jueves, 27 de septiembre de 2012

Basura por todas partes

    No es que la actualidad me haya dado tregua, visto como anda el panorama nacional; es que yo he decidido hacer como los políticos y más concretamente como el que está ahora al mando: mirar para otro lado y fumarme un puro (ésto último no se lo tomen a la letra)...y terminar de escribir mi anunciada y dos veces aplazada entrada sobre la basura.

    Sepan ustedes que la basura es una de mis obsesiones, que se codea con otras ya conocidas de ustedes: teñir mis canas, procurar que los años no sumen centímetros a mi cintura, terminar con el hambre en el mundo y no tolerar insultos racistas en mi presencia,  ni humo de tabaco en mi casa. Me asusta la basura, no la del cubo que guardamos en una bolsa, sino esa que ocupa tantos lugares de nuestras casas; me asusta la facilidad que tenemos para acumularla y lo que nos cuesta deshacernos de ella; me asusta cómo se desparrama a nuestro alrededor y todo lo que ocupa en nuestas vidas y en nuestros paisajes, que acabarán siendo una sucesión de vertederos.

   Quieren un ejemplo gráfico? Les doy uno de cine, para variar. Se acuerdan ustedes de "Wall.E"? aquella película de Pixar que contaba la historia de un pequeño robot chatarrero que se queda sólo en el planeta inundado de basura mientras los terrícolas supervivientes viven dando vueltas en una nave espacial en donde se han convertido todos en obesos a fuerza de no moverse. Prócurense el DVD y si no quieren verla entera (es una joya) no se pierdan la primera media hora. Yo volví a verla este verano con mis hijos y dada mi obsesión por el tema me dejó un par de noche sin dormir.


    El mensaje es apabullante: la basura acabará expulsándonos de nuestras casas, y puede que hasta de nuestro planeta: yo estoy de acuerdo. Acabaremos sepultados bajo una marea de teléfonos que sólo han servido seis meses, ordenadores obsoletos antes de salir a la venta, zapatillas de deporte pasadas de moda en dos días, televisiones planas, cóncavas y convexas, folletos, planos y revistas que guardamos para un por si acaso que nunca llega. Todo ese magma que se almacena en nuestros sótanos y en los altos de nuestros armarios entrará algún día en erupción y nos caerá encima como una maldición bíblica.

    Los de nuestra generación, que presumimos de conciencia ecológica, repartimos la basura en bolsas de colores, compramos tomates sin pesticidas y predicamos el fin de los aerosoles no hemos aprendido suficientemente de nuestros mayores, a los que reñimos cuando por descuido tiran una lata de cerveza al cubo de la basura o abusan de la laca. Así se lo reprochaba un abuelo a su nieto en una conversación que oí este verano junto a una hilera de contenedores cuando el nieto le  regañaba  por no saber a qué contenedor tirar el tetrabrik del zumo:

- "mira niño, yo no tengo coche, tengo el mismo teléfono móvil desde hace cuatro años; de pequeño jugué con las chapas de las botellas y usé la ropa de mis hermanos mayores, ahora un jersey me vale al menos para cino o seis temporadas. Voy a la compra con la bolsa de tela como ya hacía de crío, los muebles de mi casa son los mismos desde que me casé (nota de la redactora: Ikea no ha redecorado su vida) y con lo que sobra del cocido, tu abuela y yo nos hacemos unas croquetas para el día siguiente; Y ahora dime: quién es más ecologista, tú o yo? ".

   El abuelo, si duda alguna. Y el nieto, que le sobrevivirá  treinta años por lo menos, vivirá en un espacio que se habrá convertido en un cementerio de pantallas de plasma, auriculares rotos, cables y tabletas miles y demás restos de feria. Hace unos días recibí de una amiga, vía Facebook la siguiente frase extraída de una página web:

"sólamente cuando el último árbol esté muerto, el último río esté envenenado, y el último pez esté atrapado, entenderemos que no se puede comer dinero"

   No habla de la basura, pero viene al cuento. Buenas noches.




sábado, 22 de septiembre de 2012

Cumpleaños infeliz

    Está visto que yo no acabaré nunca mi prometida entrada sobre la basura, los cacharros eléctricos que acaban en la basura  y lo que a servidora le preocupa todo eso. Cuando me había puesto de nuevo manos a la obra, llega la actualidad como una ola en forma de 4000 vándalos que se han cargado un pueblo holandés (ya ven en Holanda, donde se supone que la gente es modélicamente urbanizada) porque acudieron invitados por error  a un cumpleaños vía Facebook. Y claro, un error lo tiene cualquiera, pero ya que nos hemos puesto de camino y que nos hemos desplazado hasta el pueblo de marras, pues lo destrozamos un poco, si no hay fiesta, al menos salimos en los periódicos...Qué bien hubieran quedado con aquella publicidad de los años '80 que decía "pero no hay Casera? pues nos vamos"...No, no, éstos no encontraron la Casera, ni la Coca-Cola, ni las fuentes de mediasnoches y de palomitas y como las cervezas ya las llevaban ellos puestas en la sangre, destrozaron las calles y lo que encontraron en ellas.

    A la anfitriona la habían tenido que evacuar de su casa previamente junto con su familia. Una linda criaturita que iba a cumplir 16 años y que se olvidó de darle al botón de "privado"  cuando mandó la invitación a través de la red social: se lo pensarán algunos dos veces a partir de ahora cuando pongan en su muro que les duelen las almorranas? ojalá; se lo pensarán mejor esos colegas que cuando se encuentran con un mensaje con varios destinatarios responden "estoy de acuerdo" y le dan a la tecla de "responder a todos" en vez de sólo al remitente? Dios así lo quiera. Seremos más vigilantes con los muros de Facebook de nuestros hijos, sobre todo si se acerca la fecha del cumpleaños? veremos.

    Las redes sociales son un arma de destrucción masiva, yo no me cansaré de gritarlo a los cuatro vientos, y eso que soy usuaria, de lo cual dan prueba estas líneas; pero yo soy una cuarentona, vivida y resabiada, y nuestros chavales son inocentes y sobre todo, he notado, muy poco desconfiados de quién está al otro lado de las pantallas, que siempre hay alguien, no lo olvidemos.

   Y ya que son incapaces de llamar a los teléfonos fijos de las casas, que se pasan la vida mandando sms llenos de faltas de ortografía, que sólo viven la vida que pueden publicar a través de Facebook o Twitter y son incapaces de cultivar su jardín interior (primero habrá que explicarles qué es eso del jardín interior) no podríamos usarlos como armas arrojadizas para alguna buena causa? Les pongo varios ejemplos que se me ocurren a bote pronto pero seguro que hay miles de ellos: qué tal organizar una convocatoria masiva de jóvenes cabreados que vayan todos a las oficinas bancarias a abrir una cuenta de ahorro con un euro cada uno y todos al mismo tiempo en varias ciudades de España (y ya de puestos, en todo el mundo) a ver si el sistema bancario se colapsa aunque sólo sea un ratito; qué tal mandarle todos no simultáneamente, pero sí cada treinta segundos un mail a la Merkel  y al presidente del Bundesbank que diga "suelta un poco la soga Angela". Otra idea: convocatoria por Facebook de peatones cabreados contra los usuarios de todoterrenos;  basta simplemente con desinflar un par de ruedas a cada uno para amargarles el día. Otra más: sugerencia propagada por las redes sociales de que cada persona con trabajo busque a una persona desempleada de su entorno y se comprometa a conprarle el pan y la leche (por ejemplo) de cada día hasta que el desempleado deje de serlo: no se arregla el paro pero nos convertiremos en personas solidarias.Y otra más: obligar a nuestros desaprensivos adolescentes que cada vez que cambian de móvil o de consola de juegos o de sudadera de a millón  paguen una tasa a alguna ONG dedicada a la alfabetización en el Tercer Mundo, y ésta última convertirla en página de apertura obligatoria cada vez que abran el Facebook. Y ésto son solo pensamientos que me atraviesan mi cansada y envejecida neurona de las tantas de la noche, hora a la que escribo; a los que son mas espabilados y están más frescos que yo, seguro que se les ocurren ideas mejores.

