO, el bachillerato y si me apuras, hasta la carrera; no le veo muy fácil solucciùon a este dilema, la verdad. Consejo número 2: no dejen nunca de estudiar, aunque entren en edades avanzadas. Por un lado, es una forma de ahuyentar demencias y alertagamientos seniles, y por otra, siempre le será útil a los herederos que el padre o la madre siga teniendo frescas las ecuaciones de segundo grado, para lo que pueda servir.

    Lo siento, pero después de haberme repasado los verbos españoles en todas sus formas, las tablas de multiplicar, el genitivo sajón, las declinaciones latinas, el teorema de Pitágoras y la propiedad distributiva; de haber pasado mis buenos ratos en Internet buscando la erupción de Vesuvio o las especies de animales en extinción; de haber imprimido en la oficina fotos de ballenas azules o del pájaro carpintero, de los países de la Unión Europea con sus respectivas banderas, y de haber repasado los ríos de la Comunidad de Madrid (que es la que nos toca estudiar a los expatriados) creo que tengo derecho a decir "he aprobado", o no?

    Y para concluir el consejo número 3: tengan hijos, que es un seguro para no envejecer de mente (ya que de cuerpo es inevitable) y llévenlos al colegio, que como me decía hoy un colega en la oficina, los tienen allí todo el día, en muchos casos es gratis y encima aprenden algo. Y si los llevan al colegio y deciden que para ustedes es importante que salgan adelante con un mínimo barniz de sapiencia y sin un trauma por no entender nada, prepárense ustedes, física y psicológicamente a repetir todos y cada uno de los cursos de su escolaridad, con todas sus alegrías y  sus penas.

   Lo mío de hoy es alegría porque he aprobado todo, claro... a ver qué me doy de premio!