lunes, 9 de febrero de 2015

El arte de elegir

    Este fin de semana mi hijo ha tenido que rellenar un impreso para el colegio donde declara qué asignaturas quiere cursar en los próximos dos años, que serán los últimos de su vida escolar; lo que antes vulgarmente llamábamos ir por ciencias o por letras y que ahora se ha convertido en una parrilla con infinitas casillas y combinaciones múltiples que nos ha dejado exhaustos a los dos; a él porque es la primera elección gorda de su vida, y a mí porque soy una mujer manivela que le da mil vueltas a todo, y no iba a darle una de menos en esta ocasión!

    Elegir...qué operación tan simple y tan complicada a la vez, y qué importancia le damos, sin concedernos el derecho a equivocarnos, que no está contemplado entre los derechos fundamentales del hombre aunque debiera, vistas las veces que tenemos que ejercerlo y reconocerlo. Cuántas elecciones habré hecho yo en mi vida? Unas pocas. Y en cuántas me he equivocado? pues en unas cuantas también, aunque en esos casos he procurado sacar alguna moraleja del asunto y pasar página, aunque me temo que ésto último no siempre lo haya conseguido. 

   Pongo en la lista del "haber", unas cuantas elecciones afortunadas: estudiar fuera de España cuando me lo propusieron y nadie lo hacía, aprender idiomas cuando aún el cerebro era plástico y se dejaba moldear; abandonar una carrera académica abocada a la mediocridad y abrazar un futuro laboral (con dura oposición mediante) que se ha revelado bastante más entretenido que lo que en aquel entonces me proponían las aulas universitarias. Estoy más que satisfecha de haber elegido bien mi pareja, de haber elegido tener unos hijos; de haber elegido ser una mujer de familia y no un lobo solitario, a  pesar de que la tentación era fuerte. Creo que sé elegir las películas que quiero ver y los libros que quiero leer, aunque a veces, cada vez menos pues a eso se aprende con la edad, me equivoco. Creo a estas alturas, haber elegido ciertas amistades con las que quiero compartir el trozo de camino que me queda por andar,  aunque también me he llevado algún chasco inevitable. 

    En el "debe" también tengo mis cositas: no elegí estudiar derecho cuando hubiera sido una carrera mucho más útil para mi vida que la historia que estudié; no elegí aprender ciertos idiomas que me hubieran ayudado en mi carrera ni aprender a tocar el piano cuando era una adolescente ávida de aprender...y ahora no saben ustedes lo que me cuesta, y lo poco que saco del empeño que le pongo. No sigo contando porque me pongo negativa y solo estamos a lunes. Pero sí me pregunto: se arrepentirán los demás de sus erróneas elecciones, o le daran al menos la mitad de las vueltas que yo le doy?

    Se arrepintió Nixon alguna vez de meterse en el Vietnam? Y Franco de las sentencias de muerte que firmó? Se arrepintió Felipe II de mandar a sus naves al desastre de Lepanto? la historia dice que sí, pero a saber ("no envié mis naves a luchar contra los elementos" es una de mis frases favoritas y la uso todo lo que puedo); se llegó a arrepentir Suarez de dimitir cuando lo hizo visto la que se preparó después? Se habrán arrepentido los que decidieron que Irak tenía armas de destrucción masiva que nunca se encontraron y que han provocado en parte esta sinrazón que nos rodea últimamente? La verdad es que en esto del arrepentimiento, los católicos no tienen perdón si no lo hacen, pues sólo con eso, contarlo a través de una reja y echarse después unos padrenuestros ya están limpios de pecado; pero me da que ni por esas, elegir mal y no arrepentirse, ni siquiera con la promesa de la salvación divina por medio, es una especialidad del género humano, común a todas las religiones e incluso a los ateos.

    Elegir es hacerse mayor, qué remedio! Tirar por un camino y abandonar otro, vestirse de un color y no de todos a la vez; depositar tu confianza en un alguien o en un algo que solo puede ser ese alguien o algo y no el de al lado, y creer que en ese momento has hecho lo mejor. Equivocarse es el resultado de muchas de esas elecciones, aprender a equivocarse es la lección más dura de aprender y memorizar en el juego de la vida, que cuando dura mucho (y eso es lo que nos gusta a todos, que dure) se presta a muchas más elecciones erróneas y a muchas más equivocaciones. Han visto ustedes los resultados de los sondeos de este último fin de semana? Han visto cómo quedaría el mapa político de España si las elecciones fueran mañana? Pues échenle ustedes un vistazo y verán que, elegir, de aquí a unos meses, y equivocarse lo menos posible va a ser un asunto de estado...Y mi retoño escogió ciencias, como su madre, hace mil años, escogió letras. Buenas noches, y si eligen, háganlo con cuidado!

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