jueves, 28 de febrero de 2013

Esperando al Gran Wyoming

    Un poco de ciencia ficción, o mucho, según se mire. Pónganse de aquí a unos meses vista. Finalmente, el caso Bárcenas e Iñaki Urdangarín han conseguido tumbar al gobierno y el Rey ha anunciado sus deseos de abdicar. Rajoy se quita de enmedio y comunica que no se presentará a las elecciones dejando su lugar a Josemari el Deseado, que, harto de ganar pasta y aburrido de aprender inglés y dar conferencias, vuelve a la política con ganas de comerse el mundo. Esperanza también ha vuelto, pero no con los suyos de siempre, que no la dejan mandar, sino en un partido nuevo que ella misma ha creado, financiado y modelado a su gusto.

   La oposición sigue siendo un gallinero y con ellos mejor no contar. Los catalanes y los vascos a lo suyo, y los de UPyD han conseguido que se le den algunos retoques a la ley electoral, con lo que esperan ganar varios escaños gracias a la introducción de cierta proporcionalidad que, hasta ahora, brillaba por su ausencia. España ya cuenta seis millones y medio de parados. El IVA en su punto máximo: el 23% para todo. Las pensiones congeladas desde hace dos años, los comedores de Cáritas, abarrotados, los hospitales con camas por los pasillos y las escuelas sin calefacción. Media España se vende o se traspasa y la otra media comienza a pensar que el futuro quizás esté mucho más allá de los Pirineos.

    Tras unos meses gobernados por un gobierno de consenso, unión nacional, o cualquier calificativo que se le quiera dar a la palabra "apaño", presidido por el ex-gobernador del banco de España (pongan uno, el que más les guste) se convocan nuevas elecciones. Se presentan los de siempre más una lista llamada "No nos representan" liderada por un invitado sorpresa, pongamos el Gran  Wyoming, aunque podría ser uno de los Morancos, Santiago Segura, Paco León, Eva Hache o cualquiera de los muchos que salen por las noche en "El club de la comedia"; haymás seguro, pero como no vivo en España,  los desconozco. En principio cualquiera de los que salen en el anuncio navideño de Campofrío podría valer, con alguna excepción quizás, como el Chiquito de la Calzada o las hermanas Hurtado.

   El Gran Wyoming (que por si no lo saben ustedes es licenciado en medicina) llena las plazas de España arengando a las masas que se precipitan a sus castings organizados por Internet para ser parte de las listas que presenta a las elecciones. El no es candidato, pero prohíbe a todos los suyos que salgan por la televisión y que voten cualquier ley que se presente en el Parlamento y que no esté de acuerdo con el ideario del movimiento ciudadano que él solito ha sacado adelante, gracias a tres o cuatro ideas brillantes y un Blog. Y como el tipo es gracioso y en el fondo no dice tonterías, el éxito en las elecciones está asegurado ante una masa votante harta de que los de siempre metan la mano en la caja con total impunidad. Me siguen? Les gustaría que algo así ocurriera en nuestro país? No se yo...Y que conste que no tengo nada contra los cómicos, que me parece que bastante hacen ya con alegrarnos la vida en este valle de lágrimas en el que últimamente anda convertido el planeta tierra.

    Porque a todos nos hace mucha gracia lo que pasa en el patio del vecino, pero no tanta cuando es en el portal de nuestra casa. Lo que ocurre en Italia puede que haya tenido gracia hasta ahora, el problema era verdadero, la solución que le han encontrado, es falsa. A la antipolítica hay que tenerle más miedo que a la política, porque Mussolini o Hitler también empezaron por ahí, por burlarse del sistema y jugar a su favor con el hartazgo del pueblo. Benditos italianos (que tan bien conozco por haber vivido varios años entre ellos) puestos a tener un payaso gobernando, no les bastaba con Berlusconi?

  



domingo, 24 de febrero de 2013

Mens insana in corpore corrupto

   Toda la vida he creído en las virtudes del deporte. Por eso cuando era una niña inquieta (ahora soy una adulta inquieta) probé de todo, desde el ping-pong hasta la escalada; jugué en un equipo de baloncesto a pesar de mi escaso metro sesentaysiete, probé con los patines, la raqueta de tenis, los palos de golf y la tabla de windsurf, unos con más éxito que otros. En esta fase otoñal de mi vida aún he conseguido correr veinte kilómetros en dos horas y media y no perder la vida en ello, probablemente por lo mucho bueno que almacené de tanto deporte en mi (primera) juventud.  Siempre he querido creer que los deportistas son personas sanan que no fuman, trasnochan poco, están de buen humor y viven muchos años porque no les sube el colesterol ni la tensión arterial. Que esta gente que se dedicaba al culto al cuerpo tenía la mente despejada de muchas tonterías y se convertían, además, en los heroes de nuestros chiquillos.

    Todo mentira: los deportistas son gente que vive peligrosamente, agobiada entre las obligaciones de obtener resultados, el dinero que se juegan en ello, las muchas porquerías que ingieren para llegar a esos malditos resultados y la poca cabeza que gastan en muchos casos. Lo de doparse ya no es una opción sino una obligación, según lo que vamos sabiendo del juicio al Doctor Fuentes, que parece que era una especie de Doctor Mengele del pelotón ciclista. Y entre tanta hormona descontrolada y tanta poca sesera, resulta que algunos deportistas, otrora ejemplo de pundonor y sacrificio (ya me dirán cómo clasificar sino lo de correr con unas piernas de acero inoxidable) son un peligro público y te pueden pegar un tiro por un quítame hallá esas pajas.

   Son peligrosos incluso los ex-deportistas, y para muestra vean la que ha organizado uno de ellos, ahora yerno Real de profesión, que se ha dedicado a organizar eventos ficticios y montar chiringuitos para sacar pasta de ello por su cara, en otro tiempo bonita y ahora demacrada. Y los eventos eran deportivos, mire usted por dónde...Lo que no pudoTejero un 23-F a saber si no lo logrará el Duque en-palma-do otro 23 de febrero (tal que ayer).    Y si catalogáramos la Formula 1 de deporte, cosa que yo dudo, resulta que es más peligroso aparcar el bólido que correr por las pistas a 250 por hora, y consecuencia de ello, miren cómo se ha quedado esa pobre chica madrileña llamada María de Villota: cual princesa de Eboli,  pero sin la corte de Felipe II y sin la posibilidad de matar el rato intrigando en palacio y asesinando a sus amantes...ser tuerta en el siglo XVII era mucho más fácil que ahora, se lo aseguro!

    Qué ha quedado del "altus, citius, fortius" en el que creíamos algunos? pues nada o mejor, muy poquito en forma de "más hormonas = más rápido = más dinero = más trampas", y de aquí vuelta a la casilla de salida...Será posible que yo le siga contando a mis hijos que el deporte es no sólo bueno para uno mismo sino una magnífica escuela para la vida? O habrá que ir pensando en mandarlos al ejército, o a las misiones, o a una asociación caritativa para que aprendan ciertas cosas como el compañerismo, la superación de los retos, el aguante ante las condiciones adversas, aceptar las derrotas, ser correctos con el adversario, no intentar ganar algo a cualquier precio y todo aquello que yo aprendí en mi equipo de baloncesto?  Yo, mientras tanto, sigo corriendo por las calles intentando rebajar mi cintura,  y  mis dos horas y media para los veinte kilómetros, con más éxito en lo primero que en lo segundo; pero lo importante sigue siendo intentarlo.

    Y de premio un vídeo, de cuando el deporte era deporte...Feliz semana para todos!

domingo, 17 de febrero de 2013

Héroes villanos

    Ustedes tienen una lista de héroes que han ido fabricando desde su más tierna infancia y hasta la fecha? yo sí, aquí les dejo una versión resumida: Mortadelo y Filemón, Astérix, John Lennon, Nelson Mandela, Julie Andrews en todas sus películas musicales, Audrey Hepburn, George Clooney, Emma Bonino y Christine Lagarde, Vicente del Bosque y Maruja Torres. Y como les digo, es una versión resumida, porque hubo un tiempo en el que también incluía a Miguel Indurain, y a Ingrid Betancourt, y  a Vargas Llosa, pero unos por unas cosas y otros por otras, se fueron cayendo de la lista,  que cada día está mas menguada. 

    Lo mismo parece que les ocurre a mis hijos, que habían añadido después de las olimpiadas al atleta sudafricano que corría con unas espátulas de metal en vez de con piernas y ahora, pobres! lo han tenido que sacar de una lista que además de a sus padres (espero) contiene a tres o cuatro jugadores del Barça y a otras tantas actrices del Canal Disney. Yo les he explicado que nadie es culpable, ni siquiera del asesinato de su novia, hasta que es condenado por un tribunal, pero qué quieren, son niños y la presunción de inocencia para un presunto asesino, por muchas simpatías que uno le tenga es difícil de aceptar! Y parece que el tal Oscar Pistorius lo va a tener regular para librarse de una condena que no sólo lo meterá entre rejas, sino que,  sobre todo,  lo descenderá del Olimpo de los dioses en el que  le habian encaramado sus proezas de atleta minusválido.

   Lo que nos va quedando claro es que los héroes del siglo XX y de lo que llevamos del XXI tienen casi todos un lado oscuro que un buen día termina por salir a la luz. Nos empeñamos en seguir creyendo en la perfección humana, que no es de este mundo y claro, luego vamos de disgusto en disgusto. Sigo predicando con el ejemplo: Ingrid Betancourt, que fue durante unos años bastante importantes de mi vida y por razones que ahora no me detengo a explicar, todo un ejemplo para mí. Me compré todos sus libros, seguí de cerca su secuestro e incluso tuve la oportunidad de charlar con ella  meses después de su liberación,  (y tengo pruebas gráficas). Resulta que a esta señora, a quién no le vamos a negar el sufrimiento de pasar seis años capturada en una selva y separada de los suyos, fue un calvario para sus compañeros de secuestro, tanto o más como el calvario que le hicieron pasar a ella...Cayó de mi lista hace tiempo. Como Miguel Indurain, de quién dudo que ganara cinco Tours de Francia  a golpe de leche con Cola-Cao, visto que, como nos aclaró puntualmente Lance Armstrong hace muy poco, los Tours de entonces se ganaban en los laboratorios.

    Y semejantes decepciones las habrán sufrido  probablemente los integrantes de la generación de nuestros padres con un Che Guevara  radical y sanguinario a la hora de  defender sus postulados,que llegó a creerse un nuevo Mesías enviado a la tierra;  o con un John F. Kennedy que era no sólo mujeriego (para ser presidente USA es casi un requisito indispensable) sino incluso un violador, como muy bien lo ha detallado una de sus jóvenes victimas años después en un libro titulado "Once upon a secret" (Mimi Alford). Y no nos olvidemos de la Madre Teresa de Calcuta, que a pesar de haber sido beatificada por la vía rápida no se ha librado nunca de la controversia que suscitaban sus métodos curativos poco ortodoxos para con sus enfermos ni su persistencia en negar el dolor humano como fuente de sufrimiento.

    Que ya no queda gente buena y heroica? claro que sí. Pasense una tarde por las oficinas de Cáritas en cualquier provincia española, pregunten a los abuelos y abuelas en los parques a cuánta gente mantienen con sus pensiones y a cuantos de sus hijos y nietos alojan en casa; busquen en la Wikipedia las páginas de la fundación Vicente Ferrer o Enrique Figaredo: dos santos a quien esta Iglesia mojigata y preconciliar jamás va a beatificar. O pongan en sus buscadores una frase tal que ésta "ginecólogas en Afganistán"...ya verán, ya si hay heroínas o no.  Y sigan confiando en los héroes de ficción: Mortadelo y Filemón, Astérix, la Princesa Leia y Han Solo, Superman, Mafalda o incuso el Mariano de Forges, ellos nunca fallan!

