domingo, 3 de julio de 2016

Anonadada

    No he desaparecido de mis pàginas blogueras porque esté de viaje y no tenga wifi, que es lo que normalmente justifica mis ausencias, aunque todo llegarà. Llevo casi diez días sin poner una sola línea de mi cosecha porque estoy anonadada, y en mi sorpresa, sufro de parálisis escribiente. 

    Anonadada por ser capaz de soportar 33 días de lluvia seguidos sin cometer un delito de sangre, presa de mi desesperación. No debería extrañarme después de más de veinte años desplegando y perdiendo paraguas por estas tierras; pero con el cambio climático, parecía que hasta el terrible y húmedo norte se estaba convirtiendo en un lugar habitable. Falsa esperanza la mía; desde hace 33 días vivo en Macondo; y ya estoy empezando a padecer de los huesos, ahora que, no se preocupen, que tengo unos planes para que se sequen esos mismos huesos, que ya verán, ya!

    Anonadada estoy por la capacidad de los españoles a soportar que les roben, del erario público, e incluso de sus bolsillos, y confiar de nuevo en Alí-Babá y los cuarenta (o cuatrocientos) ladrones para seguir conservando las llaves de la caja. Como esta vez no me han dejado votar, me limito a constatar mi sorpresa, ingenuamente, porque los sabios analistas probablemente ya se lo esperaban. Y constato, sin anonadamiento ninguno, que aunque no he votado, es como si lo hubiera hecho, por lo poco que ha cambiado el panorama desde la última vez.

    Anonadada me quedé hace una semana al ver como un pueblo civilizado, una democracia antigua y supuestamente sólida, se deja arrastrar por los cantos de sirena de unos cuantos alocados de pelo teñido (Farage) o alborotado (Boris). Se marchan del club al que hasta hace nada todos llamaban a la puerta para convertirse en países respetables, lo que indica que quizás el club ha bajado de categoría o que sus socios ya no son percibidos como respetables, a saber; o simplemente que esta gente británica es muy rara. Yo, que vivo la cosa europea como el aire que respiro no sé si estoy simplemente anonadada o francamente enojada. Vaya, ellos hablàn inglés, que como bien sabemos, es un idioma que abre puertas, así que podràn irse de este club alborotado y sin rumbo cierto e incluso podrán hasta fundar otro gallinero nuevo. Como para pensar que todos los países civilizados tienen cuentas pendientes con el gremio de peluqueros, visto que quienes quieren gobernar tienen casi toda su personalidad y su imagen al servicio de su cabellera, despeinada o mal teñida, según los casos: el siguiente en la lista es Trump...

    Anonadada me han dejado mis hijos con sus (buenas) notas; la selección española con su mal juego y sus pocas ganas de ganar y darle un buen rato a la parroquia; anonadada los de Unidos Podemos (o podíamos) que pasaron del megáfono callejero a la mercadotecnia televisiva y se quedaron como estaban. Y entre tanta sorpresa, aquí sigo expectante, boquiabierta, sorprendida, confundida, desnortada, interrogante, estupefacta, asombrada y haciendo rogativas para que pare ya de una vez esta lluvia que hace que el 3 de julio parezca el 3 de octubre y que se me esté poniendo una mala m.......(rellénese con lo que proceda) que no me aguanto ni yo!

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