miércoles, 1 de febrero de 2017

La, La, La (o Land)

    Como no quiero hablar de Trump, ni de este mundo que es el que conozco y que se está viniendo abajo hecho jirones, no me queda más remedio que hablar de "La La Land" si quiero seguir siendo considerada una bloguera como Dios manda. No se asusten! no les voy a "espoilear" la película, y de paso me permito utilizar una palabra incorrecta que corregí a mis hijos la primera vez que la usaron en mi presencia y que ahora emplean hasta los políticos en campaña. "Espoilear", viene del inglés "To Spoil", que entre otras muchas cosas significa "estropear" o "echar a perder". Los que no saben inglés ya saben a qué se refieren sus adolescentes y sus personajes de Telebasura cuando hablan de "espoilear". Todo esto para tranquilizarles:  no teman,  que no les voy a contar la película. 

    Me llama la atención que una peliculita amable,  musicalmente agraciada y estéticamente bastante conseguida, provoque un debate tan encendido que supera en enconamiento de posiciones de sus partidarios al Estatut catalán o a las elecciones internas de Podemos. Ya no me queda muy claro si es más aceptable socialmente decir que me ha encantado o criticarla sin piedad. La culpa será de los catorce Oscars a los que está nominada, que no sé si merece o no, pero que me indican que las demás de este año o son muy malas o son muy tristes, y aún no he visto ninguna de ellas, pero intuyo que por ahí va la cosa. Vista la lista, no me parecen malas, así que opto por la segunda posibilidad. 

    Desde que empezó la racha de despropósitos electorales, y a falta de ver a Marine Le Pen pasando revista a las tropas el 14 de julio (cosas veredes) a los que nos preocupa el cambio climático, la situación de los refugiados, la pobreza en el mundo, el hambre, la democracia, la educación, la pervivencia de la sanidad pública y la pensión que podamos cobrar, resulta que no nos viene nada de mal que nos regalen dos horas de buen rato en el cine, porque fuera de él, el panorama es como para hacerse una tortilla de Prozac para cenar cada noche. Si en ese buen rato no hay violencia gratuita, ni racismo, ni demagogia barata, no sale Donald Trump, hay buena música, números de baile bien montados y unos actores de presencia agradable y buen hacer, les aseguro que yo no solo les daría un Oscar sino que, además, les votaría si se presentaran a unas elecciones...Visto que ahora se presenta cualquiera. 

   Y les recuerdo que allá por 1968, celebrando el pueblo español casi treinta años de dictadura, una humilde cancioncilla de título similar tuvo a la gente entretenida, cantando, bailando y olvidándose del gris que impregnaba la vida cotidiana durante varios meses, se acuerdan? De lo que casi nadie se acuerda es de que la versión original era de Serrat y en catalán! Y despus de ganar Eurovision, a quién le importaba?



    Yo estoy dispuesta a canta "City of stars" durante una temporadita, a ver si se me quita el cenizo contextual con el que cargo;  y eso que soy una optimista nata, pero lo de Trump me está resultando verdaderamente, digno de una tortilla de Prozac, de cuatro o cinco huevos, por lo menos!


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