jueves, 10 de mayo de 2012

Arsénico por compasión



    "Arsénico por compasión" era  una entretenidísima película de Frank Capra, que ya en 1944 se planteaba en clave de humor el espinoso tema de la eutanasia. Es cine del mejor que Hollywood hizo en aquellos años, con un Cary Grant esplendoroso. Yo la he visto al menos media docena de veces, y encuentro irresistible la historia de las dos tiernas ancianitas que se dedican a administrar veneno a sus vecinos dolientes y solitarios para acabar con su sufrimiento y el descubrimiento que el asombrado Mortimer (Cary Grant) hace de la doble vida de sus titas.  Si quisiera ponerme sería aprovecharía la oportunidad y la película para hablar de la eutanasia pero como no quiero, les voy a hablar de cómo es posible recortar también las pensiones sin que se note demasiado.

    Ultimamente España está gobernada por un gremio de sastres que aplican la tijera allá donde encuentran un trozo de tela sobrante e incluso donde no sobra; y  "recorte", para nuestra desgracia,  se ha convertido en la palabra de moda. El patrón de esta academia de corte y confección en la que se ha convertido este gobierno, verbigracia, Don Mariano Rajoy afirmó, apenas coronado, que todo era susceptible de ser recortado excepto las pensiones. Que Don Mariano tenga un pacto de sangre con el vivero de sus votantes que son gentes de cierta edad (al menos ellos sí votan) no lo dudo. Pero la cruda realidad es que el presidente de los sastres y su modistilla Montoro no tienen que recortar las pensiones porque una sagrada institución llamada INSERSO ya se aplica desde hace años en recortar ancianos gracias a un invento llamado "vacaciones para la Tercera Edad".

    Nunca se han parado a pensar cuál es el objetivo de llevar a un autocar de mayores a visitar seis ciudades en cinco noches con pensión completa, bingo y baile después de la cena? Yo me temo que es una bonita manera de poner en marcha una solucción final en versión turista. 

    Las vacaciones de la Tercera Edad en versión INSERSO son una conquista social sin duda. Nuestros mayores se recorren la geografía peninsular y los archipiélagos por dos duros (que dirían ellos) y el recorrido comprende todo tipo de emociones fuertes, a saber: ciudades monumentales llenas de cuestas empinadas y torreones de doscientos peldaños que subir; playas sin sombrilla con 35° a la sombra; pensión completa que incluye desayuno con huevos fritos y morcilla y todo tipo de menús ricos en colesterol y ácido úrico; copas varias después de cenar, baile hasta bien entrada la madrugada, tramos de 500 kilómetros en autocar (ideales para varices y flebitis) y posibilidad de ligue y alterne. 

    Cuando el viaje termina, los sufridos aunque marchosos ancianos necesitan dos semanas para reponerse los que lo consiguen, y los que no, comienzan una cuesta abajo que termina con ellos: aquí es donde el INSERSO ha conseguido su objetivo, algo que quizás no lograron ni la gota ni la hipertensión. Con este método no hace falta congelar las pensiones; las bajas que provocan los viajes compensan sobradamente las subidas del IPC. 

    Y existe incluso una variante aún mejor: sufrida abuela de Burgos conoce en un hotel de Torrevieja-Alicante al amor de su vida en forma de abuelo residente en Albacete y...el conflicto está servido. El romance provoca daños colaterales en Burgos (sobre todo) y no menos en Albacete. En Burgos hay que buscarse una señora que se ocupe de los nietos y en Albacete hay que reformar la casa porque viene una señora nueva a vivir. Y todo eso sin meternos en el capítulo testamentario...

   Ven Ustedes? el INSERSO es un agitador social que bien empleado le presta utilísimos servicios a la Madre Patria; los sastres del reino lo saben, y por eso aún no le han recortado ni medio centímetro del dobladillo!

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