jueves, 17 de octubre de 2013

Cambio de armarios

    Hace unos días vi en el Telediario una noticia curiosa; Y antes de seguir hago un paréntesis: hace unos días vi un Telediario, que es algo que no hago casi nunca por dos razones. La primera porque todos los informativos de las televisiones cuyos idiomas entiendo son todos la voz de su amo (del que gobierna) excepto los de la BBC; y la segunda y más importante, porque ver el Telediario todos los días, y aún peor, estar esperando a que lleguen las nueve para verlo, es un síntoma alarmante de vejez; y de estos síntomas servidora huye como de la peste, aunque luego tenga otros achaques. 

    Como les iba diciendo, vi un telediario donde, como de costumbre daban una noticia simpática antes de que apareciera  María Escario a hablar de fútbol durante otra media hora; La noticia era el cambio de temporada y la llegada de los primeros fríos, que obligan a mucha gente a efectuar el consabido cambio de ropa en los armarios. Como en España, otra cosa no tendremos pero originalidad para buscarnos la vida nos sobra, resulta que hay unas señoras (en el paro, presumo) que van por las casas ofreciendo sus servicios para efectuar el engorroso cambio de armarios con distintas tarifas que van desde el simple cambio de ropa, hasta el llevar a la tintorería la que hay que limpiar, arreglar o ajustar la del invierno anterior e incluso asesorar al cliente sobre el contenido del armario y aconsejar que es lo que merece la pena guardar o no. Se imaginan si tuvieran que cambiarle los armarios a Angela Merkel? Me pareció muy buena la ocurrencia de las señoras en cuestión, aunque me pregunto quién recurrirá a sus servicios en un país en el que tres cuartas partes de la población está a dos velas, y los que no lo están ya tienen quién les cambia los armarios. 

    No crean que el asunto me tiene sin dormir, pero lo de recoger camisetas y bañadores y sacar a la palestra pantalones de pana y abrigos, es una operación que todos los españolitos hemos visto hacer a nuestras madres y que, me temo que, inconscientemente, repetimos todos ahora que somos los amos de nuestro hogar, aunque ya no sea tan necesario. Y es más, me atrevo a decir que debe ser una manía patria, fomentada por la pequeñez de los pisos en los que nos criamos las gentes del sur, porque por estas latitudes nórdicas que habito, donde los metros cuadrados de vivienda son generosos, lo de sacar y meter ropa de verano o de invierno es una tarea superflua. Hace años, sin embargo,  la operación "cambio de armarios" era una auténtica maniobra militar planeada al milímetro por nuestras madres, que nos secuestraban en casa durante toda una tarde para probarnos todo tipo de prendas, aplicar rodilleras o coderas, subir o bajar dobladillos y efectuar las trasmisiones correspondientes de mayores a pequeños, porque como no existía Zara, les puedo asegurar a los más jóvenes del lugar, que los pantalones Lois (orgullo de la industris textil nacional) los zapatos Gorila y las faldas escocesas tenían en nuestras casas familiares  más vidas que un gato. 

    En este mi hogar ya hemos procedido diligentemente al cambio de armarios hace unas semanas, porque el cambio climático sólo se apiada de los países pobres y simpáticos, ya se sabe; en los demás hace frío y llueve a la que te descuidas y generalmente a primeros der septiembre. La buena noticia es que podemos ver por calles y parques esos árboles que de repente se vuelven rojos como tocados por una varita mágica y que a mí, año tras año consiguen hipnotizarme cuando paso a su lado. Por muy mayor que me haga y pretenda estar de vuelta de todo, nunca dejará de sorprenderme y maravillarme la sucesión de las estaciones, y los colores cambiantes que las acompañan. Y la mala noticia es que dentro de pocos días nos van a cambiar la hora, para nuestra desdicha, y todos tendremos ganas de convertirnos en osos y pasar el invierno en nuestra caverna. Vayan preparándose y saquen del armario la mantita para arrebujarse en el sofá...yo esa también la recojo en verano. Las manías se heredan, a veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario