sábado, 13 de junio de 2020

To Paco With Love

    A medida que pasan los años, cada vez me cuesta más encontrar regalos para mis seres queridos. Un poco porque pienso que a estas alturas todos tenemos de todo y nos compramos lo que nos da la gana sin esperar a que nos lo regalen; otro poco por pereza comercial (qué gusto de cuarentena que me ha librado de tener que ir de compras, cosa que detesto) y sobre todo porque pienso que la vida y el cariño de los nuestros son regalos únicos y que valoramos poco. También porque creo que los regalos no materiales son los que entrando en la espiral de la vejez nos hacen más ilusión: los montajes fotográficos, los vídeos de cumpleaños más o menos elaborados, las dedicatorias y llamadas telefónicas y la presencia de los ausentes adquieren  más valor que cualquier paquete bien envuelto y con lazo. 

    De repente me he dado cuenta que, torpe como soy para las manualidades, las artes gráficas y no digamos la informática, sólo me queda la posibilidad de regalar palabras encadenadas, bien puestas unas detrás de otras según salen de mi cabeza y sobre todo, de mi corazón. Y para que las palabras lleguen a quien van dedicadas tengo un blog, que ahora está cerrado por obras pero que como es mío, me permito abrir en contadas ocasiones si el sujeto lo merece. Eso es lo que estoy haciendo hoy para felicitar a mi amigo Paco, que no hace mucho y en público me recriminó que cerrara el susodicho blog que a él le gustaba encontrarse por las mañanas cuando, por mor de la diferencia horaria (vive en Nueva York) se desperezaba frente a un café y se lo leía a modo de saludo mañanero.

 Se me ha ocurrido, querido Paco, ponerte el título en inglés, porque es el idioma de tu hogar y porque esa frase era la que Onassis le grababa en unas pulseras de oro y pedruscos que sistemáticamente iba regalando a las mujeres de su vida "To Maria with Love", "To Jackie with love" y otras tantas que no fueron tan célebres. Por lo visto las encargaba en el  en Tiffany's de la Quinta Avenida, donde puedes pasarte a encargar una tú mismo, ya que lo tienes cerca. Yo me limito a copiarle la idea a Onassis y ponerlo en letras de imprenta, que tiene mucho menos encanto pero perdura en el tiempo...A saber dónde habrán ido a parar todas esas pulseras regaladas por Onassis!

   Así que hoy, en el señalado día en el que los Antonios celebran su santo, mi querido Paco celebra su cumpleaños allende los mares donde vive y reparte alegría;  y espero que al levantarse, entre las muchas felicitaciones que le llegarán de las cuatro esquinas de un planeta que para él es pequeño, encuentre estas líneas escritas un día antes pensando en él y solo en él. Por una vez no tengo que preguntarte por qué continente andas, porque me consta que estás en tu casita, bien acompañado, y preparando una de esas "Home Disco" con las que nos has alegrado la cuarentena.  Espero Paco querido, que cuando leas estas líneas en tu día, seis horas más tarde de cuando yo las haya colgado en este blog que tanto echas de menos, te queden por delante 24 horas más de celebraciones y sobre todo, muchos años de amor y felicidad. Este verano es el primero de los tres últimos en el que no nos vamos a ver, ni me vas a preguntar por mis retoños de los que te sabes todas sus hazañas,  ni vamos a recordar nuestras batallitas profesionales ni vamos a volver a declarar nuestro común amor por Juanito Valderrama y su canción del emigrante...No sabes lo que me fastidia solo pensarlo. Porque además voy a hacer una revelación al respetable público, Paco es un ser humano excepcional que solo tiene dos defectos: que vive en Nueva York y yo no,  y que es absolutamente imposible no quererlo. Con tales defectos imagínense las cualidades.

   Feliz cumpleaños querido, que todas las estrellas del firmamento, e incluso la Estación Espacial Internacional se pongan de tu lado, y todo lo bueno que pueda traerte la vida, siga viniendo sin pausa y sin medida.  Y, no puedo evitarlo...Dentro vídeo!