miércoles, 15 de abril de 2020

Carta para ET (A veces llegan cartas, 1)

    Querido ET,
aunque nos seguirás de cerca por Internet, no sé si consigues hacerte una idea de  todo lo que nos está sucediendo. Como últimamente no nos hemos comunicado mucho, a pesar de que yo me paso el día conectado a mil chivaches electrónicos, intento darte una versión resumida, y eso que ni yo mismo me explico muy bien como éramos tan felices sin darnos cuenta. 

   El punto de partida es simple: un virus salta de un animal al ser humano, y lo que podría ser un simple catarro se convierte en una enfermedad fea, y en muchos casos,  grave. La cosa empieza en China,  que nos parece a todos un país remoto donde llegó Marco Polo una vez y luego no fue nadie más, y resulta que China está a un tiro de piedra. Como en China hay muchísimos chinos, y a los demás nos gusta pensar que esas cosas que les suceden a ellos son cosas de chinos, ahí los dejamos con sus toses y nos pusimos a celebrar la Navidad, y después las rebajas. 

    Pero, ay! Esas naves no espaciales llamadas aviones, que a tí te asombraban tanto (y eso que la tuya era mucho más rápida y técnicamente mejor) van cargadas de gente que va y viene por todas partes, y llevaron a esos chinos por todo el mundo y a todos los que sin ser chinos ya estaban tosiendo. Primero le tocó a Italia, país que no conoces, pero cuando el bicho feo llegó a la California que sí conoces, ya se contaban los muertos por decenas de miles. Que si no tenemos médicos? Claro que sí, y buenísimos; y enfermeros, y hospitales, y medicinas alucinantes contra el cáncer y unos cirujanos que te reconstruyen la cara cuando te la muerde un perro...Pero no tenemos por ahora la cura para este bicho que tiene las patas muy largas aunque sean microscópicas. 

    No te puedes imaginar la que se ha montado, en todo este planeta, no se ha librado nadie. Y a pesar de lo listos que parecemos y de creer tenerlo todo bajo control, el virus está incontrolado y resulta que allá por donde pasa la gente se enferma, muchos se mueren y la única manera de pararlo es quedarnos en casa y lavarnos las manos veinte veces al día. Que qué hacen los que nos gobiernan? Pues hacen lo que pueden, unos aciertan a la primera y otros a la cuarta, porque para algo tan gordo com esto nadie estaba enseñado. Yo tampoco sabía qué hacer el día que te encontré cuando salí a recoger las pizzas que traían a casa; tampoco sabían qué hacer contigo y conmigo aquellos científicos que se liaron a hacernos pruebas y envolvieron mi casa en trapos blancos, ni tampoco sabría qué hacer mañana si voy caminando por el bosque y me encuentro con un oso: me quedo quieto? Salgo corriendo? Le hago carantoñas? Pues lo mismo pasa con la COVID 19 (que así se llama nuestro invitado sorpresa) que nadie sabía nada de él, ahora que, todo el mundo tiene una opinión de cómo atajarlo. 

    Mi querido ET, ahora no es momento de que me hagas una visita sorpresa como la de la última Navidad (la del vídeo al final de esta carta) pero si vinieras, por favor, haz que volemos en la bicicleta y nos vayamos muy lejos de este bicho, y de todos los que siendo personas se comportan como bichos; si al final decides marcharte en tu nave visto lo poco acogedores que estamos en estos días, te diré como las otras veces : "estaré aquí mismo". 

   Tu amigo,  Elliott. 



                   

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