   Y de regalo una canción, el título ya lo dice todo: "no necesitamos otro héroe"...y ella ha sido también una de mis heroínas, repasen su biografía por si les quedan dudas...y miren qué piernas pasados los setenta años! Feliz semana para todos.

jueves, 14 de febrero de 2013

Postales viajeras

    He recuperado el habla y, con ello, mis ganas de escribir. Puede que esta afirmación les parezca una idiotez y lo entiendo, pero he descubierto que necesito tanto hablar y que me hablen, que cuando no puedo, el resto de mis facultades (si es que las tengo) se aletargan y se  ponen en modo de espera. Quizás sea un fenómeno paranormal, si se repite me lo haré mirar.

    En estos días de silencio por prescripción facultativa  he dedicado muchas horas a navegar aguas arriba de Internet y, sobre todo de Facebook, que es la única red social que frecuento y gracias. He intentado ser una buena amiga electrónica, responder a todos los que me escribían y poner comentarios ocurrentes y jocosos a todos los que estaban de vacaciones, que al coincidir mi silencio con el Carnaval y la semana blanca (en los países con esquiadores) eran unos pocos. Reconozco, después de haber pasado por todo este examen que yo, como internauta, soy más bien del género sota, que añadido a mi torpeza para incorporar fotos, imágenes y noticias, hará pensar a más de uno que yo no salgo de mi casa en los 365 días del año: nada más lejos de la realidad. En esta semana me han llegado imágenes de mis amigos desde las montañas de los Alpes franceses hasta el Taj Mahal; desde una terraza sevillana frente a la catedral hasta la estepa castellana y yo, mientras tanto, haciendo gárgaras día y noche y probando todos los remedios habidos y por haber para reactivar mis cuerdas vocales; bebiendo litros de infusiones con todo tipo de hierbas y diciéndome que, por una vez, como en casa en ningún sitio.

    Porque créanme, yo soy de las que pienso que hay miles de sitios mejores que la casa propia; y por lo que me cuenta mi madre, ya era así desde muy pequeñita, y afortunadamente, mis queridos parientes cercanos me siguen en esta querencia. Me apasiona viajar, me emocionan los aviones, los trenes, los aeropuertos, los hoteles, las maletas, los cambios horarios, los mapas de las ciudades que no conozco y por donde me pierdo, las carreteras, los bares infames al borde de las mismas, las colas de los embarques, los museos, los puestos de recuerdos, las gitanas que te intentan robar la cartera a las puertas de los monumentos y los taxis que te estafan lo que quieren por llevarte por el camino más corto posible a la estación. Pero esta semana me he limitado a ver cómo todo eso lo hacian los demás vía Facebook.

    De viaje soy capaz de soportar muchas cosas que en la vida cotidiana me desquician: el hilo musical de los sitios públicos, la gente que no se lava en siete días y se te arrima en el metro, los perros en los restaurantes y los conductores que no pone el intermitente antes de torcer, por mostrar unos pocos ejemplos. De viaje he conocido gente imposible que en otras circusntancias ni me hubiera molestado en saludar. De los viajes tiendo a guardar todo tipo de recuerdos y baratijas cuando de natural, soy tendente a tirarlo todo a la basura, hasta lo que sirve. No me molestan ni siquiera los preparativos, que encuentro en muchos casos más excitantes que el viaje mismo y para los que, reconozcamoslo, Internet es una mina. El viaje ha sido la Universidad más útil a la que he asistido, y créanme, porque he ido a unas cuantas. Es el lugar donde cogieron mi cabeza cuadriculada de muchachita de provincia castellana y le abrieron el horizonte con unas tenazas; y me temo que si los bancos nos siguen robando como acostumbran, será la única herencia que les deje a mis hijos!

    Resentida? Amargada? Ni hablar, la maldita nieve me ha fastidiado ´la única excursión que había previsto hacer con mi familia en estos días, pero a la manera de Escarlata, que es mi heroína cinematográfica favorita (muy por delante de la Princesa Leia y de Audrey Hepburn en cualquiera de sus papeles): a Dios pongo por testigo que yo, mientras el cuerpo aguante, de viaje me voy!  Sigo el ejemplo de un amigo mío que no para de hacer maletas y cruzarse océanos, continentes y países con excusas miles, él dice que en su casa huele a viaje, en la mía no en este momento, pero si por mí fuera...

lunes, 11 de febrero de 2013

Sin habla

    Pues sí señoras y señores, así estoy yo desde hace unos días, sin habla. Y no por haber visto la declaración de la renta de Mariano, ni siquiera por la negativa del Duque Empalmado a pagar su fianza no sea que se empobreciera injustificadamente (sic). He de reconocer que esta mañana he desayunado con la noticia de la dimisión de Papa y eso, otro día y en otras circunstancias sí que me hubiera dejado sin palabras...a ver si va a resultar que después de tanto meterme con la Iglesia  al final son los únicos que dimiten!

    Pues no, ni la retirada del Papa me ha dejado sin habla:  resulta que estoy simplemente afónica, pero a lo bestia, que no puedo decir dos palabras seguidas sin añusgarme, que no puedo comer porque hasta un caldito me parece que es ácido sulfúrico, y que por las noches además de roncar como un carnero resulta que me bebo litro y medio de agua porque tengo la faringe en carne viva. Y afuera sigue nevando...el panorama es como quieras, aunque mis cohabitantes afirman que desde que sufro un cese temporal de la palabra ellos viven más a gusto, y no se cortan de proclamarlo a los cuatro vientos!

    Así que llevo varios días practicando aquello de los tres monitos de "ver, oir y callar"; practicándolo más que de costumbre, quiero decir, porque a mi ver y oir nunca me ha costado  trabajo, lo de callar es otra cosa. Y para esta práctica, nada mejor que navegar sin descanso por los océanos de Facebook, algo para lo cual habitualmente no tengo tiempo, ni ganas. Resulta que, según un artículo que he leido en la prensa hace poco, Facebook distingue a sus usuarios entre activos (ya saben, lo que cuentan que se han levantado hoy con hemorroides);  reactivos: los que al que le duelen las hemorroides le ponen un "me gusta"; y un tercer grupo de cotillas o mirones, que no ponen nunca nada, pero se enteran de la vida de todo el mundo. Yo llevo todos los días de mi silencio haciendo de portera de Internet, lo confieso. Y no veo donde está el pecado, honestamente.

    Parece ser que a Facebook le molestan en sobremanera estos mirones que ni ponen a qué hora del día van a hacer pis, ni aprietan facilmente el gatillo del "me gusta"; y para incitarlos a participar han hecho todo tipo de campañas de persuasión para que sean más intaractivos, con la milonga de que el hacerlo  mejora la calidad de vida; han inventado cientos de aplicaciones que prometen avisarnos de quién visita nuestros perfiles y no funciona ninguna. Definitivamente, algo tan natural y tan antiguo como "mirar sin ser visto", después de tantos años, es fácil e imposible de rastrear gracias a Facebook. Y además, sesudos antropólogos afirman que a los humanos, "el cotilleo nos une y cohesiona como grupo"...y, atentos a la siguiente frase (que también  he encontrado navegando en mis horas de silencio cartujano por Internet): "si criticamos juntos a alguien automáticamente nos sentiremos más unidos porque creeremos que compartimos los mismos valores". Toma! Abajo sentimientos de culpabilidad por espiar las vidas de los otros.

