domingo, 2 de octubre de 2016

Cosas que hacer

    Confieso sin pudor que me paso la vida elaborando listas de cosas que hacer; y que muy a menudo consigo tacharlas todas de la lista, y entonces me da un subidón cuyo resultado es la elaboración de una nueva lista. Confieso así mismo que mis listas principales a veces tienen listas subsidarias especialmente elaboradas para el fin de semana, para una tarde libre o para la víspera de un viaje; y que también en esas consigo, aunque no tan frecuentemente, tachar todas las tareas pendientes. Que es una enfermedad? Puede. El mundo moderno nos ha traído un montón de enfermedades modernas (que yo calificaría más biende chaladuras) algunas con nombres que me asombran. Ejemplo? el pánico a no ser localizado por falta de teléfono móvil se llama Nomofobia, así que premio para el primero que me escriba dándole un nombre a mi chaladura particular. 

   Dicho sea de paso, puestos a tener chaladuras, la mía es de las inofensivas y la de Donald Trump, por poner un ejemplo ilustrativo, peligrosa. Aprovecho para introducir una cuña publicitaria: amigos norteamericanos que sé que me leeis, votad por Hillary! Los europeos que no votamos, pero somos conscientes de lo que nos jugamos con un chalado al frente del guardian de occidente, os lo agradeceremos. Se imaginan un mundo gobernado por Trump, Putin, las monarquías del Golfo y el coreano del Norte? No se rían, puede ser verdad pasado mañana y, en ese caso, lo de nuestra falta de gobierno será una pura anécdota sin importancia. Se cierra la cuña publicitaria.

   En mis listas de cosas que hacer aparecen frases reiteradas que siempre llevan los mismos verbos: traer, recoger, llevar, pagar o enviar. Ideas repetidas como "día de recogida de la basura de gran tamaño" o "segundo plazo de"; palabras usuales como banco, paquete, tintorería, colegio, cena o cita médica. Y también, que todo hay que decirlo, aparecen de vez en cuando tareas agradables como "llega Fulanita en el avión de las cinco" o "hay que comprar los billetes de avión para Semana Santa"  "cena en casa de" o "toca concierto". A mí me gustaría darle un toque poetico a mis listas, visto que son parte de mi ser natural, y adornarlas con mandatos y propósitos de buenos deseos; que donde pone "llevar los edredones a la lavandería" pusiera "llevar un café y una sonrisa al mendigo aparcado en la puerta de mi trabajo". O que donde está escrito "banco" o "reunión de padres", apareciera "hora para el Tai-Chi" (de verdad moriré sin haberlo aprendido?) o simplemente "siesta". O "llamar a mis parientes añosos" incluso a aquellos que ya ni recuerdan mi nombre o "pasar más de tres horas sin emitir una queja". Si todo esto apareciera en mis listas, no serían listas sino las bienaventuranzas del Evangelio, y no lo son, se siente.

   Recientemente me han contado en una cena entre amigos que a los gatos se les pueden poner unas uñas postizas para evitar que te destrocen los muebles, pero que las dichas uñas se caen y hay que remplazarlas periódicamente. Según escuchaba el relato, ya me veía yo con otra cosa más que poner en mis listas y me dije que mi negativa a tener un animal en casa, a pesar de lo mucho que mis hijos me lo han pedido y suplicado, se justificaba por no incrementar mis listas de cosas que hacer con otro ramillete más de asuntos pendientes: "veterinario", "vacunas caninas", "pienso" o similares, son por suerte palabras que nunca he escrito en los pedazos de papel que me siguen por todas partes. 

    Mañana es lunes, mejor ni les cuento como está de florida y hermosa mi lista de esta semana. Va a comenzar a las ocho de la mañana en el concesionario SEAT y Dios sabe a dónde se encaminarán después mis tareas pendientes. Mientras tanto, feliz domingo amigos; si no tienen muchas cosas pendientes escritas para hoy pongan "hacer feliz al prójimo" ; no es porque  aparezca en el Evangelio, es que siempre funciona.

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