miércoles, 7 de octubre de 2015

A las urnas, ciudadanos. Primer aviso

    Estoy leyendo un maravilloso ensayo titulado "La agonía de Francia". Lo escribió en 1940 Manuel Chaves Nogales, un insigne periodista y brillante escritor que murió en el exilio en 1944, privándonos de su sabiduría y dejando apenas un puñado de libros que son parte de las mejores crónicas que se han escrito sobre la España del primer tercio del siglo XX. Suya es así mismo la biografía de Juan Belmonte que, más allá de la fascinación que suscita el protagonista, es además un soberbio retrato de la España de los años '20, cuando para ser torero había que estar muy hambriento. Nunca le agradeceré lo suficiente a mi vecina el haberme descubierto a este autor, del que me he vuelto todo lo incondicional que permiten las pocas cosas que pudo publicar antes de su muerte temprana, apenas una decena de libros. 

    Y qué tiene de fascinante un libro titulado "La agonía de Francia"? Pues aparte de que está muy bien escrito, que es de rabiosa actualidad, y que se podría titular "La agonía de España" o de Italia, o de Grecia, o de cualquier otro país donde los ciudadanos se han hartado de su clase política y de paso, han decidido que la democracia nos la han traído los Reyes Magos incluso sin haberla pedido ni escrito la carta. Chaves Nogales escribió este libro después de haber tenido que marcharse de España por ser republicano y en el momento en el que de nuevo tiene que marcharse, esta vez de Francia donde residía, pues con la llegada de Hitler presiente que su vida corre peligro; les suena esto de ir saltando de un país a otro por culpa de la guerra? Ya les digo, de rabiosa actualidad:    ..."A Francia llegaban entonces grandes masas humanas que buscaban en ella amparo frente a la nueva barbarie que se desencadenaba en Europa a cambio de ofrendarle sus vidas, su trabajo y sus hijos"...(Página  11)

    Posteriormente, el autor relatará su desilusión ante la capitulación de un país que él creía la eterna salvaguardia de los valores democráticos y que tardó poco en rendirse ante el ejército de III Reich; cuando Goebbels gritaba (literalmente) por la radio que la democracia, la república y el régimen parlamentario estaban podridos, muchos franceses de a pie le dieron la razón y con ello, como decía Chaves Nogales "el gobernado pasó a valer aún menos que el gobernante". Otra perla de sabiduría? Vean ésta:  ..."y pensaban los enemigos que un régimen que convierte a los profesores y los científicos en viles servidores de los intereses particulares, es positivamente inferior a un régimen que sabe convertir en estadistas a los gángsteres"...(página 61)

    Y digo yo, que lo que ocurrió en la Francia de 1940 puede volver a ocurrir en cualquier otro país donde las masas de votantes claudiquen de su derecho a votar amparándose en una falacia: que la democracia no vale nada porque es un gobierno corrupto, o de personas que se corrompen automáticamente al llegar al poder; frase que, desgraciadamente, escucho más veces de las que quisiera en los últimos tiempos. 

    Mariano nos va a llamar a las urnas al mismo tiempo que espera el Gordo de Navidad que, en su caso, son esos diez millones de electores que le dan siempre la victoria porque son una masa votante fiel que jamás se abstiene. A los que piensan que recorrer el camino que los separa de la urna no merece la pena, hay que convencerles de lo contrario, como ya hizo Chaves Nogales en 1940, porque ya ven ustedes que ciertas circunstancias tampoco han cambiado tanto. y porque, como decía Pio Baroja " a una colectividad se le engaña siempre  mejor que a un hombre". Vamos Mariano, saca ya la fecha oficialmente y nosotros, a las urnas ciudadanos!

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