jueves, 3 de diciembre de 2015

Silbando a trabajar!

    Hoy me han dado lo más parecido a una condecoración que recibiré en toda mi vida, pues la administración para la que trabajo premia la fidelidad de sus funcionarios cuando cumplen veinte años de leales servicios. Hoy me ha tocado a mi, y he recibido una medalla falsamente dorada con orgullo y gratitud a partes iguales, sin un ápice del escepticismo que me habita normalmente y con agradecimiento a la mano que me da de comer...Que es la misma que me ha dado la medalla. 

   Llevo veinte años trabajando en el mismo lugar, con toda la eficacia de la que soy capaz, procurando hacer lo que me mandan sin dar que hablar (aunque hablo mucho cuando trabajo) y aceptando lo que no me gusta protestando lo justo. Me doy cuenta que en todos estos años he sido sorprendentemente obediente, discreta en lo que he podido y sólo me he encabritado cuando me ha dado la impresión que mis derechos de mujer trabajadora (y por ende, madre de familia) se ninguneaban. he conseguido viajar, hacer amigos por encima de frecuentar colegas, conocer personas interesantes, estrechar ciertas manos que de otra manera nunca hubiera estrechado y estar a muy pocos metros de donde se toman decisiones importantes. Puesto todo junto y aplicada la metáfora contable que tanto le gustaba a mi padre, tengo más en el "haber" que en el "debe", y me alegro. Mi empleador ha pagado mi fidelidad con una chapa y un bonito discurso, yo agradezco poder trabajar en un lugar donde la fidelidad aún es un valor contable. 

    Dicho todo lo anterior, me pregunto y me angustia pensar cuánta gente anda por el mundo empleada en unas empresas que jamás les agradecerán los servicios prestados o peor aún, que han padecido en sus costillas y en su vida cotidiana las consecuencias de un empleador abusivo y nefasto. Cuánta gente transita por las calles cada mañana camino de unos trabajos alienantes, repetitivos y en muchos casos desprovistos de la mínima dignidad, por los que cobran salarios misérrimos que tampoco dan para pagar las facturas a fin de mes. Y cuánta gente ya no trabaja, sino que deambula de una oficina a otra entregando currículums, haciendo entevistas y pasando de una cola a otra para que alguien les deje demostrar lo que valen a cambio de unos euros escasos. Y cuánta gente no trabaja ni ha trabajado nunca, a pesar de que peinan canas y no saben lo que es cotizar a la seguridad social, o acumular derechos para una  pensión que jamás van a cobrar. Como me pregunto cuántos de esos 27.000 empleos que dice el gobierno que ha creado en noviembre son empleos de verdad, de los que te permiten pagar el supermercado, tener una familia y al menos vivir de alquiler? Me da que muy pocos, porque en este siglo XXI, que es el de los nuevos pobres, le llaman empleo a cualquier cosa que se parezca a los recados que yo le hacía a mis padres en verano y a cambio me doblaban la paga. 

    Y hoy, más que ningún otro día, me he dado cuenta lo que significa tener un trabajo digno y, sobre todo, no tener la sensación  cada día que te levantas de que te están estafando y comiéndose tu vida a bocados sin pagar por ello el precio necesario. Casi casi que la medalla se la tendría que dar yo a mis empleadores y no al revés! Porque puestos a repartir medallas, hay miles de trabajadores que la merecen más que yo y sin esperar veinte años por ella: los que barren las calles y vacían las papeleras; las puericultoras de las guarderías, los médicos que hacen guardias sin cobrarlas, los cuidadores de ancianos y minusválidos mentales, los trabajadores que limpian hospitales, escuelas, aeropuertos, estaciones...Y por encima de todos, los maestros, aquellos que se encargan de que nuestros herederos, entre los 6 y los 18 años se conviertan en ciudadanos, que es más importante que ser simplemente personas. 

    Así que no sé si veinte años no son nada o son muchos; ni si dentro de otros veinte años seguiré afirmando todo lo que hoy declaro de esta manera, como cantaba la difunta Lina Morgan "agradecida y emocionada" pero mañana, yo, como los siete enanitos...Dentro vídeo!



No hay comentarios:

Publicar un comentario