viernes, 15 de noviembre de 2013

Pepe Gotera y Otilio

    A mi padre le gustaban los tebeos, de los que era un consumidor voraz. Consumía con la misma voracidad novelas y periódicos, pero a mí me hacía mucha más gracia en aquel entonces presumir de un padre que leía tebeos y además los apreciaba y por ende, me los compraba en grandes cantidades. Discrepábamos en nuestros personajes favoritos, los míos eran Mortadelo y Filemón y todos los habitantes de la 13 Rue del Percebe; los suyos, Pepe Gotera y Otilio, sin ninguna discusión. Los recuerdan? aquellos dos tipos que aparecían en tu casa para desatascar un lavabo y terminaban haciendo saltar el edificio en pedazos. Pepe Gotera era el patrón y se daba un aire a Groucho Marx; Otilio era el peón que ejcutaba con bastante poca destreza los encargos que recibía su jefe y comenzaba todas sus viñetas comiendo bocadillos con una vaca entera dentro (cuando no era un cerdo). A quí los tienen, para los desmemoriados, o simplemente para los más jóvenes:

 
    Pues bien, sepan ustedes que desde esta semana yo vivo con Pepe Gotera y Otilio metidos en mi casa  varias horas al día. Tienen un aire bastante más profesional y supongo que saben lo que hacen; son amables y sonrientes, bastante puntuales y por ahora no han roto más que lo que les hemos indicado que hay que romper, eso sí con algún agujero más de la cuenta y saben qué? he descubierto que Pepe Gotera y Otilio en sus múltiples configuraciones (albañil, fontanero, electricista que de todo hemos tenido hasta ahora) son capaces, vaya usted a saber por qué poderes paranormales, de paralizar mi cerebro, dejarme con la boca abierta y sin respuesta, saltarme las lágrimas de impotencia y hacerme fregar y restregar cada día el suelo de mi pasillo como no lo he hecho en los trece años que llevo viviendo en mi casa. Normalmente casi nadie puede conmigo en estos términos, y menos aún, todo junto en la misma persona, sólo ellos; por eso les digo: tienen poderes paranormales. 

    O quizás todo ésto sea un trauma de la infancia, porque en mis años alevines, mi señora madre se entretenía, justo cuando llegaba el momento de apretar los codos, en tirar tabiques, cambiar puertas de sitio, pintar, barnizar parquets o combinación de dos o más de las anteriores operaciones. Vaya, mi señora madre no, los Pepe Gotera y Otilio de entonces. Sería por eso que eran los personajes favoritos de los tebeos de mi padre? No tengo respuesta, pero si un psicoanalista se encuentra con esta historia lo mismo hasta le saca jugo. Yo prefiero pensar que mi aversión por las obras en casa (y ya no digamos viviendo dentro al mismo tiempo) viene de un trauma infantil antes que de cualquier otro tipo de trastorno más serio.

    No me digan que es algo que le fastidia a todo el mundo, conozco a más de uno a quién la presencia de los hombres de las chapuzas les levanta el ánimo; para quienes romper una pared y destripar las tuberías es una operación más interesante que abrir un regalo o catar un jamón por primera vez. No diré nombres, ellos saben quienes son.En mi caso (y ya sé que hay cosas mucho peores en la vida) tengo la sensación de estar actuando en una película de terror en la que aparecen Darth Vader, la niña del exorcista, JR , Voldemort y Hannibal Lecter como compañeros de reparto; y a mí las  películas de terror no me gustan ni para verlas, así que imaginense ustedes verme yo misma  dentro de una de ellas!

    Hoy es viernes, tengo por delante dos días de tregua para descansar de golpes, ruido, polvo y radio a todo volumen. Me consolaré pensando que estoy ayudando a que la economía se reactive, ahora que gracias a la bajada de los tipos de interés, vamos a acabar teniendo que pagarle nosotros intereses a los bancos para que nos guarden nuestro dinero, en vez de al contrario. Nunca pensé que vivir con Pepe Gotera y Otilio fuera una obra de beneficencia...vivir para ver. Feliz fin de semana a todos.

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