    Pero algo habrá que hacer para sacarle partido al poder de convocatoria de nuestras malditas redes sociales, visto que a un cumpleaños adolescente en un pueblo perdido en el norte de Holanda acuden 4000 bárbaros...Se imaginan lo que habría hecho Hitler si hubiera tenido perfil en Facebook? De escalofrío. Buenas noches.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Vidas cruzadas

    Estaba yo tan entretenida escribiendo sobre la basura que generamos los seres humanos y qué va a ser de nosotros cuando tengamos que recogerla, y va Esperanza y dimite: cambio de tercio. Y cuando andaba yo en fase recopilatoria de los muchos chascarrillos y frases con los que nos ha obsequiado la presidenta en estos años, va Carrillo y se muere. Así que la basura se ha quedado esperando a mejor ocasión para escribir de ella y la entrada sobre Esperanza tendrá que compartir espacio con la de don Santiago, porque, mira por dónde, parece que hasta se pueden hacer paralelismos entre ambos. Ya sé, ya sé, Esperanza no se ha muerto, pero su retirada de la política es casi una muerte natural para ese personaje que ella misma lleva fomentando y alimentando desde hace años. Será posible escribir de semejantes figuras en una entrada al alimón? Veamos pues.

    Quizás el punto en común de ambos personajes sea el culto a su propia personalidad; cierto que para meterse en política no hay que sufrir de autoestima, pero estos dos tenían el ego del tamaño de una plaza de toros! Y probablemente, ese ser genio y figura sin importarte poco lo que opine de tí el prójimo votante sea lo que les ha llevado al uno a ser historia viva de este país (desde ayer historia muerta) y a la otra a dejarnos a todos con un palmo de narices: ha dimitido por sus........(rellénese la línea de puntos con lo que más convenga) en un país donde ni los ladrones dimiten de robar ni los corruptos de corromper aunque les hayan pillado con las manos en la masa.

    Don Santiago Carrillo, 97 años de historia de España: lo siento por insistir en el topicazo, pero es verdad y de paso, les recomiendo que se lean sus memorias, publicadas al filo de sus 80 años; 900 páginas de un viaje apasionante por el globo terráqueo (literalmente) y por nuestra memoria histórica, que al fin y al cabo es la suya, que no perdió en ningún  momento. El que afirmaba a los veinte años que ser comunista era algo más que ser de un partido, porque suponía tener fe (sic) las vio después de todos los colores pero se ha perdido la mejor: él que fue a la cárcel junto con su padre en 1934 por levantarse contra Alfonso XIII no ha visto como el nieto de aquel pasaba ayer tarde  por su domicilio a darle el pésame a su viuda e hijos. Aún somos un país que ama los gestos simbólicos.

    Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa de Murillo y Grande de España  por matrimonio, funcionaria excedente del ministerio de Educación y Cultura y de profesión política; es más creo que con ella se nos va uno de los últimos profesionales de la política que este país ha dado desde la generación de los Guerra, González, Suarez y compañía. Ella, que es muy suya, ha decidido cuándo y cómo ponerle fin a su profesión: cuando le ha dado la gana, y bastante claro lo ha dejado. Luego habrá tela que cortar para rato en las tertulias radiofónicas y televisivas (se han fijado ustedes la cantidad de horas de tertulias que se emiten en los medio de comunicación? parece que los periodistas ya no sirvieran para otra cosa) pero por ahora yo me quedo con la idea de que es sincera: se acabó, fundamentalmente porque ella lo ha decidido así. Alguien que se cae de un helicóptero y sale correctamente peinada, que escapa de un atentado terrorista en la India sin zapatos y que soporta durante años a los chicos de "Caiga quien caiga" persiguiéndola por todos sus actos e inauguraciones haciéndole no precisamente la ola, no va quitarse del medio por llevarse mal con su jefe; es más, ella al jefe se lo hubiera merendado con ketchup y mostaza si hubiera querido hace ya tiempo.

    Los que escribimos de todo sin saber de nada necesitamos personajes jugosos que nos den cancha y con éstos dos se nos ha terminado un filón que parecía inagotable.Yo tengo mis debilidades y una de ellas son los personajes que se creen su ídem hasta el final, lo representan sin falta y sin salirse del guion. Adios a Carrillo, patriota a su pesar y ´hasta pronto, quién sabe,  a Esperanza, a quién deseo mucha salud que parece que le flojea y que encuentre otra ocupación desde donde ser martillo de herejes, porque no me la imagino pasando las tardes en el Retiro echándole de comer a las palomas, la verdad.

sábado, 15 de septiembre de 2012

En su hambre manda él

    Déjenme que les cuente una historia. Tiene que ver con un pequeño pueblo extremeño que he frecuentado mucho en mi vida y al que por razones personales le tengo cierto cariño.

