sábado, 3 de agosto de 2013

Menopausia climática

    Que el cambio climático existe, es algo que ya ni el primo de Rajoy se atreverá a negar. Yo me limito a constatar por lo que he pasado en los últimos días (método empírico que se llama) que si el cambio climático no existe, lo que estamos viviendo últimamente debe ser la antesala del Juicio Final o el preludio de una invasión de extraterrestres que nos están modificando las temperaturas para hacernos la vida imposible en lo que llenan sus platillos volantes para venir a machacarnos. 

    Les pongo un ejemplo: en menos de una semana he pasado de estar en una playa andaluza viendo llover, a pasar dos días en la terrible estepa castellana con un tiempo primaveral de Abril, para regresar a mi lugar de residencia (latitud 50° Norte) donde habitualmente llueve una media de 180 días al año, buena parte de ellos en verano, y encontrarme la casa como un horno y unas temperaturas insoportables para andar por la calle...una está a las puertas de la menopausia y es sabido que eso crea muchos disturbios en la temperatura corporal, pero les aseguro que en este momento la que está menopausica perdida es la madre Tierra!

   De paso, leo en el País de hoy la enésima noticia sobre el cambio climático donde se nos comunica que la aceleración del calentamiento global es la mayor que la tierra ha conocido, desde que se extinguieron los dinosaurios, lo cual se remonta a 65 millones de años. Siendo estúpidamente optimistas podríamos decirnos que si el Juicio Climático Final tarda siquiera la mitad de estos 65 millones de años no le pillará a ninguno de nuestros herederos, pero bueno, voy a ser políticamente correcta y decir que sí, que me importa y me preocupa. Aunque también admito que me preocupa más que nos caigan encima estas olas de calor insoportable donde no toca, que los augurios constantes de la revista "Science" que parece que a veces los paga la Iglesia de los Adventistas del Séptimo Cielo.

    Asi que de ahora en adelante, resignados a salir nadando porque se desbordan los ríos que antes se secaban en verano, a pasar frío en el clima Mediterraneo y a pasar calor en los Fiordos noruegos; al fin y al cabo, también comemos tomates y sandía durante todo el año, uvas en febrero y naranjas en julio...Puestos a romper con las tradiciones, las cuatro estaciones son la más secular de las conocidas, y aunque a mí me fascinaba cuando se sucedían sucesivamente, soy capaz de acostumbrarme  a casi todo en la vida, incluso a no tenerlas, siempre que no decidan quedarse sólo con el invierno, que es la más odiosa de todas ellas. Si es verdad que la tierra es la madre tierra, y por ello mujer, quizás también sea cierto que le está llegando la edad de la menopausia. Y con ellla los sofocos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario