sábado, 30 de junio de 2012

Objetos perdidos, olvidados y encontrados.

    Tengo una amiga que hace limpieza en sus fondos de armario y pone en Facebook fotos de cacharros varios que van saliendo y que, piensa ella, que se pueden revender, o al menos reutilizar; aunque varias personas de su entorno le aconsejamos que los done a un museo de arte moderno norteamericano (los de por acá ya no tienen dinero) para que los enseñen dentro de unos años como muestra de arte industrial. 

    Entre la cacharrería que todos almacenamos en nuestros sótanos y altillos hay objetos que muy probablemente en 10 o 20 años se acaben convirtiendo en piezas de museo, sólo hay que tener paciencia y guardarlos, como guardaron nuestros padres los teléfonos de plástico rojo con ruedecita para marcar que ahora exhibimos orgullosos en nuestros salones o, remontándonos un poco más, la Mariquita Pérez con la que jugaban nuestras madres y que nosotras despreciamos en nuestro turno de infancia a favor de la Nancy, que era más pop, y más fea, todo hay que decirlo. El problema será encontrar un lugar donde guardarlo todo, teniendo en cuenta que ya nadie tiene casa en el pueblo y que el volumen de almacenamiento   gira en torno a tres ordenadores, cuatro teléfonos y dos cámaras digitales para una familia de cuatro  cada tres años y eso, tirando por lo bajo. 

    Y si nos durmiéramos ahora en el 2012 y despertáramos en el 2112 y visitáramos un museo de arte moderno, con qué nos encontraríamos? Hagamos un poco de ciencia ficción. 

    Con un iPad, porque para entonces ya habrán sacado un modelo que va directamente insertado en el cerebro de las personas, que no se descarga, no lleva funda de colorines y además te lee el pensamiento y las intenciones. 

    Con un teléfono fijo con su auricular que se descuelga, su factura a pagar cada dos meses, sus teclas no táctiles y con un manual de uso para nuestros hijos, que a golpe de mensaje de texto han olvidado cómo se llama a una casa y se pregunta por alguien. O con  un  vídeo, o incluso un reproductor de CD conjuntamente con un carnet de socio de un videoclub. 

    Encontraremos quizás una chaqueta de Angela Merkel, con un cartelito que diga algo así como "uniforme tipo de gobernante femenina del siglo XXI, utilizado para mandar mucho y no tener que preocuparse por el vestuario". 

    Un pincho de tortilla de patata sin deconstrucción, sin añadidos de espumas y sin decoraciones a base de caviar o de pimientos morrones. Y si es posible, acompañada de unos huevos fritos con chistorra, sin ninguna mousse como guarnición. 

    Un bolígrafo con una cuartilla en blanco explicando que sirven ambos para escribir. Con las mismas, un libro cualquiera, explicando que sirve para leer. Y un cartel sobre las tres cosas que diga "sirve para pensar". 

    Una cartera con varios billetes y monedas en euros, que para entonces puede que lleven varios años fuera de la circulación. 

    Y así podríamos seguir hasta el infinito con la lista de objetos; pónganse a dar vueltas por la casa y seguro que encuentran muchos candidatos. Yo soy poseedora de todo lo que les he relatado en la lista, excepto la "chaqueta Merkel" claro está, pero ella tiene tantas que malo ha de ser que alguna no resista el paso del tiempo...

    También quizás deberíamos guardar una camiseta de la selección española (malamente rebautizada como "la roja") aunque sólo sea por los buenos ratos que nos han dado en los últimos años, independientemente de lo que pase mañana. Mario se alió hace unos días con Mariano y entre los dos no le arrancaron la chaqueta a Angela, pero al menos le aflojaron un poco la cartera; qué pena que ahora nos tengamos que pelear entre nosotros en un partido de fútbol para que uno gane, cuando actuando juntos los resultados son tan buenos. Que gane el mejor, que haya suerte para todos, pocas trampas, goles muchos y mucha alegría en las casas, sea cual sea el final. Yo, como siempre, sigo siendo admiradora del Marqués del Bosque, el noble más grande de España! A por ellos...

martes, 26 de junio de 2012

Los países simpáticos

     Hace años nos gobernaba un señor a un bigote pegado, que  nos metió a la rastra en una guerra donde no pintábamos nada con el argumento de que no podíamos pretender siempre estar en el grupo de los países simpáticos. Claro que  también dijo que él había sacado a España del rincón de la historia (Felipe II debió revolverse en su tumba juntamente con su muy Católica abuela Isabel) y que no se podía acudir a  Europa como pedigüeños: ay! si nos viera de aquí a dos días lo que vamos a tener que pedir!

    Yo personalmente, puestos a hacer listas y clasificaciones, prefiero que me toque del lado de los simpáticos y no del de los ariscos; como prefiero estar del lados de los generosos y no del de los avaros, o del de los tolerantes y no del de los talibanes, es de sentido común. Y preferiría que mi país estuviera en la lista de los países simpáticos, en la cual me parece que se encuentran algunos que conozco y que, a pesar de sus fechorías, desfalcos, y situaciones políticas complicadas les siguen cayendo bien a la gente; ejemplos: Italia, Méjico, Brasil, Islandia,  Jamaica, Australia o Senegal, por citar sólo algunos. Y quisiera pensar que también España, donde la gente venía de vacaciones, a tomar el sol, a ligar, a beber y comer y alvidarse de las penas cotidianas y donde los lugareños presumían de aquello de "como aquí no se vive en ninguna parte". 

    Me gustaría no acabar engrosando la lista de los países antipáticos, que en estos momentos encabeza Alemania, con varios cuerpos (de Angela y sus chaquetas) de ventaja sobre sus inmediatos competidores que deben ser Siria, China y Rusia, y con serios aspirantes como Irán, Azerbayán, Argentina o Afganistán. Pueden ustedes seguir añadiendo nombres a la lista, entiendo que ésto es muy subjetivo.

   Pero hete aquí, que todo el mundo habla de nosotros, de la dichosa burbuja inmobiliaria, de todo el dinero que gastamos y que no teníamos, de todo lo que vamos a necesitar para pagar eso que gastamos a cuenta, de los bancos que hace seis meses pasaban todas las pruebas de fuerza y ahora la fuerza se les ha ido por la boca, de la prima que sube y que nos come la moral, del paro que no baja y no da de comer, del IVA que no pagamos de forma atroz como los nórdicos y claro, por eso los nórdicos venían a beber y gastar a un país simpático como el nuestro...y así tantas cosas. A día de hoy, 26 de junio,  el "Wall Street Journal" le dedica un artículo a doble página al gobierno de Castilla-La Mancha y a Dolores de Cospedal: los de Cuenca estarán encantados de aparecer en el "Wall Street Journal" por algo más que por ser una bonita ciudad monumental, son también dueños de una estación del AVE que no se usa y de un hospital que no se ha llegado a inaugurar.

    Y no olvidemos mi teoría climatológica que creo que ya les conté en alguna otra entrada: en los países simpáticos sale el sol y hace buen tiempo, por eso son simpáticos. En Europa, en los países antipáticos no hay paro y el salario mínimo tiene cuatro cifras, pero llueve y hace frío. Con alguna que otra excepción, este criterio se cumple casi siempre. La excepción es Irlanda, donde llueve a mares y también andan a vueltas con la deuda y la prima, pero recuerden como cantaban el otro día cuando ya les habíamos metido cuatro goles. A ver cuantos fados se marcan mañana los portugueses cuando comencemos a agujerearles la portería, y eso que Portugal es un país simpático, da hasta pena tener que ganarles!

viernes, 22 de junio de 2012

Preguntas retóricas

    Preguntas retóricas: dícese de aquellas que se formulan sin esperar que nos den una respuesta y que suelen ser parte de un discurso destinado a hacer reflexionar a quién nos escucha. Ejemplo clásico: "qué es poesía? Y tú me lo preguntas?" (Gustavo Adolfo Becquer). Otro ejemplo clásico: "quién ha dejado este jersey tirado en el pasillo?" (mi madre en cualquier momento de mi infancia) o "a quién le toca  hoy poner  la mesa?" (yo misma, cualquier día de mi vida desde hace unos  años). Y notarán los espabilados lectores que estoy escribiendo una entrada sobre las preguntas retóricas sin poner el signo de interrogación inicial  por ningún lado porque este cacharro de ordenador portátil que uso para escribir no me deja...mi iPad sí, pero a una cuando escribe le gusta el sonido de las teclas, qué se le va hacer. 

   Pues sabiendo que faltarán todos los interrogantes iniciales, aquí tienen ustedes unas cuantas preguntas retóricas encaminadas a hacerles reflexionar, si quieren, y sino, limítense a leerlas. 

    Hay vida en otros planetas? Y si la hubiera, pagan impuestos? les gusta el fútbol? Y en esos planetas remotos, hay una crisis de deuda soberana? Les importa tanto como a nosotros? Han encontrado la manera de deshacerse de la basura sobrante? reciclan los ordenadores? Saben quién es Steve Jobs? 

   Algunas dudas frívolas: se acabará algún día "Sálvame"? y si no se acaba, se le acabarán al menos los espectadores? ; qué complejo vitamínico toma Cayetana de Alba? y ya de paso, cómo se llama su cirujano plástico? le ha puesto un pleito por dejarla con esa boca de buzón antiguo? Quién es el modisto que le hace las chaquetas a Angela Merkel? Por qué no ha conseguido después de tantos años en el candelero crear tendencia? Qué fue del primer marido de Letizia? Lo habrán desintegrado esos marcianos que tampoco sabemos si existen? Se casará algún día George Clooney? 

    Aprenderé alguna vez qué hacer con todos los programas de mi lavadora? Y a encender la televisión y el descodificador a la primera y sin equivocarme de mando? Es posible abordar la cincuentena y seguir usando la talla 40 sin tener que hacer los juegos olímpicos para ello? O al menos sin pasar hambre? Me echarán en cara mis hijos el día de mañana las mismas cosas que yo a mis padres? Me desmayaré el día que me digan que tienen novio,-a?  Viviré lo suficiente para ser abuela? Cobraré una pensión aunque sea de subsistencia? 

    Hay vida después de la vida? incluso para los que no se lo merecen porque no han hecho más que fastidiar a su paso por la tierra? Somos realmente polvo y en polvo nos convertiremos, o nos reencarnaremos en una cabra montesa, o en un saltamontes? Es verdad que la vida sana prolonga nuestra existencia? O es una vil excusa para vender píldoras? Encontrará la ciencia un remedio para la calvicie? Y para depilarse sin tener que pasar por el láser? Declararán  fnalmente las autoridades este invento como método de tortura no autorizado? Nos hablaremos cara a cara dentro de veinte años o sólo por Facebook? 

    Seguiremos aguantado que a diario 22.000 personas mueran de hambre mientras el Doctor Dukan gana millones con su libros sobre dietas?; conseguiremos algún día que se prohiba la fabricación de las minas antipersonas?  Seguirá siendo posible vender todo tipo de pistolas y fusiles por Internet? Terminaremos con la ablación del clítoris, la lapidación de las mujeres  y los niños soldado sin tener que acabar arrasando los países donde ello se practica? Seguirán los machos cabríos españoles matando a sus ex-mujeres?

     Y bajando al terreno de juego, jugará mañana Torres o Llorente? Dice Rabindranath Tagore que "hacer preguntas es prueba de que se piensa"; yo, como verán ustedes, a todas horas, aunque muchas de las preguntas, de éstas y de otras muchas que me comen la sesera,  jamás van a encontrar respuesta. feliz fin de semana y mañana, a ganar a los franceses!

lunes, 18 de junio de 2012

Píldoras de optimismo

    Me escribe una amiga española, vía Facebook y me dice que cuando lee las entradas de mi blog piensa que soy la inyección de optimismo que le falta a España, lo cual me alegra en sobremanera, teniendo en cuenta que yo toda la vida fui considerada en mi casa (esto es, en la casa de mis padres) como la "alegría de la huerta" en términos peyorativos; cuán equivocados estaban! 

    En este tiempo presente que nos está tocando sobran razones para ser un cenizo así que yo, con una buena dosis de ingenuidad, he decidido que más vale que nos alegremos la vida los unos a los otros, porque a la prensa, la radio y la televisión les "pone" darnos cada día al menos un par de malas noticias, asustarnos  de mala manera  y explicarnos a todos que moriremos desempleados, arruinados y en una ciénaga provocada por el cambio climático. Quizás de lo último un poco de razón tengan, no digo que no. 

    Analizándolo cuidadosamente, cada día nos trae seguramente uno o dos motivos para sonreir, e incluso para reir a carcajada, y lo maravilloso de este caos en el que nos han metido unos cuantos enteradillos de la finanza es que los espíritus se agudizan, el humor es corrosivo y el pensamiento crítico, una conjugación que en la historia siempre ha dado buenos resultados. Ejemplos: a finales del siglo XIX nos quedamos sin Filipinas, sin Cuba y sin los pocos restos del Imperio, la crisis económica fue de órdago a la grande y la situación  política de taparse la nariz; pero sin todo ello no tendríamos a Unamuno, a Antonio Machado o a Menendez Pidal, a Zuloaga e incluso al Picasso más joven. Esperemos que de este achuchón nos salgan genios parecidos; por el momento hay un gremio que lo está bordando, y son los humoristas ya sea en su vertiente gráfica: 



   O en la televisiva, y para ello les dejo una muestra de esa perla de programa de la tele catalana que se llama "Polonia" y que mis colegas catalanes me van haciendo descubrir gracias a sus iPads (cómo no!):



    Y si les pica la curiosidad y quieren ver más, no tienen más que ir a Youtube y encontrarán otros muchos, a cuál más ingenioso. Y si para ponerse de buen humor la sátira política no les motiva, pues aquí va el remedio fácil: pongan una foto de ustedes mismos en su perfil de Facebook, a ser posible de hace unos años y con menos arrugas, tomada al borde del mar o en cualquier caso de vacaciones, para tener buen color de cara y mejor sonrisa: a los cinco minutos, los conocidos comienzan a llamarte "guapa" vía comentario Facebook, a lo que hay que responder "no yo no, tú si que estás guapa",  o "que guapos tus niños" con respuesta "pues mira que los tuyos", "no los tuyos más", etc. y así se enzarza  una en un diálogo absurdo y cansino pero que, por lo que veo, debe de dar buen resultado porque mucha gente lo practica. Yo no, porque yo soy un cardo borriquero y prefiero las viñetas de Forges, incluso los vídeos antiguos de Gila, que me ponen de bastante mejor humor que cualquier "guapa" en mi muro...Una es así de rara...

jueves, 14 de junio de 2012

Esta tarde vi llover

    No se si atreverme a escribir sobre la lluvia porque ya lo hice hace unos meses. Permítanme que me tome la licencia de remitirles a mi entrada "Cantando bajo la lluvia" del 31 de agosto pasado, entrada que ilustré con un video de Gene Kelly haciendo lo propio, el vídeo también se lo pueden autopropinar, sigue siendo de rabiosa actualidad. 

   Vivir en el norte de Europa y escribir sobre la lluvia es una redundancia, pero cuando veo el cielo cada mañana, lo que cae de él, el enfado de mi hija porque no puede ponerse todos los pantalones cortos agujereados que se ha comprado para ser mayor y moderna, mis zapatos machacados porque como son los de la lluvia me los pongo todos los días, la humedad reinante en mi hogar (una sábana tarda dos días en secarse) y los parques y jardines impracticables por mor de los charcos, me doy cuenta que hay que escribir de la lluvia. 

    Y como ya no me quedan palabras, aquí van unos vídeos musicales con la palabra lluvia como protagonista,  por supuesto que no están todos los que son, para ello se ponen ustedes a buscar en Youtube que con un iPad es pan comido (les hablé ya de mi nuevo iPad, no? ) ; están los que a mi me gustan, que para eso soy la que escribo y me devano los sesos. Creo que se nota  que estoy un poco malhumorada!

    Aquí tienen  la canción que da título a esta entrada:



   Otro clásico, atentos los frikis eurovisivos (tengo varios amigos que lo son) porque sale el Trío La, la, la:




    Otro clásico, éste de mi adolescencia:




  Y el último: 




    Y cuando ésto escribo, ha salido el sol...Me pregunto si tendré ciertos poderes de invocación o paranormales pero no, la previsión  para los próximos días es de lluvia a raudales. Si tienen alguna otra canción que proponerme soy toda oídos y de paso, toda paraguas...

martes, 12 de junio de 2012

Las servidumbres del verano

    En poco más de una semana, llegará el verano oficial. Por lo que veo hasta ahora y los pronósticos que me enseña la aplicación metereológica de mi flamante iPad, los que vivimos por esta latitud nórdica y grisácea nos tendremos que conformar con el anuncio porque, por estos lares el verano vino el 22  de mayo y se marchó el 30, quién sabe si para no volver. Y este año tampoco nos visitó la primavera, así que vamos bien...el que quiera buen tiempo que se vaya a un país intervenido y con la prima de riesgo elevada; la estabilidad finaciera parece que prefiere vivir bajo la lluvia.

   Así que los que queremos verano tendremos que hacer lo posible por salir corriendo de aquí en cuanto nos dejen para recuperar todo aquello que nos motiva en esta estación del año: el ruido del ventilador, el gazpacho a todas horas, el pie desparramado en el interior de una alpargata, la horchata por litros y el brazo moviendo el abanico; para que luego digan que somos escogidos! Les ruego me busquen vicios más baratos que éstos...

    No les oculto que el verano es mi estación favorita, y si de mí dependiera, la única. Y eso que no es todo sol, playa y refrescos, pues reconozco que la cosa estival tiene también sus servidumbres y fastidios, que nos evitamos en el invierno por aquello de llevar una capa que todo lo tapa. Y ya se imaginarán a qué me refiero: pelos en las piernas, lorzas y michelines en la cintura, pantorrillas infladas y varices, tinte del pelo que dura dos días y juanetes contumaces salen a la luz con la misma alegría con la que salen los cuerpos que los llevan encima; y si a una aún le queda un poco de ganas de ser joven, o por lo menos parecerlo,  hay que reconocer que ocultar tanto desastre es un trabajo a tiempo completo. De lo que me alegro es que ese trabajo en los últimos tiempos es tan masculino como femenino, la igualdad de género también ha pasado por los gabinetes de peluquería y estética, y a ellos les cuesta ocultar las miserias tanto como a nosotras, ya era hora!

   En las últimas semanas, una leve lesión de espalda (y las ganas de perder la lorza invernal ) me han llevado varias veces a nadar a la piscina,  donde además de arruinarme el tinte me he dado cuenta que los hombres que ya no tiene pelos por ningún lado ganan a la especie hasta ahora conocida del gran público que era el "homo velludo" en mayor o menor cuantía. La idea de ver a la otra mitad del género humano sufriendo con láseres, ceras depilatorias y demás torturas medievales, para qué negarlo, me hace sentirme malvadamente feliz. Me pregunto si será una moda pasajera o si la cosa perdurará en el tiempo. Veremos. 

    Otra servidumbre veraniega, de la cual si sigue así el tiempo nos libraremos por estos lares, es la necesidad de careta antigas para viajar en según qué transportes públicos y frecuentar según que lugares comunes. En el verano buena parte de la raza humana olvida usar el desodorante o si lo usa, olvida cambiarse de camisa, error muy frecuente entre el gremio hostelero. Las basuras abandonadas le dan a la calle un perfume de sardina permanente  y las tuberías de los inodoros y cloacas expulsan ciertos gases que a saber por qué razón van hacia arriba en vez de limitarse a transcurrir por donde debieran, y perderse en el subsuelo. El verano es una experiencia un tanto negativa para el olfato,qué le vamos a hacer. 

    Y para quienes les afecte,  queda la plaga de mosquitos e insectos molestos y puñeteros. Yo como soy un mal bicho y debo tener la sangre amarga,  ni se me acercan, pero mi familia les tiene la guerra declarada con distintos tipos de armas de destrucción masiva. Este año hasta vamos a ensayar una aplicación del iPad (otra vez él) especialmente diseñada para ahuyentarlos. Ya les contaré de su eficacia. 

    Y mientras les cuento estas tonterías, temperatura exterior de mi casa gentilmente ofrecida por la pantalla de mi iPad (quién si no!) : 14°C y lloviendo. Es o no es para llorar?

domingo, 10 de junio de 2012

De entrenadores y entrenados

    Tengo tres escolares en mi casa y en esta época del año las tareas se resumen a uno que examina y dos que son examinados. Parafraseando a mi amigo el que dice que su casa huele a viaje, la mía, en este mes huele a evaluación final, que es un guiso que se cocina a fuego lento durante varias semanas. La única que no lo practica ni lo come soy yo que, paradojas de la vida, siempre me he pirrado por estudiar. Me siento una especie de entrenadora personal de mis seres queridos, a quienes intento quitarles de encima cualquier obligación que no sea la de meter la nariz en el libro o manejar con garbo y destreza el bolígrafo rojo de corregir. En USA ya me habrían dado un título para ser "coach" que, además de vestir mucho y sonar bien se ha convertido en un oficio que se estudia, se aprende y se gana pasta con ello.

    Cuando parecía que los libros de autoayuda estaban ahí para enseñarnos a todos cómo dejar de fumar, cómo adelgazar, como llevarnos bien con nuestros vecinos o cómo superar el miedo a volar, ahora resulta que hay entrenadores  (además de los que entrenan equipos de fútbol) que  también te ayudan a bajar dos tallas de cintura, a poner orden en tus facturas y a conseguir que tus hijos te obedezcan a la primera: a los que se dedican a esta última tarea habría que pagarles el doble! Yo siempre tuve fe ciega en los libros y en sus enseñanzas, pero en las enseñanzas históricas, literarias y filosóficas; en éstos que te dicen que si los lees tendrás de repente un millón de amigos tengo la misma fe que en la traducción al castellano de todos los manuales de mis electrodomésticos: ninguna. 

    Bien pensado, como yo soy de natural insistente, machacona y repetitiva; me gusta dar consejos sabiendo que nadie me escucha e incluso no me importa que así sea, y además tengo complejo de hermana mayor, quizás debería darle un giro profesional a mi vida y hacerme "coach" o entrenadora de lo que sea. No es algo que descarte si la burocracia para la que trabajo y de la cual soy funcionaria se viene abajo, que puede ocurrir. Al fin y al cabo, ésto de entrenar es una práctica vieja como el mundo, pues los primeros entrenadores en la búsqueda de la felicidad (que es finalmente a lo que aspira todo bicho viviente) fueron los curas y empleados similares de religiones varias. Aunque me temo que en nociones como ponerse en el lugar del prójimo, perdonar, compartir, etc. más sabe el que ha perdonado una vez que el que se ha leído varios manuales sobre el perdón...Y así con todas las cosas. 

