sábado, 23 de abril de 2016

Libros para mis hijos

    El 23 de abril de 2014 publiqué una entrada  con cierto eco entre mis lectores y muy entrañable para mí; en ella hablaba de los libros favoritos de mi padre, de aquellos que me regaló o me recomendó; de los que yo le recomendé, y de lo mucho que me gustaba ir ese día a la Plaza Mayor de mi ciudad a comprarme libros a espuertas aprovechando que era la feria, y pocos días después, mi cumpleaños. Mi padre ya no está, mi cumpleaños sigue siendo unos días después, la feria del libro de mi ciudad se sigue celebrando aunque yo estoy un tanto lejos como para ir a comprar, y los siguientes en la cadena alimenticia, que son mis hijos, me harían más fiestas si les llevara a una feria de teléfonos móviles...O a un MacStore, sin ir más lejos. 

   Pero mi misión es no cejar en mi empeño (finalmente esa es la misión imposible e ineludible de la paternidad: no cejar) así que aquí tienen ustedes una lista de libros que me gustaría que mis hijos, algún día tengan intención de leer, porque tengo yo el extraño convencimiento que si no lo hacen, se estarán perdiendo algo grande;  aunque probablemente en ésto me equivoque, como en tantas otras cosas. Leer se ha convertido en una actividad viejuna; y los que practicamos este viejo hábito, en personas aburridas y, como me dijo hace un año una colega del trabajo, gente anclada en el siglo XX.

    Les ahorraré la recomendación del Quijote, de la poesía de Quevedo y del Lazarillo de Tormes, aunque ellos se lo pierden. Pero quizás aún quede esperanza para que se acerquen a "La Regenta", a "Los gozos y las sombras" a "Los santos inocentes" o al "Gattopardo", aunque sea en versión española y pierda la música celestial que le da el italiano a esta novela. Quizás aún sea posible que  lean "Los tres mosqueteros", "Los miserables" o "Cyrano de Bergerac", aprovechando que son bilingües y podrán elegir la versión francesa. Añado "Belle du seigneur" ? (o "Bella del señor" según versión)..Si no lo hiciera me traicionaría a mí misma.

    Si pudiera obligarles, les obligaría a ciertas lecturas de los grandes latinoamericanos, porque sé que, además de satisfacción encontrarían muchas respuestas a las grandes preguntas de la vida. No voy a obligarles, claro, pero si me leen, que sepan que "Cien años de soledad", "Noticia de un secuestro", "La ciudad y los perros", "La fiesta del chivo" y  "Confieso que he vivido" son los cinco dedos para contar con una mano, y creo que no hace falta detallar los autores. Con la otra, pueden añadir "Y de repente un ángel" de Jaime Baily, "La virgen de los sicarios" de Fernando Vallejo,  "El olvido que seremos" de Héctor Abad Faciolince y "La luz difícil" de Tomás González. 

   Para que entiendan el siglo XX, del cual vienen sus padres y los muchos problemas que no se arreglan en el siglo XXI, se pueden leer los tres volúmenes del "El siglo" de Ken Follett, donde se lo contarán de forma novelada y entretenida. Si prefieren leerlo por alguien que lo vivió y lo cuenta en primera persona, que se queden con las memorias de Carrillo y "Franco" de Paul Preston. Para completar, "Homenaje a Cataluña" de George Orwell, las memorias de Jean Monnet, las de Marlène Dietrich y cualquiera de los pocos y excelentes libros escritos por Chaves Nogales. Mi favorito es "Juan Belmonte, matador de toros".

   Y también soy capaz de recomendar libros porque sí, para simplemente entretenerse y pasar un buen rato, que es lo que ellos hacen cuando buscan vídeos en Youtube. De estos últimos, me quedo con "Una palabra tuya" de Elvira Lindo; "El tiempo entre costuras" de María Dueñas, "La ciudad de los prodigios" de Eduardo Mendoza ,  "Lágrimas en la lluvia" de Rosa Montero o "La verdad sobre el caso Harry Québert" de Joël Dicker. Y me paro aquí porque a bote pronto ya van una treintena de títulos, que me pregunto si algún día me darán en las narices diciéndome "mamá, los hemos leído todos"...Si así fuere, que las musas me premien dándome el talento literario que no tengo y que pido llorando por las esquinas; si no, que los dioses del Parnaso me lo demanden, y guarden mi cansada, hipermétrope y presbítica vista los suficientes años para poder seguir leyendo. Amén...O lo que haga falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario