viernes, 21 de diciembre de 2012

Y no se acabó!

    A la hora que ésto escribo, debería ya habernos  pasado por encima un tsunami, o quizás un terremoto estremecedor, o quizás deberían haber llegado mil platillos volantes repletos de extrarrestres asesinos como los de "Mars attack" o vaya usted a saber qué otras lindezas. Queda día por delante, aunque hoy como tal sea el día mas corto del año, pero parece que nada se mueve y que los agoreros y nostradamus de pacotilla tendrán que ir buscando otra fecha apocalíptica para meternos miedo. Para su información: desde que el mundo es mundo, hemos tenido unas doscientas alertas de este tipo, algunas como la del año mil, nos dejaron un magnífico patrimonio artístico en forma de iglesias románicas, otras han dejado muchos ríos de tinta en la prensa, mucho loco soltando despropósitos  y poco más.

    Me reprocharán ustedes que es muy fácil escribir y reirse de la estupidez humana a toro pasado, cierto es. Como cierto es que soy una persona descreída por naturaleza, aunque supersticiosa (una tiene sus contradicciones) y más me preocupa que entremos en el año 13 y que encima el 1 de enero sea martes que un vaticinio de unos Mayas a quienes probablemente se les habían acabado las hojas del calendario o las bolas del ábaco para calcular. Los Mayas eran sabios y por lo que hemos visto hoy, no infalibles.

    Prefiero someterme a ciertos ejercicios de ciencia ficción como pensar qué nos hubiera arreglado el fin del mundo: no tener que pasar la Nochebuena con los parientes que no soportamos, por ejemplo, o no tener que comprar el regalo del amigo invisible. Más ejemplos? pues a Rajoy le hubiera arreglado el dilema de cuándo pedir el rescate para España. Y a  Urdangarín le hubiera librado de la cárcel, que se le debe de aparecer en sueños cada noche. Y a la baronesa Thyssen de tener que ir a un juicio contra su propio hijo. Y puestos a librarse, Artur Mas se libraría de tener que tomar ciertas decisiones que va a tener que tomar, y Belén Esteban de sus adicciones, y Barack Obama de los de la Asociación Nacional del Rifle que piensan que lo de pegar tiros es una libertad constitucional inmutable. El que no ve el lado positivo es porque no quiere.

    El fin del mundo hubiera arreglado el agujero de la capa de ozono, el hambre subsahariana, el calentamiento global y de paso se habría llevado por delante (junto con nosotros, qué le vamos a hacer) a tipos como Bachar el Asad, Hugo Chávez y Silvio Berlusconi. Nos hubiera dejado los océanos limpios y las ciudades descontaminadas, hay quién de más?

    Lástima que mañana es la lotería de Navidad y que nos hubiéramos quedado sin saber en qué pueblo del cinturón industrial de Barcelona cae el gordo; que yo quiero pasar parte de mis vacaciones rodeado de mis parientes (yo sí los soporto, afortunadamente) y que me gustaría ver la temporada catorce de "Cuéntame" si es que a RTVE le da la gana de estrenarla de una vez. Casi que prefiero que el fin del mundo no haya llegado, aún con las ventajas anteriormente descritas, y ustedes?

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