viernes, 11 de marzo de 2016

Golpe de tos

    Si la envidia fuera tíña, es el principio de un refán castellano que nos indica que la tiña era una enfermedad  temida, a la par que abundante. Cada generación terrícola ha tenido sus bestias negras entre esas cosas que no son un cáncer, no te llevan a la tumba y sin embargo, no deseas pasar de nuevo. Desde hace unos días le doy vueltas a este asunto y creo concluir que entre mis coetáneos, la gripe, que antes podía matarte, ahora es la estrella de las enfermedades benignas con mala baba. Como ya publiqué hace unas semanas, la gripe somos todos porque este año me ha cazado hasta a mí, que suelo ser bastante inmune a casi todo lo que transita por la atmósfera cercana; y no contenta con cazarme, hasta se ha ensañado y ha vuelto dos semanas después para dejarme un recuerdito en forma de tos perruna que estoy penando por quitarme.

    Mantengo con la tos desde hace años una relación de odio contumaz. Creo que comenzamos a odiarnos cuando en mis juventud de madre primeriza y aprensiva, en aquellas visitas a los pediatras de urgencia  con unos bebés que tosían, lloraban y vomitaban todo al mismo tiempo, los pediatras insistían en saber  si la tos del niño era seca o "grasse"(en francés en el original) que yo en mi ignorancia pretendía traducir por "grasa". Aprendí que la tos "grasa" en realidad se traducía por "tos productiva" o "con expectoraciones",  y aunque me alivió reconocer que las categorías de toses no son las mismas que las establecidas para los champús, lo de las expectoraciones contribuyó aún más a mis preocupaciones maternales. Pasé muchos años con estas cavilaciones sin llegar a discernir muy bien la categoría de tos de mis criaturas, y eso que una de ellas ha sido campeona olímpica en la materia. 

    Mi padre también era un gran tosedor, cuanto más porque era un gran fumador; y como tenía una caja torácica del tamaño de un armario empotrado, aquellas toses tremendas, cavernosas y repetitivas fueron junto con las noticias de Radio Nacional de España (el famoso "parte") la señal inequívoca que había llegado cada mañana la hora de levantarse. Ni nos hacía falta el despertador. Yo, que no fumo, hago deporte, apenas pruebo el alcohol y estoy en guerra permanente contra la báscula, se ve que por algún lado he dejado un resquicio abierto para que las toses, oportunistas y malvadas me ataquen y aniden en mis vías respiratorias. Acabo de pasar una semana de esas de toser, de no dormir (ni dejar dormir) por toser y de no poder articular palabra porque la tos pasó por mi laringe como el papel de lija y se llevó con ella la voz. Ya les he contado someramente en muchas ocasiones que me gano la vida hablando...Saquen ustedes sus propias conclusiones pero,  es o no es como para odiar las toses? 

    Toser es un acto reflejo que, por inútil,  quisieras controlar;  debe ser como dicen que es engañar al erario público y luego arrepentirte a los diez minutos...Como dicen Urdangarín y Torres (nada que ver con mi familia) que les ha pasado. Toser es un mecanismo de defensa del cuerpo que te deja el cuerpo hecho un trapo, como  uno de esos llantos sin consuelo que nuestros padres nos consentían de chicos so pretexto que se limpiaban los pulmones y se aclaraban las ideas. Es una interrupción contínua de las conversaciones (como en los debates televisados) un sinvivir la noche y un sin morir durante el día, excepto para la Dama de las Camelias, la muerta de tos más famosa de la historia. Toser cansa, aturde y te agria el carácter; porque la tos aparece en la mitad del bocado más suculento, o en lo mejor de la frase lapidaria que quieres pronunciar. Toser es una interrupción,  un estorbo y un ruido bastante desagradable, aunque mi madre dice que peores son los estornudos. Por consejo del prójimo, te dedicas a probar todo tipo de tisanas y a crear todas las variaciones y permutaciones posibles de tomillo miel y limón hasta sacar seis decimales y brillo a tus tripas pero,  la cruda realidad es que la tos viene cuando quiere y se va cuando le da la gana. O a golpe de barbitúricos, que es en este caso la solucción drogadicta y final.

    En estos momentos, lectores amigos, les desearía a todos aquellos que puedo tildar de enemigos ( y me cuesta encontrarlos) a ciertos políticos del parlamento español, a los mandatarios europeos que han inventado el canje de refugiados con el sultanato turco y a Donald Trump, un buen ataque de tos, de esos que duran varios días...Y luego hablamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario