lunes, 22 de enero de 2018

Ser o no ser? Churro o porra?

    Mi vecina descubrió hace unos días una churrería española en esta ciudad donde ambas vivimos, que dista por lo menos 1300 kilómetros del primer lugar conocido en el que los churros sean costumbre. Como además de vecina es amiga, me hizo partícipe del descubrimiento y,  aprovechando una gélida mañana de enero, allá que fuimos las dos, inasequibles al desaliento, a probarla. En realidad ella ya la había catado previamente, y aparte de contarme su descubrimiento, me llevó en calidad de churróloga doctorada, advirtiéndome los defectos del lugar. 

    Que un churrero andaluz de Jaén se instale en el mismo país que Puigdemont, sin escapar de ninguna justicia y pretendiendo vender algo tan simple (y tan delicioso) como los churros y su acompañamiento chocolatero ya es digno de encomio. Puigdemont hizo un churro y después salió huyendo para que no lo enchironaran por ello;  si me permiten el chiste fácil, hasta ahí llegan las comparaciones. Nuestro churrero, le echa voluntad al asunto aunque el local y el negocio tienen defectos estructurales,  que aquí mi vecina y yo le hicimos ver en amable conversación. No sé si se pensó que éramos de algún programa televisivo del tipo "Pesadilla en la cocina" pero no lo vimos muy receptivo ante nuestras críticas enormemente constructivas, que se centraban sobre todo en la decoración somera y limpieza mejorable del local, porque hay que reconocer que los churros, el café y el chocolate eran buenos. 

    Como somos ambas unas cincuentonas usuarias de Facebook (y digo la edad porque de nosotras para abajo Facebook se está volviendo vulgar y cateto, según categorizan nuestros hijos) nos hicimos la correspondiente foto y fotografiamos los churros para ver si le hacíamos un poco de promoción al hombre,  que está barajando la posibilidad de cerrar y...Ahí comenzó lo bueno. Modestia aparte, hemos sido "Trending Topic" entre nuestras amistades, con ni se sabe cuántos "likes" y todo un debate montado en torno a la trascendente cuestión de si lo que aparecía en la foto eran churros o porras. Debate en el que han participado amigos de una y otra de varios lugares europeos y provincias españolas, con argumentos múltiples, que iban desde la definición de la Real Academia de la Lengua hasta pesos y medidas de auténtico ingeniero topógrafo. Han pasado 48 horas y si visito mi página Facebook, veo como siguen cayendo en casacada comentarios y argumentos sobre si aquello eran Porras (según yo, y la mayoría castellana) o churros (según mi vecina y la mayoría andaluza). La mayoría catalana ni estaba ni se la esperaba, para churro ya bastante tienen con el "Procés"!

    Conclusión: la que hemos liado! Y conclusión adjunta: el General De Gaulle, al alba de la V República, dijo que era prácticamente imposible gobernar un país con 246 tipos de quesos. Yo creo que gobernar un país donde una masa frita, humilde donde las haya, provoca un debate encendido sobre si hay que llamarla churro o hay que llamarla porra, también  debe ser difícil de gobernar...A la vista está. No sé si proponerle a mi vecina el sábado próximo hacer una cata de chorizos (de eso también se algo aunque no he llegado al doctorado como en el churro) y a ver cuántos nos escriben peleándose por llamarlo chorizo o longaniza. Me temo lo peor.

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