miércoles, 22 de junio de 2016

Con voz pero sin voto

   Así me ha dejado la oficina del censo de la provincia a la que pertenezco: con voz y sin derecho a votar por un error que no sé si tildar de burocrático, porque en realidad es tecno-legislativo. Resumiendo: como los expatriados somos ciudadanos de segunda categoría, y tenemos que "rogar" el voto (así lo dice la ley vilmente pactada por PP y PSOE desde el 2011) mi rogatoria la envié por fax porque los plazos eran cortísimos. Resulta que el fax de la oficina donde llegó mi solicitud, "unas veces funciona y otras no" (funcionario local  dixit) y aunque en diciembre estaba operativo, pues esta vez ha tocado que no; y la ley dice que hay que dar el fax como facilidad, aunque no dice nada sobre la obligación de mantenerlo en correcto funcionamiento. Esa es la explicación que me dió el funconario que hace cuatro días se llevó mis voces, mis blasfemias, mi frustración y de paso, se ha llevado también mi voto que no podré ejercer, porque al no haber funcionado el fax, no les consta que quiero votar y no he recibido las papeletas. Y si no llegan las papeletas, no puedes enviarlas de vuelta con los sobres respectivos, que tampoco es fácil saber qué va en cada sobre, porque de lo que se trata es de que esa gente que ha cometido un error de mal gusto (irse a vivir al extranjero, a quién se lo ocurre?) no pretenda encima decidir de las cosas de su país de origen.

    Le cuento mis penas a amigos y familiares y más de uno me dice que más se perdió en Cuba (sin duda) pero a mí que me quiten de votar es como que me quiten de comer y cenar al menos un par de días. Ya lo he dicho en otras muchas entradas escritas en este blog en tiempos electorales, que en los últimos dps años han sido frecuentes:  voto con fe, aún sabiendo que soy una gota de agua en un océano electoral; voto con alegría, a pesar de que el panorama no puede ser más triste; voto con reflexión previa y con razón de ser, y últimamente, desde el 2011, voto cuando puedo y me deja la oficina del censo de la provincia que me vio nacer, que debe haber recibido algún chivatazo de las mesas electorales que les cuentan que los expatriados votamos cosas raras o no convenientes y que mejor ponernos obstáculos, cuantos más mejor; por si fueran pocos los que ya pone la ley, con sus plazos ridículamente breves. Ya sé que esto que les cuento suena a teoria conspirativa de las de los tiempos de Jose Mari (Aznar) pero qué quieren, ya van dos veces en cuatro años que me dejan con las ganas.

    Como no voy a votar, no porque no quiera sino porque no me dejan, podré quejarme sin medida y decir que los elegidos no me representan y sandeces similares; podré echar pestes de todos y no será mi culpa todo lo malo que hagan y piensen; podré convertirme hasta en una perroflauta cualquiera, aunque ya me voy acercando más bien a la edad de los yayoflautas! Pues bien, no crean que todo eso me consuela, yo hubiera preferido, con mucho, votar. Y escribo estas líneas la víspera de otra elección importante para todos nosotros,  aunque pensemos que lo que le ocurra a los ingleses y su obsesión por ser un islote no nos incumba. 

   Solo les pido que si ustedes, amados lectores, son de los que votan (así lo espero) lo hagan por los partidos que llevan escrito en su programa la intención de terminar con esta anomalía democrática que se llama el "voto rogado". Y espero que vayan todos ustedes a votar, acordándose que no siempre fue posible y que nuestros abuelos (y no digamos nuestras abuelas) lucharon por ello. A las urnas ciudadanos! Sobre todo si son ciudadanos residentes en España...

No hay comentarios:

Publicar un comentario