    Y visto el panorama que nos rodea, me temo que los entrenadores de éxito de hoy día son variopintos y consiguen mucho de lo que tienen leyendo pocos manuales. Les pongo algunos ejemplos: el entrenador Mourinho, persona soez y tabernaria donde las haya, consigue todo lo que tiene siendo desagradable, que es un método como otro cualquiera. El entrenador Juan Carlos, del equipo "Casa Real", que tenía a todos  sus jugadores marcando el paso hasta que uno de ellos decidió salir a ver mundo y de paso a ganar millones, parece que cojitranco y todo sigue al mando del equipo, y encima cobrando todo su sueldo, cómo se las arreglará? El entrenador Rajoy de "Casa España" ha conseguido que le den la pasta que necesitaba para sus  pupilos  a costa de negarse a pedirla...curiosa estrategia que también le ha dado resultado. Y termino con el entrenador Del Bosque de la Selección Española, mi favorito: éste consigue lo que quiere porque es sereno, amable, austero, habla bajito, trata a los jugadores de usted  y no se mete con nadie; hasta ahora el método le ha funcionado y   además,  es mi paisano, qué caramba! Hoy hemos empatado pero ya verán los irlandeses el jueves. Feliz semana de pan y circo para todos, o de fútbol, como prefieran. 

miércoles, 6 de junio de 2012

Bésame mucho

    En la última entrada prometí no hablar más de la crisis, los bancos, la deuda soberana, Paul Krugman, los parados, la austeridad, Urdangarín, el Banco Central Europeo o Angela Merkel. Quitando todos estos sujetos, no me queda más remedio que apartarme de la actualidad para encontrar cierta inspiración. Y dónde se busca uno la inspiración cuando no se tiene talento literario? pues en la prensa atrasada, fuente inagotable de conocimientos. Y dónde se lee uno la prensa atrasada? Pues hay para todos los gustos, pero ésta que lo es, se lee la prensa atrasada en la consulta del ortodoncista y, más frecuentemente, en esos ratos perdidos en los que uno se retira "al excusado" que se decía antaño (muy pertinentemente por cierto) y se empapa de todos los suplementos dominicales abandonados en un cestillo al lado del retrete.

    Y en ese lugar me encontré hace unos días con un reportaje de cuatro páginas cuyo tema era "el beso". Encontré el reportaje bastante aburrido si no fuera porque al final daba una lista de los mejores besos de la historia documentados gráficamente; claro está que cada uno luego puede añadir los propios (dados, intercambiados y recibidos) a  la lista de los mejores! No me sorprendió ver que el beso perfecto y número uno en la lista era el de Cary Grant e Ingrid Bergman en "Encadenados" de Hitchcock:



   Y aunque el reportaje no me interesara, ya saben ustedes que una tiene pocas pasiones, pero que el cine es una de ellas, así que voy a largarles sin piedad cuatro besos más de cine; el que sigue, el número uno de mi lista particular:



    Miren por donde, Ingrid Bergman, protagonista de los dos...para que vean ustedes que la fama de las suecas es anterior a la llegada de éstas al Benidorm de los años 70! Pero para besos espectaculares, el que sigue, al que han imitado hasta en las películas de Shrek: se lo dieron Deborah Kerr y Burt Lancaster en  "De aquí a la eternidad", de Fred Zinemann, fue objeto de censura peninsular ibérica, para qué explicar más...



    Y aunque nos pensamos que en la corte monegasca fueron  las dos princesas casquivanas las que trajeron con ellas el escándalo, basta leer cualquiera de los excelentes libros sobre el Hollywood de aquella época (James Spada: "The secret life of a princess" o John Belton: "American Cinema/American culture")  para saber que Carolina y Estefanía tuvieron una excelente maestra en la figura de su señora madre, que parece ser que besaba (y otras cosas más) como nadie:



   En el vídeo anterior aparece propinándole uno de los suyo a James Stewart en "La ventana indiscreta", pero no creo que haya ni una de sus películas sin una demostración soberana de cómo se besa en pantalla.    Y para que no piensen ustedes que estoy obsesionada con las viejas películas hollywoodenses, que es verdad, aquí tienen un beso futurista que también guardo en mi lista particular:




   Lo dicho, la prensa atrasada es una gran fuente de inspiración. Lo del beso, su historia y sus orígenes, por qué se da, qué se siente, qué significa culturalmente, cuántos besos nos damos cuando nos saludamos según de qué país venimos es un rollo macabeo que sólo sirve para hablar de lo que importa: el cine! Y como ésto de las listas es muy personal y relativo, se admiten sugerencias, aquí estoy esperándolas...

domingo, 3 de junio de 2012

Los ricos también lloran

    A ver si nos pensábamos que la crisis era una cosa de parados andaluces, "bankios" en quiebra y perroflautas acampados por las plazas. Pues no, señoras y señores, empleando una frase que detesto, por manida y gramaticalmente rara: "la crisis somos todos", o incluso mejor (por peor, claro) : "todos somos la crisis". 

   Hace unos días, revisando la prensa rosa en internet, me topé con una lista de personajes famosos y de holgado bolsillo que parece que lo están pasando regular cuando el común de los mortales y contribuyentes lo está pasando francamente mal. Mucha farándula en la lista: Lolita sigue debiendo hasta el papel higiénico, Jesulín ha tenido que vender otro trozo de "Ambiciones", que de seguir así acabará llamándose "decepciones" o "restos de feria", porque se le va a quedar la finca en una casa con una fila de setos, si sigue con las ventas de  su terreno a pedazos. La familia Bosé ha cerrado el hotelito que tenía en Extremadura y a Miguel también se le ha venido abajo su fábrica y secadero de jamones. Y entrando en el territorio de los muy ricos, nos topamos con que la Baronesa Tita, se ha desprendido de un cuadro de Turner porque dice que necesita liquidez, lo cual observando su tren de vida y el de sus parientes cercanos nos queda fuera de toda duda. Al menos le agradecerá al barón de por vida que la dejara llenita de cuadros, pues le basta vender uno para encontrar la liquidez perdida...vender un piso es bastante más complicado. 

    Y parece ser que entre los muy ricos, disimuladamente, se ponen a la venta barcos veleros, chalecitos de montaña y residencias playeras con piscinas de las que se pierden en la línea del horizonte, esto es, todo lo que pide pan y no hace falta para vivir, y todo lo que se compraba a crédito desmesurado que ahora no se puede pagar. Conclusión: los ricos también lloran, como decía el culebrón mejicano de grato recuerdo. Y como los seres humanos somos de natural mezquinos, eso de que las rentas privilegiadas sufran la economía de guerra nos da un cierto gusto. Quién sabe si la crisis nos reformará en nuestras feas costumbres dispendiosas, o si convertirá a nuestros hijos en ciudadanos más cuidadosos que no llenarán el planeta de basura electrónica; mientras tanto,  la crisis se ha llevado por delante la ola de nuevos ricos o de aquellos que se lo creyeron sólo porque el banco fiaba hasta para comprar el pan.

    Pero no cantemos victoria los seres mezquinos que somos todos, no nos alegremos demasiado rápido del mal ajeno: sólo están llorando los que fueron ricos en un paréntesis, los que lo consiguieron a golpe de ladrillazos y de pedir fiado poniendo de aval a la suegra. Los de toda la vida siguen disfrutando y gastando a espuertas porque, queridos amigos, los ricos de toda la vida lo son precisamente porque no gastan en tonterías, y les importa un bledo impresionar al prójimo con barcos, coches, casas o castillos. Cuando esta ola se pase y España, como decía aquel,  "vaya bien" ellos seguirán en sus posesiones viendo como a los demás les queda todo por ganar de nuevo. Quién dijo que la vida era justa? se equivocó de medio a medio, y un señor con barbas que se llamaba Karl Marx y pasaba por allí hizo un libro de ello.

    Y ya me estoy cansando de hablar de la crisis, así que a ver si esta semana nos intervienen ya y se me pasan las angustias por el Euro maltratado; porque yo, que creí más en el Euro que en los Reyes Magos y que me pareció mejor remedio que el Paracetamol cuando lo inventaron, sufro con estas cosas. Entre otras muchas. Feliz semana a todos.