    Como voy a tener que pasar aún varios días sin hablar, a riesgo de que mi voz (con la cual me gano la vida) se parezca a la de Gracita Morales en sus mejores tiempos, seguiré reforzando mis lazos de cohesión con las personas que me rodean; esto es, seguiré mirando todos los muros de Facebook que del mundo han sido; pero como yo no me callo ni debajo del agua, esta vez puede que hasta seré reactiva e interactiva...hasta que recobre la palabra! Buenas noches.

martes, 5 de febrero de 2013

Corrupción desde menores

    Tengo un amigo que cuenta como gran anécdota de su infancia el día en que se encontró por los pasillos del colegio un billete de cinco mil pesetas; lo que tardó en decírselo a sus padres y  las dos o tres noches de insomnio que aquello le supuso, porque sabía que una vez comunicado el hallazgo, el destino de las cinco mil pesetas sería el despacho del director del colegio. Esos mismos padres que hace años nos dejaban tan claras las normas, en muchos casos eran grandes defraudadores de la hacienda pública, algo que en aquel entonces era casi un pecado venial y hasta bendecido por la Iglesia, que era otra gran defraudadora dicho sea de paso.

    Y que tire la primera piedra el que nunca haya metido mano en el monedero de sus padres o nunca se haya quedado con las vueltas del pan, sisar, que se llamaba. Los meapilas que antaño nos afeaban estas fechorías y de paso nos invitaban los domingos a unirnos a la parroquia para alabar a Dios en las alturas, se han convertido en adultos que engañan a sus mujeres, a sus maridos y muchos de ello hasta a sí mismos.

    En aquellos años de hierro, nos quebrábamos la vista para encajar todas las declinaciones latinas entre las líneas del diccionario antes del examen, o pasábamos horas miniaturizando la tabla periódica hasta que era lo suficientemente pequeña para encajarla dentro de la carcasa de un bolígrafo Bic. Lejos de mejorar, en este vicio de copiar, las nuevas generaciones, según me cuenta mi santo varón (profe y mártir) utilizan sofisticadas tecnologías entre las cuales la más simple es tener a tu madre con un iPhone chivándote las respuestas desde casa...Esas tecnomadres que  hace treinta años intentaban hacer chuletas de auténtica filigrana y acababan aprendiéndose la lección, ahora les ahorran el esfuerzo a sus criaturas, que son perezosas hasta para hacer trampas.

    En nuestro país, de carreteras infames hasta hace no mucho tiempo, se mataba la gente por hacer todo tipo de burradas al volante. La Guardia Civil en los tiempos de la miseria se dejaba colar algún billete para levantar la multa; ahora, con el carnet por puntos la mordida se ha institucionalizado y hay gestorías que, sin ningún recato, publicitan sus servicios de devolución de puntos perdidos o de arreglo de multas para evitar el pago de las mismas. Un tipo que gana siete Tours de Francia sale por la tele diciendo que no los ganó ni subió a los Pirineos bebiendo Cola-Cao (algo que sospechábamos) y de repente nos acordamos de todos los que los ganaron antes que él, que probablemente lo harían con procedimientos parecidos y soltando propinas a derecha e izquierda para callar bocas. Y les aseguro que para los mitómanos como yo, es una terrible decepción pensar que los dioses de los estadios y de las cuestas de los Alpes  lo eran gracias a mucha sustancia prohibida y a mucho soborno pagado para traficarlas.

    El vicio de proponer dinero a cambio de favores no es sólo propio de la prostitución, que al fin y al cabo es un oficio, sino que lo practican quienes quieren operarse de un juanete por la vía rápida, quién quiere asegurarse un puesto en una lista electoral, el que tiene un solar que malvender y el que no tiene nada pero aspira a conseguir, aunque sólo sea, un mal puesto de trabajo con el que llegar a fin de mes. Y contra ese vicio de "dar a cambio de" parece que no hemos fomentado suficientemente la virtud de "no me des porque no lo aceptaré"; algo que como pueblo nos falta, aunque nos sobren otras muchas cualidades. Y así estamos.

    Para que no me digan ustedes que siempre cito a los Clásicos, aquí les dejo un verso de Octavio Paz, un par de siglos más moderno:

Por qué si acaso fuiste tan patriota,
estás comprando votos de a peseta?
Para qué admites esa inmunda treta
de dar dinero al que tu nombre vota?