    Alburquerque, provincia de Badajoz, 5600 habitantes y un 40 % de paro. El alcalde se encuentra cada día en la puerta de su despacho con varios vecinos que le piden trabajo, ayuda o ambas cosas; él lleva al frente del consistorio diecisiete años, la gente le conoce bien. El señor alcalde cree en las energías renovables, consigue los permisos y los terrenos para la instalación de cinco plantas termosolares (880 empleos durante las obras, 250 una vez en funcionamiento) y pone a medio pueblo desempleado a seguir formaciones en la materia. El pueblo se ilusiona. El gobierno cambia de signo, la crisis aprieta y un Real Decreto suprime las primas para las energías renovables. El proyecto se va al garete.

    El alcalde, que responde por Angel Vadillo, 48 años, tarda 22 días en hacer a pie el trayecto entre Alburquerque y Madrid, a dónde llega el 10 de abril para instalarse en un banco de la Castellana frente al ministerio de Industria y desde donde pide insistentemente ser recibido por algún responsable ministerial de lo suyo. El ministro Soria lo recibió el 11 de junio y a saber qué (o cuán poco) le contaría para que el alcalde comenzara una huelga de hambre que durado hasta el 9 de septiembre.

    El 10 de septiembre el subsecretario de industria lo ha recibido en su despacho. El alcalde, apoyado en una muleta y con treinta kilos menos, tiene aún esperanzas tras la entrevista de que la nueva política energética gubernamental no se olvide de las energías renovables, sector que es creador de empleo (se sabe) y vetado por las grandes compañías eléctricas (también se sabe). Los ministros son seres blindados a las emociones, pero una cosa es resistir a las presiones hambrunas de unos etarras o delincuentes comunes y otra muy distinta es que se te muera un alcalde de pueblo a la puerta del ministerio por no querer escuchar lo que viene a contarte: cómo aliviar las penurias de su gente.

    El 11 de septiembre el alcalde regresa a su pueblo y es recibido como un héroe por sus vecinos, a los que se limita a dar las gracias y decirles "no sabéis las cosas que he aprendido". La prensa lo llama valiente y él replica: "la valentía depende de a lo que uno le empujen las circunstancias". El que así habla es un hombre de una pieza, éste sí que ha conseguido hacer suya aquella frase de Madariaga que evocaba yo misma en estas líneas hace unos días: "en mi hambre mando yo".

   Y en estos tiempos recios en los que todos estamos hartos de nuestros políticos, tenemos el verbo fácil para atacarlos y estamos dispuestos a prescindir de gobernantes, de partidos, de diputaciones, de gobiernos regionales y si nos descuidamos hasta de votar; vean la utilidad de tener un alcalde, incluso un político, como Dios manda, votado varias veces por sus vecinos y que en vez de construir un auditorio, dos piscinas olímpicas y una pista de aterrizaje para helicópteros ha decidido pelearse por lo que él cree, con buen juicio, que va a traer pan para hoy y menos hambre para mañana. Si yo fuera de Alburquerque, señor Vadillo, tendría usted mi voto; como sólo paso por allí muy de vez en cuando, me contentaré con darle un buen apretón de manos si tengo la suerte de cruzarme con usted. Fin de la historia. Feliz domingo.

martes, 11 de septiembre de 2012

El día que mataron a Volante

   Y quién es Volante? Pues un toro, pero no uno cualquiera, sino el famoso Toro de la Vega" de Tordesillas, que cada año provoca un revuelo mediático en torno a él, y que si Dios no lo remedia, a la hora que ésto escribo, estarán persiguiendo unos cuantos mozos y mozas por las calles de Tordesillas, hasta que lo saquen a campo abierto y allí comience a recibir pinchotazos provenientes de personal a caballo y armado de las correspondientes lanzas. Uno de ellos conseguirà matarlo y Volante pasarà  a mejor vida sin mucho derecho a defenderse ni a meterle una cornada a los de la lanza que van a caballo y convenientemente armados. Fin del resumen.

    Y como cada año, miles de lectores, televidentes e internautas, capitaneados en muchos casos por gente que admiro mucho, como Rosa Montero, se movilizan en contra de tamaña salvajada, que no desmerece de otras muchas que se cometen en nuestro ruedo ibérico y que quién sabe por qué razón no suscitan tanta inquina como este pobre toro de Tordesillas, al que con o sin alboroto mediático acaban matando igual cada año. Y yo me siento obligada a decir algo, pero en este tema (como en  tantos otros) estoy hecha un lío.

    Mi abuelo me regaló en mi infancia un ejemplar de "Mis amigos los animales", aquel bestseller de Felix Rodríguez de la Fuente, que para mi abuelo era como Dios, porque a él le encantaban los animales y eso que era un excelente cazador, con una puntería tal que las paredes de la casa familiar extremeña aún guardan una buena colección de cabezas disecadas y cornamentas de ciervos varios...Se ve que el hombre también estaba hecho un lío como yo porque, insisto, a él le apasionaban los animales. A mí no, y guardo el libro por sentimentalismo y porque es un libro, pero confieso que ya entonces me pareció que un libro de animales era bastante menos atractivo que una novela con personajes de carne y hueso

    Jamás soñé, como sueñan todos los niños,  con tener una mascota, me molestan los perros y gatos en las casas y me dan terror y repugnancia a partes iguales los bichos de plumas: "Los pájaros" es la única película de Hitchcock que no he visto más que una vez. Me aburren los documentales de la National Geographic y los acuarios, no sueño con hacer un safari y reconozco que los animales que más gracia me hacen son los de Disney o Pixar en sus correspondientes películas, porque se comportan como humanos, claro. Francamente, no veo la razón de protestar por las condiciones en las que los animales hacen los viajes camino de los mataderos, aunque admito que no me pondría nunca un abrigo de pieles. Y para remate de mis contradicciones internas, me gustan los toros, que encuentro un espectáculo cruel y sangriento donde los haya, pero estéticamente insuperable. Quieren más ejemplos de por qué me encuentro en este mar de dudas?

    Siento vivir con este torbellino de ideas que se contraponen, pero no puedo evitar pensar que en el fondo lo que le hacen a ese pobre toro de Tordesillas es una salvajada, sin razón y sin paliativos, como lo que le hacen a esas pobres cabras que arrojan desde los campanarios o a esos pollos colgados de cordeles a los que decapitan por el sencillo método de tirar de ellos con fuerza hacia abajo mientras todo un pueblo reunido en torno a la plaza jalea a los matarifes con el vaso de calimocho en la mano y cantando "Paquito Chocolatero" . Seguro que hay otras maneras de festejar que no lleven aparejado el sufrimiento ajeno, incluso el sufrimiento animal, a pesar de que yo misma reconozca que me importa menos que el sufrimiento humano.

    Se supone que a esta hora del mediodía del segundo martes de septiembre, como cada año, el Toro de la Vega, Volante que se llamaba este año, ha sido convenientemente alanceado y sacrificado y bien que lo siento; pero también a esta hora, me informa diligentemente Amnistía Internacionacional (consulten su página de vez en cuando, eso sí que es cine de terror...) que una mujer sudanesa de 23 años condenada a la lapidación  ha recibido in extremis la amnistía de sus verdugos gracias a las presiones internacionales. Luchemos contra la barbarie, venga de donde venga, no torturemos gratuitamente a los animales, aunque no los apreciemos, cual es mi caso, quizás así evitaremos torturar a las personas que, proclamo, es aún más grave.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Y ahora qué?

    Se marchó Angela por donde había venido, sin traernos pan para nuestras miserias como hacían los americanos, sin aportar más tranquilidad que un par de palmaditas en el hombro de Mariano, que quizás haya pensado que ha hecho los deberes correctamente, visto que la maldita prima se ha desinflado una miajilla. La verdad, Esperanza debe haber desplegado bastantes más encantos porque se ha metido al magnate de Eurovegas en el bote, que aunque traerá un engendro que mejor no pensarlo, por lo pronto más de uno se colocará a poner ladrillos en el invento y aplacará su hambre y sus premuras. Así que Esperanza 1- Mariano 0; como en casi todos los pulsos que se echan el uno al otro. 

