miércoles, 12 de septiembre de 2018

Yo sí escribí una tesis

    Hace unas horas, mi amado esposo me ha echado un piropo. Al hilo de la actualidad, me ha dicho: "creo que en España la única que ha hecho una tesis doctoral de verdad eres tú". Le he dado un beso de tornillo, porque a estas alturas de nuestras vidas, y sobre todo, a la altura de varios lustros de vida en común, el reconocimiento de la valía del otro es un piropo bastante más gordo y sincero que esos "guapa" vacíos de contenido de Facebook y similares;  otra cosita era cuando te los gritaban desde un andamio..O témpora...

    Pues sí amados lectores, yo tengo una tesis doctoral hecha con mucho esfuerzo, varios años de estudio y varias dioptrías perdidas en ello. También tengo que decir que la hice sin ningún interés de futuro más que por completar mi carrera académica o lo que yo pensaba que iba a ser y no fue una carrera de docente universitario. Y la hice porque estudié en una Universidad pública del estado español y ese mismo estado donde ahora las gentes hacen tesis como churros, me dio una beca, escasa de cuartos pero con buenas condiciones de trabajo, para poder dedicarme a ella durante cuatro años. CUATRO! Ni uno más ni uno menos, y mi señor marido, otrora novio,  se acuerda de todos ellos, por eso sabe a ciencia cierta que yo sí he hecho una tesis. 

    Hice una tesis doctoral sin Internet, sin correo electrónico y casi sin ordenador. Escribí muchas de sus páginas (450 por si les interesa) a mano y pasé muchas horas en bibliotecas polvorientas, aunque algunas de ellas maravillosas,  escribiendo y anotando con bolígrafo muchos párrafos y citas. Leí decenas de manuscritos y juraría que libros hasta una cifra con dos ceros. Me estrujé las neuronas de lo lindo, me peleé con uno de mis directores y saqué adelante un trabajo de chinos que unos pocos sabios doctores aplaudieron el día que la defendí porque aquello era un ladrillo de cuidado que  a casi nadie le ha interesado nunca más. Mi marido (ya entonces marido) también estaba allí, por eso sabe que yo sí he hecho una tesis doctoral de verdad, y además yo solita, sin recurrir a ningún esbirro que me la escriba y sin plagiar a nadie en el intento. Mi directora de entonces, una mujer brillante y una de las mejores historiadoras inglesas del siglo XX,  anda viajando por los planetas remotos en los que se ha perdido su memoria, así que si le van ustedes con el cuento nunca podrá defender mi causa. 

    Hice una tesis que se puede consultar libremente en una base de datos: www.cadmus.eui.eu/1814/7088. Si pinchan ustedes el año 1997 y ponen "Departamento de Historia" ahí debo de estar. Por si les queda alguna duda, también de aquello salió un libro publicado por la Editorial Al-Mudayna, titulado "La clausura imposible: conventualismo femenino y expansión Contrarreformista" que me dio unos cuantos dolores más de cabeza pero a cambio de la satisfacción de ver publicada mi obra, y de mostrarme que lo de la escritura era un entretenimiento al que podría cogerle gusto...Como así ha sido. No vean en estas líneas una muestra de autobombo: todo ello pertenece a una parte de mi vida agradable, pero lejana en el tiempo y que, además, tampoco me da de comer.

    Pero si llego a presidente del gobierno, ministro de lo que sea, o jefe de cualquier partido (no lo quiera Dios que decía mi adorada Lola Flores) ya pueden buscarme las cosquillas y bucear en mi pasado, que yo tengo una tesis doctoral hecha por mi y por nadie más,  y que escribí todas y cada una de sus páginas después de haberme examinado de todas las asignaturas que me correspondían y de haber escrito otro buen porrón de páginas en el equivalente al trabajo de fin de Máster que entonces llamábamos tesina, y que no era ninguna broma. Lo que acabaré por preguntarme, al igual que mi santo varón se preguntaba hace unas horas es si hay alguien más entre los que dirigen mi país (o aspiran a ello)  que haya pasado por todo eso...


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