viernes, 26 de agosto de 2011

En 1984...Almodovar

  En 1984, Pedro Almodovar contaba la historia de Gloria, una atribulada ama de casa que harta de todos y a falta de sus ansiolíticos, se cargaba al marido. Aún recuerdo que a todas las mujeres que ibamos a ver la peli al cine nos regalaban un paquete de detergente, y aún recuerdo que me piré varias clases de la facultad para ir a verla, y recuerdo que no me impactó de ella mas que el título.

   27 años después, no me faltan ansiolíticos, ni tengo un hijo chapero, ni una suegra que coopera con mi otro hijo camello, ni quiero matar a mi marido con una pata de cordero, pero sí me siento muchos días, y sobre todo muchas tardes como la Gloria tan fantasticamente interpretada por Carmen Maura en aquella ocasión.

   Y como dice el título de lo aquí presentado, me siento engañada por una vida que nos prometieron a mi y a tantas de mi generación, realizadas por el trabajo, liberadas del sexo y sus tabúes, emancipadas económicamente, y eternamente agraciadas por la maternidad y sus delicias. Todo mentira.

   Pero como hay que dar gracias a la vida de todas formas, y siempre hay a quien le va peor que a una misma, prefiero hacerme un blog y dedicarme a echar pestes "on line" que darles la matraca a mis amigos y seres queridos; finalmente, las formas de desahogo electrónico son mejores que el Prozac y te procuran más amigos que el psicoanalista, bienvenidas sean!

   Y bienvenidos todos ustedes a estas páginas de lamentos cotidianos, de una cuarentona feliz de vivir a pesar de todo, y sobre todo feliz de no estar realizada por el trabajo ni en plenitud gracias a la maternidad, sino feliz a secas por poder levantarme cada mañana sin demasiados dolores, y llegar a la noche sin demasiadas facturas que pagar.

   La vida es corta y hacia la mitad comienzan los achaques, así que mejor disfrutar lo que nos trae de bueno sin plantearse demasiadas cuestiones, la vida de las mujeres que nacimos en los '60 se nos aparecía como un arco iris de promesas, para lo que hemos quedado es lo que sale por estas páginas, contado con mucho sarcasmo, que es el estilo de la casa, y un buen remedio contra la amargura. Nadie nos advirtió que seríamos eternas aspirantes a super mujeres: gestoras de empresas, gestoras de hogar, profesoras particulares, cocineras de altura,creadoras de empleo, de tendencias, de moda y unas Mata-Haris en el lecho, sin una cana, sin una arruga y sin una ojera...Pero qué hicimos nosotras para merecer esto???????

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