sábado, 19 de marzo de 2016

Fuenteovejuna explicada

    Tengo claro que el día de mañana, cuando nuestros escolares estudien lo que son las preguntas retóricas (lo que no tengo claro es si aún se estudiaran esas cosas) el ejemplo a poner serán las frases y preguntas al aire que todos lanzamos en Facebook y, especialmente en Twitter.

    Hace un par de días, un amigo polaco se preguntaba en el aire por qué los españoles tenemos que ir todos juntos al mismo sitio y al mismo tiempo, seguramente porque verá las noticias españolas donde desde hace semanas anuncian que las carreteras se llenarán de coches el Jueves Santo y que en las playas y en las ciudades monumentales, en los cuatro días que siguen,  no quedará ni un hueco que vender o alquilar. A él, que es ingenioso,  se le ha ocurrido un nuevo término de esos que se publican en las redes con este signo  "#" por delante: los españoles sufrimos de "Todojuntismo" y nos vaticina que moriremos algún día por ello, y sobre todo por esa manía de ir todos el mismo día, al mismo sitio y al mismo tiempo.

    Yo, que empiezo a saber ya más por vieja que por diabla, tengo argumentos sobrados para rebatirle a mi amigo sus ideas, pero como me temo que va a pasar unos cuantos años de su vida entre españoles, prefiero que lo vaya descubriendo él solito, que tiene más emoción. Aunque le advierto que lo del Todojuntismo es un fenómeno patrio que entra en la categoría de lo inevitable a la par que inexplicable. Ejemplos? Ver una cola y comenzar a maquinar la manera de saltársela, pegarse por pagar la cuenta en los bares y comer viendo el Telediario. Y estos tres, a bote pronto, que si me pongo a darle vueltas, seguro que me salen cuarenta. 

    Así mismo le he dicho que el Todojuntismo es terapéutico, que impide que la gente se sienta sola y le de por suicidarse o se le ocurran ideas peores como matar muriendo (como vuelo mañana no hago más que acordarme del piloto de Germanwings); que el Todojuntismo es la aspirina que te quita el dolor del "Yosoloconmigo", que esa si que es una enfermedad letal; y que los que lo practicamos somos grandes sentimentales que, en el fondo, necesitamos permanentemente estar rodeados de gente y decirles cuánto les queremos, a los que queremos, claro;  al resto que los zurzan. Para ello, a veces no queda más remedio que echarse a las carreteras y a los aeropuertos al mismo tiempo que el resto de los mortales. Cuando mi amigo polaco pueda leer en español, quizás le regale un ejemplar de "Fuenteovejuna" que es, además de una gran obra de teatro y una pieza maestra del Siglo de Oro español, una explicación bastante clara del "todojuntismo", ya latente en el sglo XVII, aunque en aquel entonces,  sin problemas de tráfico:
-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, Señor.
-¿Quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo, a una."
Pues eso, y desde mañana, corresponsal desde mi casa del pueblo. Con Todojuntismo incluido. 

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