No te conmueve, di, la bancarrota
ni el hambre que a tu pueblo tanto aprieta?
Si no te enmiendas, yo sin ser profeta
te digo que saldrás a la picota.

    La corrupción, que dicen los entendidos que es propia de países pobres, hará de nosotros un pobre país. Que es parecido, pero no es igual...

domingo, 3 de febrero de 2013

Todo para mis nietos

    Hoy iba yo a escribir del turismo y sus sinsabores, porque cuando hago dos entradas serias seguidas, me llegan comentarios de mis lectores alarmándose y pensando que quizás he perdido el sentido del humor y que voy a  aprovecharme de tener un blog para convertirme en uno de los miles de opinadores con los que ya cuenta nuestro bendito país. Yo entonces, escribo cuatro párrafos de patochadas de las mías que, claro está, me cuestan bastante menos esfuerzo que las cosas serias, y todo el mundo contento. Pero no está el horno para comedias, y en todo caso, lo estaría para esperpentos, que es un arte que Valle Inclán dominaba y yo, modestamente, ni consigo esbozar por más que me empeño. Por si acaso, no viene mal revisar "Luces de Bohemia", los de mi quinta lo tuvimos como lectura obligatoria a presentar en la selectividad, de mí para abajo, a saber quién se lee aún esas cosas...

    No quiero empezar con la cantinela de "estamos gobernados por una panda de chorizos" ni "España nos roba" ni toda esa ristra no de chorizos, sino de frases repetitivas que te llegan por Facebook, de la cual sólo he visto hasta ahora una que me hace verdadera gracia: "el Dioni nunca robó un furgón: no aparece en su declaración de hacienda". Que polemicen otros, yo prefiero, siempre he preferido, reflexionar. Y la reflexión para hoy me ha venido leyendo el comentario de un crítico literario a propósito del último libro publicado en noviembre de 2012 sobre mi admirado García Márquez: "Gabo periodista", libro que no poseo y ardo en deseos de leer (qué pena que ya se haya pasado el amigo invisible).

     Gabo cubrió como periodista la cumbre de Ginebra de 1955 en el preludio de la Guerra Fría, y lo que más le llamó la atención, y así lo publicó en el diario colombiano "El Espectador" (para el que trabajaba) es que el presidente Eisenhower, que entonces tenía 65 años, salió varias veces del edificio de la ONU donde se celebraba la cumbre para ir caminando a comprar regalos para sus nietos en una juguetería. La conclusión de Gabo es que este hombre gobernaba con otro temple porque ya tenía nietos y le preocupaba dejarles un mundo mejor o al menos no tan malo como el que él había vivido, con dos guerras mundiales por medio.

   Y mi conclusión señores, no puede desviarse mucho de la de García Márquez: seremos capaces algún día de andar por el mundo pensando no en lo que les dejamos a nuestros hijos, sino mejor, en lo que le quedará a nuestros nietos?  Será posible que dejemos gobernar a los que tienen nietos para que al menos se les ocurra a ellos pensar a largo plazo? Llegará el momento en el que volvamos, como los antiguos romanos, a creer en el peso de la edad? (sin pensar en el peso del reúma); por qué todos estamos convencidos de que ser viejo es peor que ser joven? Si para ser presidente fuera obligatorio tener  nietos quizás nuestras finanzas públicas estarían mejor guardadas, o simplemente mejor administradas. Es una idea, y no se me ha ocurrido a mí, sino a García Márquez, que no sólo tiene todo el talento literario que a mí me falta y tanto le envidio, sino que, además, es persona de cierto seso.

    Y para terminar les dejo con una frase de alguien que sí tuvo nietos mientras gobernó, y que casi casi podríamos decir que fue el abuelo de Europa: Carlos I de España y V de Alemania. Está sacada de una carta que le envió a su hijo y futuro rey Felipe II, donde le daba instrucciones de gobierno: "y recuerde el príncipe que la moral siempre tiene que estar por encima de la política, nunca por debajo" (1543). Pues eso. Feliz semana para todos.