    Angela vino vestida de morado, eligió el modelo de chaqueta sin solapa (sólo hay dos modelos posibles: con solapa o sin ella)  y comió flan de verduras y solomillo al cabrales; yo hubiera sugerido gazpacho, ya saben ustedes de mi pasión por la sopa fría española por excelencia. Aunque bien pensado, para nublarle un tanto los pensamientos habría que haberle servido un buen cocido madrileño con todos sus tropezones y delicias charcuteras. Y un buen orujo a los postres, de ese que debe de guardar el presidente para él, que para eso es gallego. Se ve que no lo hicieron porque Angela dio una rueda de prensa posterior al almuerzo donde apareció fresca como una lechuga y repitiendo la eterna cantinela de la austeridad, que puesta en sus labios empieza a ser como un mantra. 

    Si no para otra cosa, la visita de "la seño" nos ha servido para conocerla mejor, tal ha sido el despliegue que ha hecho la prensa sobre su personalidad en los días previos a su llegada. Resulta que de joven era una chica divertida, ya mostraba afición a llevar siempre pantalones, trabajó como camarera en un bar y fue okupa; parece ser que gana en las distancias cortas y es, como ustedes podrán imaginarlo meticulosa, inflexible con sus colaboradores y "trabajólica"... si me aceptan ustedes esta burda traducción del "workholic" inglés. Un gran punto a su favor: se muere de ganas de conocer personalmente a Vicente del Bosque.

     No estamos en este momento para pegarle contestaciones a nadie en el turbio panorama internacional, pero hace un par de años quizás habría que haberle contestado a esta señora y a los señores de los mercados lo que Salvador de Madariaga puso en boca de aquel personaje suyo de "España, un ensayo histórico" , el campesino que le respondía al señorito que pretendía cambiarle el voto: "en mi hambre mando yo". Y de paso, leamos a Madariaga, que fue un gran español y sobre todo un gran europeo. Si se les atraganta el ensayo les recomiendo una novela suya que me recomendó a mí mi padre hace más de veinte años: "El corazón de piedra verde", ya me dirán. 

   Y tras la pasada de Angela y lo que nos aguarda este otoño yo me pregunto, para añadir una nota folclórica a tanta pesadumbre contemporánea, lo que se preguntaba aquella que volvió de eurovisión sin un sólo voto:


    Remedios Amaya: nadie la votó, y sin embargo era una canción premonitoria! Feliz semana que empieza para todos, que no nos pase na'...

martes, 4 de septiembre de 2012

La visitante

   Si me descuido me pilla el toro, pues pensaba que la ilustre visitante venía el viernes....atontamiento postvacacional, que se llama, unido a las tensiones que provoca la vuelta al cole: ni me detengo a detallarles la factura de papelería de esta tarde.

    Y como ando escasa de tiempo, porque mañana va a volver a sonar el despertador al alba y ya no puedo permitirme alargar las noches hasta el infinito, les propongo dos maneras de recibir a la jefa de todo el tinglado; ya me dirán ustedes cual prefieren, si éste primera:



A la alemana, con personajes esperpénticos como los que ella está tan acostumbrada a tratar. O bien, esta otra, más castiza y de honda raigambre hispana:


    Ya ven que hay donde elegir. También se le pueden lanzar tomates (que no conviene dadas las circunstancias) o recuperar sloganes históricos como "totus tuus", por ejemplo. Creo que ni éste último llegue a conmoverla. 

    Se verá con Mariano para comer  y como este hombre es un poco torpe, miedo me da lo que le va a poner sobre la mesa, porque Angela  (y lo se de buena tinta, no me pidan explicaciones) tiene buen diente y mejor beber. Si se les ocurre menú, canción de bienvenida, aclamaciones varias y cualquier otra sugerencia, mándenle un twitter a la presidencia del gobierno, que seguro que a estas horas aún pueden darle curso si la idea es buena.  Para cuando se vaya no se si quedan muchas opciones para la despedida, en cualquier caso no será "adiós con el corazón"...A España le visita mañana la madre superiora de un convento de monjas que en vez de pedigüeñas son moralistas y ahorradoras sin sentido, y que acabarán siendo las más ricas del cementerio porque se morirán sin tener a quién venderle ni la suela de un zapato, pero morirán ricas y dando lecciones de moral que es lo que les gusta...ay Señor!!!!!

lunes, 3 de septiembre de 2012

Faltará mi maestra

    Entre hoy y mañana, la infancia y adolescencia que vive a este lado de los Pirineos vuelve al colegio. Días más tarde lo harán los sureños (PIGS que los llaman esos entes de los mercados) y algo más tarde,  los mayores de la casa cogerán el caminito de sus universidades. Y entre todas esas aulas llenas de niños y no tan niños se encontrarán mis hijos, los de ustedes y toda una sarta de futuros delincuentes a quienes la casta admirable de los profesores trata de convertir en futuros ciudadanos. 

   Faltarán muchos, sobrarán unos cuantos, faltará el dinero y más en este año de pobreza por decreto, sobrarán carteras tecnicolores y teléfonos móviles más inteligentes que sus usuarios, habrá griterío, llantos y risas y entre todos los que vuelven a esa rutina llamada colegio faltará mi maestra, que se murió en junio sin que yo me enterara hasta dos meses después. 

    Profesores tiene uno muchos en la vida, pero maestros pocos, y yo en mi lista guardo a la monja que me enseñó a leer, que se llamaba Dionisia y era del género "soy vieja desde que nací" y a la profesora de lengua y literatura de mi tardía adolescencia, que me inculcó el amor por las letras castellanas. Y tras unos años de universidad en los que estudié historia por eliminación de todo lo que no me gustaba y en los que me dediqué con intensidad a divertirme, a manifestarme por cualquier causa y a pasar exámenes como bien podía, conocí a Ana Díaz Medina, mi tercera maestra, y quizás la más decisiva para mi vida.

   Doña Ana Díaz Medina nunca fue catedrática, aunque en la vida sentó cátedra sobre muchas cosas. La maledicencia estudiantil la llamaba "la Thatcher" por su parecido físico con la susodicha y su fuerte carácter, aunque todo el parecido se detenía allí. Ana era vivaz, ingeniosa, inteligentísima, capaz de encandilar a una audiencia pasota como éramos nosotros entonces. Era una gran historiadora,  concienzuda,  muy aguda en sus observaciones y capaz de transmitirnos a sus alumnos el gusto no sólo por sus asignaturas (historia del siglo XVI y XVII, ya ven que pestiño) sino por la crítica histórica, bastante más útil para hacer de nosotros ciudadanos pensantes y seres con opinión. . 

   Se vanagloriaba de haber sido campeona de correr con tacones delante de los grises en los años dictatoriales y de haber sido vigilada de cerca por la policía en muchas de sus clases, era valiente en sus afirmaciones, conciliadora en la vida académica (que tan politizada estaba aquel entonces) y muy divertida fuera de clase. A mí me enseñó lo poco o mucho que sé de historia más allá de lo que pone mi título de licenciada y me abrió los ojos al mundo. Me dirigió la tesina y tuvo la generosidad de apartarse de mi camino cuando mi tesis doctoral me encaminó fuera de España, sin prometerme, como hicieron tantos profesores de su época a tantos ingenuos becarios como yo,  una silla a la vuelta, a sabiendas  que no habría sitio para nadie. Yo la obligué a escribir el prólogo de uno de mis libros de historia (con ésto ya he salido del armario, no tengo talento literario pero sí libros de historia, ya ven...) a lo cual ella se negaba por modestia y acabó escribiendo que en la vida había tenido una alumna tan tozuda como yo...

    Estaba jubilada desde hacía pocos años, aunque pertenecía a ese género de ratones de biblioteca académicos que jamás se jubilan. En los últimos años apenas supe de ella y por dejadez propia, apena supo ella nada de mí y bien que lo siento,  porque pasaba muy buenos ratos cuando iba a visitarla a su despacho años después de abandonar la Universidad y mi ciudad. Cómo será que anoche hasta soñé que hablaba por teléfono con ella y que me decía que se había muerto sólo un rato para despistar a los que querían su puesto...Espero que entre esos haya también algún antiguo alumno suyo que la eche de menos. Ana Díaz Medina, profesora titular de la facultad de geografía e Historia de  Salamanca, descansa en paz, como te mereces, porque fuiste una gran historiadora, y un ser humano aún más grande!

    No sigo, a estas horas de la noche en esta casa estamos velando armas, que mañana mis tres colegiales, marido y dos criaturas,  vuelven a sus puestos. Por cierto mi abnegado esposo es uno de esos titanes que luchan contra hordas de adolescentes armados con teléfonos inteligentes que pitan en todo momento y son impermeables a lo que se les dice. Espero que, como yo recuerdo a mi maestra, alguno le recuerde a él el día de mañana, seguro que sí. Suerte, maestro!