jueves, 3 de enero de 2013

Miscelánea para la cuesta de enero

    Bienvenidos al año 2013, primero con seis millones de parados y quinto, no de Alemania sino de la crisis, y Feliz Año Nuevo para todos, qué caramba...

    Como ya he repetido hasta la saciedad, quién tiene talento literario escribe novelas y quién no, se limita a escribir un blog, este es mi sino. Y quién escribe un blog, precisamente por no tener talento litrerario tiene que repetirse de vez en cuando; así que aquí me tienen ustedes repitiéndome como las muchas morcillas que me he comido en estas fiestas: voy a contarles lo que ha dado de sí mi Navidad y les voy a dar algunos consejos lectores, algo que ya hice el día 9 de enero del año pasado en una entrada que titulé "Qué fue de todo aquello". Advertidos están, si no quieren seguir leyendo lo entenderé.

    Para empezar una novedad: he conseguido hacer dos vuelos con Iberia sin más de cinco minutos de retraso y no me han perdido ninguna maleta a pesar del jaleo navideño: será que Iberia funciona mejor cuando está al borde de la quiebra? o será que tuve simplemente suerte?

   Continuemos con la lectura. Les recomiendo mi lectura navideña: "Plegarias nocturnas", del colombiano Santiago Gamboa; si el amigo invisible les ha regalado "Cincuenta sombras de Grey" vayan a cambiarla por ésta que les indico, les aseguro que no se arrepentirán. Y para los nostálgicos, mi admirada Elvira Lindo ha publicado la continuación de la saga de Manolito Gafotas en un volumen titulado "Mejor Manolo", que no sorprende ni tiene la chispa de los Manolitos de hace años pero también es una buena opción para cambiarlo por las sombras del Grey dichoso, que son, más que un manual de pornografía barata para cincuentonas, un insulto para la inteligencia.

   De cine poco puedo recomendar como no sea "Campanilla" que me tragué acompañada de hija y sobrina (la buena obra navideña) pero sí puedo recomendar un documental que se ha estrenado en los cines este otoño pasado y que yo he podido visionar cómodamente en el sofá de mi casa por cortesía de su autor, que además es amigo mío. "El foso", de Ricardo Iscar es cine documental de altura, desgraciadamente fuera de los circuitos comerciales, aunque pueden ver ustedes el trailer en Youtube, y así hacen ganas. Si les gusta la ópera, o simplemente la música, es un regalo para la vista y para el oído. Ojalá vuelvan a reponerla en los cines.

    No soy nada aficionada a afiliarme en Facebook a páginas sobre reivindicaciones miles aunque les aseguro que si alguien abriera una pidiendo que se acabe el programa de televisión de Nochevieja, sería capaz hasta de donarles dinero. Que lo produzcan las televisiones privadas pase, que con el dinero del contribuyente se financie semejante patochada que sólo sirve para que los que no salen tal día (muchos, me consta) se vayan a la cama de mal humor al contemplar tamaña estupidez. Puestos a retrasmitir astracanadas, casi que con una peli de Marisol o incluso de Paco Martínez Soria  quedarían mejor, al menos nos daría cierta nostalgia y no ganas de tirar la copa de cava a la pantalla para que se calle David Bustamante que es un fijo de estos eventos. Y no hablo del peinado de Imanol Arias para las campanadas, porque creo que de eso ya hay un grupo en Facebook...

    Y este año, poca tele, poco cine, poca prensa y mucha charla. Me he pasado más de una semana tomando cañas y cafés con parientes y amigos, celebrando lo bueno y lamentándonos de lo malo; poniendo a parir a la Merkel y al gobierno; intercambiando recetas para no engordar y quejándonos de cómo pasa el tiempo y de nuestros hijos adolescentes; sacándole punta hasta a la mortalidad del cangrejo y arreglando los problemas de casa ajena sin mirar los de la casa propia. Para eso sirve lo que pregonaba el Almendro: "vuelve a casa por Navidad"...y escápate de ella en cuanto la Navidad termine! Que nadie se ofenda: la Navidad es maravillosa precisamente porque sólo ocurre una vez al año.

   Y para terminar con una nota simpática les dejo con una gansada que me ha llegado vía mail y que demuestra que saber reirse de uno mismo y de las propias desgracias es una característica española que nos salvará de una depresión nerviosa nacional, no es poca cosa!


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