martes, 4 de febrero de 2014

El espíritu santo empresarial

    Mi trabajo consiste en escuchar atentamente durante varias horas al día, y les aseguro que a veces oigo cosas que, sin proponérselo, son verdaderamente graciosas, cuando no grotescas. Justamente, es en esos días en los que me digo que para escribir un blog o un reportaje en un periódico, o incluso para hacer una película, no hace falta más que andar por la vida con las orejas y los ojos bien abiertos.

    Aquí les dejo la última perla escuchada hace unos días: "el paro crece y seguirá creciendo en Europa porque nuestros jóvenes, contrariamente a otras partes del mundo, nunca han recibido una formación empresarial, ni se les ha fomentado el espíritu de empresa desde pequeños". Los que soltaron esta gracia eran un grupo de sabios doctores y catedráticos universitarios, varios de ellos economistas, acompañados de algún que otro politicastro; ya ven, lo mejor de cada casa. Está visto que en las alturas intelectuales, burocráticas y políticas ya no saben  a quién echar la culpa ni para donde mirar, ni de qué portería sacar balones fuera para justificar lo injustificable: que 26.400.000 millones de europeos no tienen trabajo no porque no quieren, sino porque no pueden. Tengo ciertas dudas que creando una generación de tenderos sin fronteras la cosa mejore.

    Ahora que, lo de sacar empresarios de la nada es materia hasta para crear programas de televisión: o sino que se lo digan a esas personas que en España han puesto un negocio en pie gracias al dinero recogido por el programa favorito de nuestra reina Sofia y que han quebrado pocos meses después, aumentando sus problemas y deudas que ya eran muchas antes del préstamo televisivo. Y todo por darle un tono de cierta modernidad a aquello tan antiguo de "peor es tener que pedir". Me pregunto si en esta emisión de la cadena nacional, cuyas intenciones son buenas, no habrá alguna mano negra del gobierno para mandar un mensaje claro: pidan ustedes por televisión, al vecino, al prójimo o a quien les de la gana, porque en nuestra caja (y en las de los bancos)  ya no hay nada que rascar. Insisto, parece ser que la reina no se lo pierde ni una tarde, esperemos que si su yerno pesetero y su propia hija salen condenados del lío en el que se han metido (algo deseable si se demuestra que fueron culpables) no tengamos que ver a Su Majestad saliendo en "Entre todos" pidiendo para que Urdangarín ponga un puesto de altramuces que le ayude a pagar sus deudas. Algo que, dicho sea de paso, ya hizo Lola Flores hace años cuando pedía una peseta a cada español para pagar sus deudas con hacienda; yo a Lola se la hubiera dado, a los Borbones, ni agua!

    El espíritu santo empresarial desciende de los cielos muy de cuando en cuando para ungir con sus bendiciones a ciertos elementos del género Amancio Ortega (por poner un ejemplo cercano) y pare usted de contar. El resto de la tropa laboral se limita a cumplir horario y hacer lo que les mandan y llegar a fin de mes más o menos saneado: lo que ha sido toda la vida ser un trabajador, que ahora parece que hasta está mal visto con esta obsesión por el "emprendimento"...que también tiene tela la palabrita! Quizás sea cierto que al gobierno y a los que gobiernan al gobierno, les venga mejor ponerle una tienda a cada parado y sacarlos así de esa Seguridad Social que intentan cargarse; y convertirlos a todos en autónomos para que, de paso, el día de mañana cobren una pensión birriosa; no debe ser muy difícil la jugada, sobre todo si la televisión ayuda. Lo difícil es crear una población instruida, con estudios superiores y que hable idiomas, para que puedan ganarse las lentejas en su país o donde les de la gana. Crear empleados a tiempo completo, contrato indeterminado y sueldo digno es bastante más difícil que crear empresarios de pacotilla que se arruinarán a la primera de cambio;  parece que con los ladrilleros de las décadas anteriores no hemos tenido bastante ejemplo.

    El paro debería ser un problema de conciencia para nuestros gobernantes, que no lo es, y no se resuelve fomentando el espíritu empresarial; como Franco no resolvió su herencia obligando a muchos escolares a estudiar la formación del Espíritu Nacional. Y a día de hoy, 1.830.000 hogares con todos sus miembros en paro: son muchas tiendas que inventar y subvencionar...

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