miércoles, 24 de julio de 2013

La otra Marca España

    la Marca España es una cosa que se ha sacado el gobierno para exportar más productos españoles y contar sus excelencias a quién quiera comprarlos. Incluso tienen una página web dónde lo explica (www;marcaespaña.es) que empieza con esa horrenda frase que igual se emplea para una manifestación que para un desahucio: "Marca España somos todos"...sin comentarios. Añadiendo un párrafo más abajo que "en tiempos de crisis, es tarea de todos dar una buena imagen-país"...me pregunto cual sería el problema de escribir lo mismo pero con la bonita preposición castellana "del" en el lugar del guión, pero bueno, será que verdaderamente soy muy antigua y no entiendo este lenguaje paratecnológico que se nos quiere imponer como correcto cuando no lo es.

    Dejemos el  lenguaje (vapuleado) y volvamos a los productos de marca, que no negaremos nadie sus excelencias, o a ver quién se atreve a estas alturas a ponerle peros al aceite virgen de oliva o al jamón de pata negra; lo que nos falta, como en tantas otras cosas es saber venderlos, copiar por ejemplo a los italianos, que son maestros en este arte, capaces de invadir todo el globo terráqueo de pizzas que, en pocos casos tiene que ver con la verdadera y deliciosa pizza napolitana y que sin embargo la gente devora a cualquier hora y con cualquier excusa sin preguntarse si es virgen (la pizza) o no o si está hecha con mozzarella o con queso de bola en lonchas.

    También hay otras cosas que conforman la Marca España desde hace años: la fiesta y la siesta, la Movida (cuando la hubo) el saber divertirse, la alegría ante el drama, los bares donde uno va y no hace falta tener amigos, la paella, la sangría (mi padre sostenía que ésto no era un invento sino una aberración) mis adorados churros, el optimismo congénito y la correcta dosis de fatalidad. Y recientemente, la Marca España lleva tres palabrejas que más valdría no pronunciar: paro, crisis
y corrupción...

    Y desde hace años, la Marca España también son el incivismo, el desdén por el espacio público, el aparcar en doble fila durante una hora, los botellones que dejan los parques llenos de papeleras rotas y restos de vómito. La Marca España es la de ese lugar donde la gente compra legalmente radares para ir por las carreteras a la velocidad que les da la gana (caiga quién caiga) y se anuncian las gestorías que quitan las multas cuando te las ponen, casi siempre con razón. La marca España es creer que defraudar a Hacienda es un deber, no una opción y que uno puede hacer todo el ruido que quiera a cualquier hora del día y de la noche sin importar si molesta al vecino. No podrían hacer algo los sabios que se han inventado lo de la promoción ésta para que la gente se de cuenta que hay que eliminar todas estas marcas odiosas antes de anunciar aceites y jamones?

    No, no se dan cuenta, porque además, hay un señor (diplomático?) que hasta hace pocos días era subdirector de la Marca España que ha tenido que dimitir de su puesto por escribir en Twitter "catalanes de mierda" y con ello, recordarnos otra más de las desgraciadas Marcas España: la intolerancia...Quién le mandará, como bien dice hoy Carmen Rigalt en "El Mundo", ser diplomático y escribir en Twitter es como ser a la vez pirómano y bombero!


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