lunes, 9 de enero de 2012

Qué fue de todo aquello?

     De vuelta a casa y a mis rutinas particulares entre las que se encuentra escribir este blog, interrumpido durante dos semanas para no aburrirnos los unos de los otros. Reconozco que mi insistencia en diciembre con las fiestas  y las muchas maneras de pasarlas sin sofocones requiere por mi parte una explicación de mi propia travesía navideña, hay que predicar con el ejemplo. 

    Conseguí ver "Sonrisas y lágrimas" y "Qué bello es vivir". Este año le puse falta al abuelo Pepe Isbert buscando a Chencho perdido en la Plaza Mayor de Madrid: o no la pasaron o no estuve yo avispada para localizarla...siento como que me he tomado una aspirina a medias. A cambio, tres grandes hallazgos televisivos que les hago saber para que los avezados internautas los busquen por los mares de la red: "Tarancon. El quinto mandamiento" (www.rtve.es/alacarta) miniserie de dos capítulos que la Primera nos propinó el jueves 29 de diciembre, toda de una tacada, sobre la vida y hasta cierto punto los milagros de "Tarancón-al-paredón"; milagros que jamás se evaluarán para convertirlo en Santo, pero que en la España de la década prodigiosa fueron dogma de fe democrática. 

    Segundo hallazgo emitido por Arte el 2 de enero pasada la medianoche: "Sinatra by Tina": alucinante documental de "la voz" relatado por su propia hija con grabaciones nunca vistas hasta ahora del más grande, una joya. Y para terminar, el especial de Los Morancos para la noche de Reyes en Canal Sur (este ya lo he visto troceado en Youtube): Antonia y Omaíta de visita en el Palacio de Dueñas tomando el té con Cayetana: ella misma, no una figurante. Humor inocente, sincero y agudo, y con una Duquesa de Alba que a pesar de articular palabra difícilmente, entra al trapo de los dos guasones y hace eso tan sano y que procura tanta juventud a quien lo practica: reirse de uno mismo! Decididamente este feo 2011 ha sido el Año Cayetana, olé tu madre!

   Y hablando de Año feo (e impar) relato la transición al año par por que no tiene desperdicio. Resulta que el 31 de diciembre nos los pasamos casi enterito  mi santo varón  y yo en las urgencias de la Seguridad Social de mi villa sin corte. Colas como se requiere en estas fechas, pero ni un mal gesto, sonrisas miles y ni un inconveniente por parte del personal del hospital que ya trabaja gracias a los mercados un par de horas más diarias y con el IRPF subido. Salimos a la hora de preparar la cena con muchas pruebas hechas, un diagnóstico certero de una bacteria que se coló para quedarse en los pulmones de mi cónyuge; y todo ello con coste cero euros para nuestro bolsillo gracias a la tarjeta sanitaria europea...para que luego digan que Europa no sirve para nada! Y para que los españoles echen pestes de la Seguridad Social: mi marido, que es "guiri", nórdico y proveniente de un estado del bienestar aún no desmontado como el nuestro, canta las maravillas de su Nochevieja hospitalaria: alquien se lo puede hacer llegar a la ministra de sanidad? porque me temo que no me lee ni es mi amiga en Facebook. 

    Pasadas las uvas sin atragantamientos, y soportada la noche con los oportunos tapones en las orejas, me levantan gritos iracundos el 1 de enero a las nueve de la mañana y comienzo el Año Nuevo llamando al 112 (al fin he comprobado que fiunciona) porque debajo de mi balcón una panda de cabezas rapadas le están dando una paliza de muerte a un chico de color. Afortunadamente llegó la policía antes de que lo mataran,  pero los agresores consiguieron burlar a la autoridad unos por piernas y otros refugiándose en el bar en cuya puerta se estaban zurrando. Como no soy una persona Zen y aunque no he estudiado educación a la ciudadanía algo debieron inculcarme las monjas de mi colegio,   volví a llamar a la policía local esta vez, para indicarles que los malditos falsos calvos con chupa de cuero estampada con esvástica estaban escondidos dentro del bar,  a lo que el poli de la centralita me contestó con un cortante "señora déjenos hacer nuestro trabajo"....harán igual cuando han llamado este año las 60 mujeres muertas a mano de sus parejas? Y luego dicen que en las provincias no pasan cosas...

   Bien,  pues ésto, acompañado de muchos polvorones (nadie respondió a mi reto de la espuma de turrón de alicante) y de algún que otro estreno cinematográfico infantil, cabalgata de crisis con menos majorettes y menos caramelos caducados, regalo del amigo invisible y los correspondientes retrasos gentilmente servidos por Iberia, Lineas Aereas de España, es lo que ha dado de sí mi Navidad. Ahora ya puedo escribir de otras cosas, y de paso desearles a todos ustedes un año IV de la crisis,  éste que ahora empezamos, lleno de salud, que es lo único que por ahora no está recortado por decreto. A seguir bien. 

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