sábado, 18 de mayo de 2013

Eurovisión y la Inglaterra de los Lores

    Sábado, 22'53 de la noche, les escribo estas líneas porque he sido víctima del ejercicio de la democracia, que como bien dijo Churchill, uno de los grandes políticos a los que admiro, no es perfecta, pero es el menos malo de los sistemas de gobierno. Verán ustedes, en mi casa los sábados por la noche vemos una película, pero éste sábado en particular, he perdido la votación y la mayoría ha decidido ver el festival de Eurovisión, cosa que a mí me fastidia en sobremanera pero que acato como hay que acatar en democracia el resultado de las elecciones. Y mientras un montón de cantantes provenientes de las antiguas repúblicas soviéticas me martillean los oídos, pues aquí me dispongo yo a hablarles de lo apenada que estoy por haber terminado de ver las tres temporadas de Downton Abbey que el amigo invisible de este año me regaló por Navidad. Y suena Bonnie Tyler en la televisión...pero sigue en órbita? debe ser más vieja que Margaret Thatcher...

    Mientras se retira del escenario el horripilante cantante de Georgia, me digo que la Inglaterra de principios del siglo XX hubiera sido un sitio donde yo hubiera podido vivir, claro está, con ciertos inconvenientes por el hecho de ser mujer: no poder ir a la Universidad, no tener derecho a decidir sobre mi futuro marido, tener que llevar falda larga y corsé o tener que vestirse de gala todos los días para cenar... ya ven ustedes, minucias, al lado de lo que significa tocar una campanilla y que aparezca un criado de librea con la bandeja del té; porque está claro que puestos a regresar al pasado, mejor vivir en  casa de un ricachón como el Lord Grantham de Downton Abbey que en el orfelinato de Oliver Twist. Acaba de pasar el cantante irlandés y comienzan las votaciones, a Dios gracias se acabó la rondalla.

   Les decía en otra entrada que esta serie que me ha tenido fascinada durante tres meses es de lo mejor que ha creado la televisión en muchos años, no ya por los consabidos argumentos de la ambientación, los decorados, etc. sino sobre todo por lo intenso de sus diálogos (algo que no había vuelto a ver desde "Ally MacBeal" o "Los Soprano") en unos personajes que, a priori, son simplemente ricos o simplemente criados, sin más. De todos, ellos me quedo con la fantástica Maggie Smith, cuyas réplicas y diálogos no tienen desperdicio:


   Lo siento por los que no saben inglés, pero no he encontrado la versión traducida; y de todos modos para aprender la lengua de Shakespeare no son las oportunidades lo que faltan, sin ir más lejos, ver Eurovisión, donde todo el mundo canta en inglés...por cierto, atacan en este momento con un repaso de todas las canciones, el segundo de la noche!

    Mientras los ingleses deciden emitir la cuarta temporada de mi serie estrella (he tenido que desterra del podio a "Cuéntame" porque desde que Carlos está en la cárcel, se están poniendo muy pesaditos) seguiré recordando gracias a Youtube los buenos momentos de los capítulos que ya he visto, y sobre todo las escenas de esta viejecita maravillosa que dice cosas como "no pienso darme por vencida, es muy de clase media". Cielos, ahora es la presentadora sueca del evento la que ataca con un simulacro de comedia musical donde canta las excelencias de Suecia y lo sueco (hablará de los hombres que maltrataban a las mujeres?) en inglés, claro, porque en sueco no la entendería nadie.

   Son las 23'28 y aún no hemos llegado al clímax de las votaciones, Dios nos libre de un tercer repaso a todo el cantoral, no se si me estoy haciendo muy mayor, pero con ésto de la Eurovisión, siento como dijo aquel, que mi reino no es de este mundo. Para mí Eurovisión es este vídeo que les dejo de postre, y no más. Antigua que es una. Me voy a la cama a leer, que eso sí que es antiguo, buenas noches.


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