jueves, 15 de mayo de 2014

Lola, siempre Lola

    Esta semana de autos no nos ha traido más novedades que la lista de los preseleccionados de Del Bosque y un asesinato en León que hace que nuestro país empiece a parecerse a la Sicilia del Padrino. En la ciudad donde resido llueve y llueve, todo lo que no ha caido hasta ahora, y yo miro al cielo insistentemente porque el domingo me voy a meter entre pecho y espalda, o mejor, entre espalda y piernas, mi carrera anual de los veinte kilómetros, ya saben, esa a la que voy para convencerme de que aún soy joven y de la que salgo sistemáticamente reventada y jurando que es el último año que voy.

    Pero mañana es viernes, y no un viernes cualquiera, sino el 16 de mayo, fecha en la que los admiradores de ELLA conmemoramos, en este caso, los diecinueve años de la muerte de María Dolores Flores Ruiz, natural de Jerez de la Frontera y para el común de los mortales, Lola Flores. Reviso mis archivos y veo que, a pesar de la admiracion que le profeso, en casi tres años aún no le he dedicado una miserable entrada, así que procedo. Y no me voy a poner a contarles la vida de la gran Lola de España,  que para eso ya tienen ustedes la Wikipedia; ni tampoco a propinarles una selección  de sus momentos más geniales, que para eso ya tienen ustedes Youtube, aunque no puedo evitar dejarles el que para mí fue su momento de oro:



   Así, tal cual aparece en la escena buscando su pendiente, era Lola. Todo lo que se veía era lo que había, y todo lo que faltaba era porque no había. Lola no era un espejo en el que nos mirábamos, sino la ventana a través de la cual mirábamos, porque era transparente. 

    Lola sólo sabía cantar y bailar (y más bailar que cantar) y del resto ya se ocupaban otros, como bien explicaba ella cuando se le "olvidó" presentar su declaración de hacienda. Esos otros, que a ella, como a tantas otras de su quinta y profesión las dejaron en cueros porque ellas sólo sabían cantar y bailar: "y no tenemos abogao ni gente de esa" palabras textuales. Y era tal su ingenuidad que, cuando lloraba ante las cámaras pidiéndole una peseta a cada español, todos creíamos que lo sentía de verdad;  y si hubiera venido a la puerta de mi casa, estoy segura de que toda mi familia se hubiera  rascado el bolsillo y le hubiéramos dado nuestra peseta, sin rechistar...no creo que la Pantoja hubiera recaudado tanto, por poner un ejemplo cercano. 




    La diferencia? Lola era una ingenua en un país ingenuo poblado de gentes ingenuas y deseosas de construir un nuevo país entre todos. La Pantoja es una aprovechada, en un país donde los golfos y aprovechados han proliferado como piojos colegiales y donde ya nadie nos fiamos ni del que vive en la puerta de al lado.

    Así pues que viva eternamente Lola y su recuerdo entre nosotros, siempre a la verita tuya (o mejor, nuestra) y siempre con el recuerdo de su canciones, mal cantadas tantas veces y bien bailadas la mayoría. Y de sus frases: "cada uno tiene sus personalidades", si me queréis irse", etc. Y de paso les cuento una que hace muchos años me relató un tipo al que conocí en Miami que, ocasionalmente trabajaba como chófer para ella cuando actuaba allí e iba a correrse sus buenas juergas con su amiga Celia Cruz:
- "Lola, Usted habla inglés?"
-"no hijo, no, ni Dios lo permita"...

   Y para cambiar un poco de sus grandes éxitos cantados, aquí les dejo una escena memorable donde sólo baila, y cómo!


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