martes, 26 de junio de 2012

Los países simpáticos

     Hace años nos gobernaba un señor a un bigote pegado, que  nos metió a la rastra en una guerra donde no pintábamos nada con el argumento de que no podíamos pretender siempre estar en el grupo de los países simpáticos. Claro que  también dijo que él había sacado a España del rincón de la historia (Felipe II debió revolverse en su tumba juntamente con su muy Católica abuela Isabel) y que no se podía acudir a  Europa como pedigüeños: ay! si nos viera de aquí a dos días lo que vamos a tener que pedir!

    Yo personalmente, puestos a hacer listas y clasificaciones, prefiero que me toque del lado de los simpáticos y no del de los ariscos; como prefiero estar del lados de los generosos y no del de los avaros, o del de los tolerantes y no del de los talibanes, es de sentido común. Y preferiría que mi país estuviera en la lista de los países simpáticos, en la cual me parece que se encuentran algunos que conozco y que, a pesar de sus fechorías, desfalcos, y situaciones políticas complicadas les siguen cayendo bien a la gente; ejemplos: Italia, Méjico, Brasil, Islandia,  Jamaica, Australia o Senegal, por citar sólo algunos. Y quisiera pensar que también España, donde la gente venía de vacaciones, a tomar el sol, a ligar, a beber y comer y alvidarse de las penas cotidianas y donde los lugareños presumían de aquello de "como aquí no se vive en ninguna parte". 

    Me gustaría no acabar engrosando la lista de los países antipáticos, que en estos momentos encabeza Alemania, con varios cuerpos (de Angela y sus chaquetas) de ventaja sobre sus inmediatos competidores que deben ser Siria, China y Rusia, y con serios aspirantes como Irán, Azerbayán, Argentina o Afganistán. Pueden ustedes seguir añadiendo nombres a la lista, entiendo que ésto es muy subjetivo.

   Pero hete aquí, que todo el mundo habla de nosotros, de la dichosa burbuja inmobiliaria, de todo el dinero que gastamos y que no teníamos, de todo lo que vamos a necesitar para pagar eso que gastamos a cuenta, de los bancos que hace seis meses pasaban todas las pruebas de fuerza y ahora la fuerza se les ha ido por la boca, de la prima que sube y que nos come la moral, del paro que no baja y no da de comer, del IVA que no pagamos de forma atroz como los nórdicos y claro, por eso los nórdicos venían a beber y gastar a un país simpático como el nuestro...y así tantas cosas. A día de hoy, 26 de junio,  el "Wall Street Journal" le dedica un artículo a doble página al gobierno de Castilla-La Mancha y a Dolores de Cospedal: los de Cuenca estarán encantados de aparecer en el "Wall Street Journal" por algo más que por ser una bonita ciudad monumental, son también dueños de una estación del AVE que no se usa y de un hospital que no se ha llegado a inaugurar.

    Y no olvidemos mi teoría climatológica que creo que ya les conté en alguna otra entrada: en los países simpáticos sale el sol y hace buen tiempo, por eso son simpáticos. En Europa, en los países antipáticos no hay paro y el salario mínimo tiene cuatro cifras, pero llueve y hace frío. Con alguna que otra excepción, este criterio se cumple casi siempre. La excepción es Irlanda, donde llueve a mares y también andan a vueltas con la deuda y la prima, pero recuerden como cantaban el otro día cuando ya les habíamos metido cuatro goles. A ver cuantos fados se marcan mañana los portugueses cuando comencemos a agujerearles la portería, y eso que Portugal es un país simpático, da hasta pena tener que ganarles!

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