martes, 17 de junio de 2014

Todo es una burbuja

      Repaso las estadísticas de mi blog, que es un pequeño ejercicio de autocomplacencia que me concedo de vez en cuando. Compruebo que la que más visitas ha tenido, que pasan del centenar, es una que escribí el 22 de junio de 2012, llamada "Preguntas retóricas", donde por no tener mucha idea de qué hablar aquel día me dio por formular en voz alta algunas dudas vitales que me corroen y que, desde entonces, siguen sin respuesta. Una de ellas, era si aquella noche jugaría Torres o no en la delantera de La Roja (antes la Selección) contra Francia, creo que era la semifinal de la última Eurocopa...Ya ven ustedes que no hemos progresado mucho en dos años, y que  estamos todos en vilo y el país sin funcionar hasta mañana con las mismas preguntas retóricas en el aire. Si pasamos la prueba de fuego futbolística todo seguirá su curso. Si no es así, temo por el reinado del pobre Felipe VI, a quién coronarán al día siguiente en medio de un pueblo deprimido porque sus chicos vestidos de rojo ya no arrasan ni ganan como antes. Mal fario, parece. 

    Me cuenta mi amigo el del Atleti, con quien comparto la filosofía Cholista y la económica,  que ésto que nos está pasando con el fútbol es lo mismo que lo que le pasó al sector inmobiliario: todo era una burbuja. Y como él es un tipo muy leído y mejor informado, me ha remitido al número de junio de la revista "Tintalibre", que trae un jugoso especial dedicado al fútbol en su vertiente económica y sobre todo, choriza. Gracias Santiago! Y leanselo, que no está mal ampliar horizontes periodísticos y bibliográficos. Resulta que, nos creíamos tan buenos después de ganar Eurocopas (en plural) Champions, y hasta un Mundial que no sopesábamos la posibilidad de que a unos chavales futbolistas tocados por el duende se les pasara el arroz como dicen que se nos pasa a las mujeres la edad de tener hijos...Y así ha sido. Y notarán ustedes que me estoy poniendo en lo peor, sin esperar a lo que ocurra mañana, donde esa nación ingenua y burbujeante llamada España espera meterle una paliza a esa otra esperanzada llamada Chile. Recordemos a nuestros niños, como sana prevención, que perder también es posible. 

    Y de paso, vamos a enseñarles esto de la burbuja futbolística, para ver si así entienden lo de la burbuja inmobiliaria, que es un concepto complicado y quizás con el símil deportivo lo asimilan mejor.  Y lo de tantas otras burbujas que nos rodean: la de las eléctricas (supongo que les suena) la de los restaurantes de tres estrellas Michelín que quiebran por doquier, la que he leído hoy en la prensa que afecta a las academias de idiomas: parece ser que hay tantas, que la posibilidad de aprender inglés en muchas de ellas es de uno contra un millón; y por si les quedan ganas y hueco para un chiste fácil, las burbujas de Freixenet, que antes de Navidad  se juntaron todas en Barcelona para  un almuerzo conmemorativo y rodaron de paso el spot navideño sin tener que pagar una pasta a un famoso para que salga con ellas (hay que ser catalán para ahorrarse una perras con el que otrora fuera el anuncio más caro de la televisión)



    Todo es mentira, o todo era una burbuja, hecha para inocentes como nosotros. Ya nos lo dijo Quevedo en el Siglo de Oro ( a dónde inevitablemente siempre vuelvo):

    Miré los muros de la patria mía
    si un tiempo fuertes, ya desmoronados
    de la carrera de la edad cansados
    por quien caduca ya su valentía...

    Ojalá me equivoque. Y que quiten a Torres, a Piqué y a Casillas, no voy a ser yo la única que no opine! Y como diría tan bien dicho el Cholo: "el esfuerso no se negosia"...

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