miércoles, 19 de septiembre de 2012

Vidas cruzadas

    Estaba yo tan entretenida escribiendo sobre la basura que generamos los seres humanos y qué va a ser de nosotros cuando tengamos que recogerla, y va Esperanza y dimite: cambio de tercio. Y cuando andaba yo en fase recopilatoria de los muchos chascarrillos y frases con los que nos ha obsequiado la presidenta en estos años, va Carrillo y se muere. Así que la basura se ha quedado esperando a mejor ocasión para escribir de ella y la entrada sobre Esperanza tendrá que compartir espacio con la de don Santiago, porque, mira por dónde, parece que hasta se pueden hacer paralelismos entre ambos. Ya sé, ya sé, Esperanza no se ha muerto, pero su retirada de la política es casi una muerte natural para ese personaje que ella misma lleva fomentando y alimentando desde hace años. Será posible escribir de semejantes figuras en una entrada al alimón? Veamos pues.

    Quizás el punto en común de ambos personajes sea el culto a su propia personalidad; cierto que para meterse en política no hay que sufrir de autoestima, pero estos dos tenían el ego del tamaño de una plaza de toros! Y probablemente, ese ser genio y figura sin importarte poco lo que opine de tí el prójimo votante sea lo que les ha llevado al uno a ser historia viva de este país (desde ayer historia muerta) y a la otra a dejarnos a todos con un palmo de narices: ha dimitido por sus........(rellénese la línea de puntos con lo que más convenga) en un país donde ni los ladrones dimiten de robar ni los corruptos de corromper aunque les hayan pillado con las manos en la masa.

    Don Santiago Carrillo, 97 años de historia de España: lo siento por insistir en el topicazo, pero es verdad y de paso, les recomiendo que se lean sus memorias, publicadas al filo de sus 80 años; 900 páginas de un viaje apasionante por el globo terráqueo (literalmente) y por nuestra memoria histórica, que al fin y al cabo es la suya, que no perdió en ningún  momento. El que afirmaba a los veinte años que ser comunista era algo más que ser de un partido, porque suponía tener fe (sic) las vio después de todos los colores pero se ha perdido la mejor: él que fue a la cárcel junto con su padre en 1934 por levantarse contra Alfonso XIII no ha visto como el nieto de aquel pasaba ayer tarde  por su domicilio a darle el pésame a su viuda e hijos. Aún somos un país que ama los gestos simbólicos.

    Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa de Murillo y Grande de España  por matrimonio, funcionaria excedente del ministerio de Educación y Cultura y de profesión política; es más creo que con ella se nos va uno de los últimos profesionales de la política que este país ha dado desde la generación de los Guerra, González, Suarez y compañía. Ella, que es muy suya, ha decidido cuándo y cómo ponerle fin a su profesión: cuando le ha dado la gana, y bastante claro lo ha dejado. Luego habrá tela que cortar para rato en las tertulias radiofónicas y televisivas (se han fijado ustedes la cantidad de horas de tertulias que se emiten en los medio de comunicación? parece que los periodistas ya no sirvieran para otra cosa) pero por ahora yo me quedo con la idea de que es sincera: se acabó, fundamentalmente porque ella lo ha decidido así. Alguien que se cae de un helicóptero y sale correctamente peinada, que escapa de un atentado terrorista en la India sin zapatos y que soporta durante años a los chicos de "Caiga quien caiga" persiguiéndola por todos sus actos e inauguraciones haciéndole no precisamente la ola, no va quitarse del medio por llevarse mal con su jefe; es más, ella al jefe se lo hubiera merendado con ketchup y mostaza si hubiera querido hace ya tiempo.

    Los que escribimos de todo sin saber de nada necesitamos personajes jugosos que nos den cancha y con éstos dos se nos ha terminado un filón que parecía inagotable.Yo tengo mis debilidades y una de ellas son los personajes que se creen su ídem hasta el final, lo representan sin falta y sin salirse del guion. Adios a Carrillo, patriota a su pesar y ´hasta pronto, quién sabe,  a Esperanza, a quién deseo mucha salud que parece que le flojea y que encuentre otra ocupación desde donde ser martillo de herejes, porque no me la imagino pasando las tardes en el Retiro echándole de comer a las palomas, la verdad.

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