sábado, 2 de marzo de 2013

El adios de los profetas

    Voy a hacer uso de la pequeña vanidad que me permito cada diez o doce entradas: quiero tranquilizar a mis lectores que ultimamente me reclaman un poco más de broma y menos seriedad en mis escritos. No se preocupen, no aspiro a ser opinadora profesional ni a que me contraten como contertulia televisiva; simplemente me dejo llevar por la realidad, que no está ultimamente como para tirar cohetes y qué caramba! el blog es mío y como ya he dicho varias veces, ésto no son los discos solicitados.

   Hecha la introducción, y antes de proseguir con un texto que, les advierto, hoy va por lo serio, les hago una aclaración de vocabulario. He buscado la palabra "profeta" en el diccionario de la Real Academia y de los tres significados que me da me quedo con éste: "persona que por señales, cálculos o conjeturas es capaz de predecir el futuro". También tengo otra definición de la Wikipedia, que sólo da una y más simple (por eso nuestros escolares la consultan tanto) : "intermediario entre Dios y la humanidad". Quería yo hablar, aunque sea tangencialmente,  de los profetas y de las profecías y temía emplear la palabra fuera de contexto.

    Pues bien, el intermediario entre Dios y la humanidad católica (según la Wikipedia) se ha retirado de su oficio y del mundanal ruido esta semana, en un acto que, por más que leo sobre él, rebusco en mis libros de historia y miro en todas las wikipedias posibles, no deja de asombrarme. No pensaba yo que vería ciertas cosas antes de morirme y una de ellas era un Papa dimitido; que es como decir que un profeta se ha cansado de ejercer su oficio, que no es un oficio cualquiera sino la responsabilidad de intermediar con Dios...ahí es nada! Por otra parte no me extraña que se haya cansado de llevar tamaña responsabilidad sobre sus hombros, amén de la mucha inquina que le debía tener la Curia Vaticana, esa panda de clérigos de vida alegre y dispendiosa, italianos en su mayoría, a quienes hace once años les pusieron una Angela Merkel con sotana al frente; todo junto es mucho para un pobre anciano alemán deseoso de entregar su vida al estudio y no a  la negociación permanente  entre las partes. Esperemos que allá donde lo encajen, una vez resueltos todos los problemas de protocolo que el buen hombre ha planteado, cuando decidan cómo vestirlo, qué zapatos ponerle, qué hacer con el anillo y como alejarle de los focos, le dejen morirse en paz y no le den un té cargadito como a algún otro de sus predecesores. Amén.

    Y en esta semana de la jubilación del profeta, otro profeta en el sentido Real Academia del término, ha pasado a mejor vida. Se trata de Stéphane Hessel, el inspirador de los Indignados, aunque la mayoría de ello no lo sepan ni se hayan leído "Indignaos" discurso publicado en el 2010, de una clarividencia meridiana y profética al cual dio continuidad otro llamado  "Comprometeos" (2011) menos sorprendente que el primero pero no por ello menos clarividente. Este amable ancianito, muerto apaciblemente en su casa a los 95 años, fue diplomático, combatiente de la Resistencia en Francia, embajador en la ONU y sobre todo, un judío laico y un espíritu libre. Fue uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, documento bastante profético también que mi hijo, gracias a que está matriculado en moral y no en religión, ha tenido que estudiarse en el colegio; y documento que, a su debido momento, conjeturó, como lo hacen los profetas, que los humanos éramos capaces de ser tan malos los unos con los otros y de meternos en tales berenjenales que más valía poner por escrito todo aquello de lo que no se nos podía privar, so pena de infringir el derecho internacional.

    Stéphane Hessel se indignó y luchó contra la dictadura de Hitler cuando su vida y la de los suyos corría peligro, y se indignó contra la dictadura de  los mercados cuando vio el daño que estaban provocando a  nuestra sociedad; incluso asegura en sus escritos que luchar contra Hitler era más fácil, porque al menos se le podía poner rostro...él, que estuvo deportado en un campo de concentración y perdió a buena parte de su familia! Léanse su última obra, llamada "En resumen, o casi" (versión española de Aguilar, 2012) versión original: "Tous comptes faits...ou presque": indispensable.

    Descanse en paz el profeta Hessel, y descanse como pueda y le dejen el profeta Benedicto XVI; y descansen ustedes, que mañana es domingo. Buenas noches.

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